*La investigadora argentina dijo que “la neurodiversidad viene a poner de manifiesto la cuestión de que exista un cerebro típico; por lo tanto, cuando más conexiones tenga el cerebro, más riqueza tendrá en algún tipo de información”
Mariana Nazutti, de la Universidad de Gran Rosario, en Argentina, impartió la videoconferencia “Cómo detectar y afrontar la neurodiversidad en el aula”, en el marco de la segunda semana de actividades de las Jornadas Académicas 2024 que organiza cada semestre la Universidad de Colima (UdeC) a través de su Dirección General de Desarrollo de Personal Docente.
Hizo notar la importancia de conocer más sobre el funcionamiento del cerebro, Esto es, ir más allá de una entidad biológica con un funcionamiento específico y ver cómo éste se desarrolla a partir de la interacción con el entorno. “Esto permitirá pensar en otras estrategias didácticas y metodológicas”.
Dijo que el cerebro es un órgano en permanente cambio. En consecuencia, no existe un cerebro igual a otro. Cada uno está marcado a partir del conjunto de experiencias y de vivencias desarrolladas a lo largo de la vida.
Como parte central de su conferencia, dijo que “la neurodiversidad viene a poner de manifiesto la cuestión de que exista un cerebro típico; por lo tanto, cuando más conexiones tenga el cerebro, más riqueza tendrá en algún tipo de información”.
Habló también de la teoría de las inteligencias múltiples, donde se propone que existen diversas inteligencias y que cada persona se desarrolla a partir de su constitución hereditaria y de la interacción con el entorno.
La inteligencia, destacó, “no es unidad única, cerrada, medible y cuantificable, en donde las oportunidades y barreras que puede producir un entorno ayudan al desarrollo de las distintas inteligencias”.
Ante estas situaciones, dijo que el quehacer de la neuroeducación es trabajar en el diseño de estrategias de enseñanza que sean cerebro-compatibles; “es decir, que vayan de la mano con la optimización del uso del cerebro y la posibilidad de generar mayor cantidad de conexiones”.
Lo importante de estas comprensiones, dijo, es que quienes se dedican a la docencia deben repensar la propuesta tradicional de la enseñanza, “porque muchas de las prácticas que se realizan van en contra del funcionamiento del cerebro”.
En este sentido, recordó, “una de las funciones de la neuroeducación es aportar al diseño de estrategias metodológicas y didácticas para que sean acordes al funcionamiento del cerebro y que la educación sea una educación saludable para todos”.
Nazutti aseveró que las características del proceso enseñanza-aprendizaje desde la neurodiversidad “debe ser más democrático, desechar la enseñanza uniforme y tener flexibilidad, además de docentes con mentalidad en crecimiento, estudiantes activos y aprendizajes significativos a partir de entender que el alumno o ‘aprendiente’ es un sujeto activo que participa en la construcción de sus procesos de aprendizaje”.
Recomendó que los ejes te máticos que cada docente elija “deben tener conexiones trasversales que se puedan articular con otras materias o temas y ser un conocimiento que se pueda evidenciar para mantenerse activo en la mente y generar nuevas conexiones”.
A manera de conclusión, mencionó algunas ideas base que se deben tener en cuenta en el trabajo de la neurodiversidad: pensar en una educación centrada en el individuo (sabiendo que cada persona tiene distintas potencialidades cognitivas), poseer un espíritu motivador flexible a los cambios, compartir información sobre el estudiantado y gestionar la diversidad y heterogeneidad en todos.