La pelea a tres rounds, uno por cada año de la administración municipal de Colima 2024-2027, entre las regidoras Azucena López Legorreta y Elia Margarita Moreno González que en las elecciones del domingo 2 de 2024 se enfrentaron en fiera lucha por la alcaldía que terminó ganando el candidato que fue de la Coalición “Fuerza y Corazón por Colima”, Riult Rivera Gutiérrez, día a día está ganando espectadores, público amante del boxeo y de la lucha libre.

Elia Margarita Moreno González que se valió de los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática, para, en las elecciones del domingo 6 de junio de 2021, empoderarse como Presidente Municipal de Colima, habiendo logrado lo cual se olvidó de ellos para someterse a la voluntad política de su cuñado José Ignacio Peralta que la derivó hacia el Partido Moviendo Ciudadano de cuya franquicia en el estado es dueño, hasta ahora es la que ha resultado más golpeada.

Como candidata a su reelección ya travestida al color naranja Fosfo-Fosfo, se dio gusto echando mano de docenas de activistas y promotores del voto con cargo a la nómina municipal, abuso del que todavía no rinde cuentas, por cierto, pero sí le ha dado a su contrincante Azucena elementos para pegarle fuerte, duro, tupido y mucho, como le dieron un día a Bucho.

El pleito cazado que ya se traían desde la campaña electoral para las elecciones del domingo 2 de junio de 2024 cuando Azucena y Elia Margarita se disputaron la alcaldía capitalina, se ha recrudecido al encontrarse como regidoras de consolación en el Cabildo de Colima. La primera, fajadora, casi, casi, peleadora callejera, ruda, tiene en su esquina morada a Leoncio Alfonso Morán Sánchez; la segunda, fina estilista, fifí, a los concuños José Ignacio y Carlos Arturo en la pintada de color naranja Fosfo-Fosfo. Hasta ahora, quien ha llevado la iniciativa echada pa’ delante soltando mandobles a diestra y siniestra, es Azucena. Margarita sólo atina a subir a las redes sociales sus videos defensivos sin lograr reponerse de los golpes.

Una de dos, o José Ignacio y Calos Arturo le dan mejores armas y municiones a Elia Margarita para que contrataque y se reponga de la metralla recibida por parte de Azucena, o de plano avientan la toalla de una buena vez reconcomiendo su derrota liberándola de ya de la paliza que ha estado recibiendo y que, de seguir, esta no le dejará hueso sano.

Azucena López Legorreta le va ganando de calle la partida a Elía Margarita Moreno González, pero le ha llegado ya el momento en el que, en su calidad de presidente de la Comisión de Hacienda del Cabildo de Colima pase de sus tronantes y puntuales señalamientos, a la presentación debidamente documentada de las demndas correspondientes ante las instancias encargadas de impartir justicia para resarcirle al pueblo bueno de Colima los daños y perjuicios de que ha sido victima por parte de su exalcaldesa Fosfo-Fosfo que anda más metida en las grillas emecistas viajando hacia las ciudades de México y Guadalajara, en lugar de atender como obligada está a hacerlo, sus responsabilidades como regidora del H. Ayuntamiento.

SE DICE QUE…

*Sabedoras de que si llegaran a encontrarse cara a cara se agarrarían de sus chongos, ambas, Elia Margarita y Azucena, evitan coincidir en las sesiones del Cabildo. Cuando asiste una, la otra no lo hace, y al revés volteado.

*Como paga por que la alquilen, con tal de salir en la foto, la raza interesada en el pleito Elia Margarita y Azucena propone como árbitra a la Síndica Municipal Itzel Ríos De La Mora.

*Una cosa es cierta: Cuando las comadres se pelean, salen a relucir las verdades.

*Durante el mes de noviembre anterior, el municipio de Manzanillo superó con creces al de Colima en número de asesinatos porque la muerte decidió trabajar más en el Puerto que en la capital del estado, no porque la alcaldesa morena Rosa María Bayardo Cabrera haya descuidado la plaza. Ni de ella ni de ninguno de los restantes nueve alcaides del estado puede decirse que tiene manchadas de sangre sus manos, cuando quien la mayor responsabilidad por la violencia imperante en el país es de la política del Gobierno Federal que llevaba seis años dándoles abrazos a los criminales.