balvanero@gmail.com / @Balvanero.B
Muchas personas están de vacaciones; muchas otras, no.
Estos días, dos semanas para ser precisos, son concedidos a quienes están en el sector educativo -estudiantes, personal docente y administrativo-, y algunas personas que tienen las atribuciones para ajustar su calendario para que coincida con estos días de playa, montaña, pueblos mágicos -o no-, visitar familiares o estar en su casa.
El personal que labora en el gobierno, burócratas, tienen la posibilidad, de mover 10 días durante el año como mejor ajuste a sus necesidades, además de 10 días en fin de año.
Millones de gentes transitando con rutinas no rutinarias; y millones, insisto, en las rutinas necesarias para la sobrevivencia.
En este último rubro, de quienes no pueden tener la oportunidad de vacacionar, quizá podemos incluir a las mujeres -9 de cada 10 lo son- que trabajan en labores domésticas: 2.5 millones, al tercer trimestre del 2023, (INEGI-ENOE, 2023).
La mayoría de ellas sin prestaciones, como lo son las vacaciones, sin esperanza de alguna pensión; incorporadas al sector informal, que en este país asciende a 28.3 millones de personas, cuarto trimestre del 2023 (INEGI-ENOE, 2023).
Por una inercia, quienes tenemos las prestaciones de ley -y en algunos casos algo más-, podemos pensar que la mayoría de las personas lo tienen. Basta mirar de otra manera para darnos cuenta de que no es así.
México es un país desigual, no es un país pobre. Sobre estas desigualdades, cada tres años, tenemos una repasada de realidad, con cifras, referencias, enfoques a modo. Son las campañas -con todas sus modalidades: pre, internas, disfrazadas, legales e ilegales- el escenario de candidatas y candidatos, sin ápice de autocrítica, actual ni pasada, que se ofertan-proponen como quienes sí tienen lo que se necesita para cambiar esas lacerantes realidades.
También, habrá quienes aprovechen las aglomeraciones y rituales -religiosos y populares- propias de la Semana Mayor para dejarse ver y hacerse sentir. Habrá sutilezas y descaro, dependiendo de cómo sepan o infieran que van en esa carrera por las respectivas sillas: presidencial, camarales, escaños, gubernamentales y/o municipales.
Hay un derecho al ocio (descanso, vacaciones), como lo hay al trabajo; ni uno ni otro son realidades para todas y todos. Sin embargo, por lo menos hasta finales del año pasado, había en México muchos millones de personas que tenían ese derecho.
Si tienes vacaciones, disfrútalas; si tienes que laborar, hazlo. Pero en lo que podemos coincidir es en la construcción de un México que no sea tan desigual.