“si la credibilidad es el cimiento del liderazgo y marca una diferencia tan significativa, ¿Cómo se manejan los líderes actuales en la escala de la credibilidad?, por desgracia, no muy bien”…
En un México polarizado de ideologías políticas y tan duramente golpeado por las desigualdades sociales, los partidos políticos juegan un rol importante, si no es que es el más sobresaliente para aglutinar los sueños de millones de los votantes que cada etapa electoral edifican una muralla ideológica, depositando en ésta la creencia y una ves mas, el inicio de un camino sin llegada de que las cosas serán
de inicio mejor. Pero además, ¿qué pasa con la otra realidad que existe?, de la que nadie encara de frente ni de lado, esa, es la desgracia del incumplimiento a las promesas políticas. Se sabe quién las dijo y para quienes son dirigidas, pero, sencillamente no se afrontan, no se exigen y para des fortunio de todos, llanamente los ciudadanos mexicanos no podemos exigir lo que alguien
prometió porque no existen los mecanismos legales para hacerlo. Debemos solo esperar a ver que se rescata de aquel discurso emblemático.
Detrás un escritorio se maquilan los sueños sociales, las utopías a los derechos civiles, y al frente la emblemática nación que se despierta dando fidelidad al juego de la ruleta electoral, apostando una ves más en que no queda de otra más que creer en la palabra adornada de los candidatos políticos y en sus códigos de partido, esa misma que les da la libertad de empeñar el oro y dar la felicidad
esperada sin tope, mas que el que impone su propio partido.
Es así, como entonces podemos decir que el éxito de un candidato político depende mas de la credibilidad política que de la materia ofertada. La primera porque con cada día electoral van aglutinando mas y mas votantes y la segunda es simplemente la
semántica de las palabras acomodas al ritmo de un monologo que tiene el orden silábico para quedarse
en la mente del ciudadano.
Sin embargo, hay que reconocer también que los Mexicanos hemos aprendido la evolucionar a la par de los poemas aristocráticos de la política. Aunque claramente escuchamos las melodías electorales, hay que decir que la gran parte de nosotros ya no ambicionamos la hechura total del pergamino de compromisos, que en ocasiones pareciera que los diseñan conforme a otra dimensión social, aquella
en la que todo existe.
Pero, volvamos a esta realidad donde aun se preserva una afinidad política, y aun así, esperamos todos, de los partidos políticos a través de su mentor social, una solidez humana, veracidad en su palabra, inteligencia emocional, educación financiera, moral
y porque no, una alta finura para tratar al electorado.
La administración publica merece ser dirigida por ciudadanos de cuello blanco que dominen el honroso carisma de la sensibilidad humana, mínimamente.
Ante todo esto, ya podemos vislumbrar el desfile de “magos” y candidatos políticos con las soluciones, esperando ser alumbradas por la estrella de medio oriente, aquí, el oportunismo político y la demagogia política es la que gana terreno.
Y tú, por ¿quién decidirás creer?, ¿quién merece ser el señor feudal de tus impuestos?, a ¿quién le vamos a rendir tributo en este próximo escenario social?, salgamos a votar, no creyendo en un México mejor, porque ese lo estamos moviendo tu y yo, los que
salimos a diario, todos los día para solidificar un verdadero país libre de imposiciones partidistas.
Entonces, ¿qué es para ti la credibilidad política?.
—Lic. Paola Carrillo—
Licenciada en Administración Pública y Ciencia Política.
Grado como especialista en Ciencias del ambiente, gestión y sustentabilidad.
***Certificación en Seguridad Industrial
L.A.P. Paola Carrillo
Licenciada en Administración Pública y Ciencia Política