Balvanero Balderrama García

balvanero@gmail.com / @Balvanero.B

La voz es muy significativa. Desde el nacimiento, el entorno estimula a las y los bebés para sus primeras palabras; balbuceos en sus inicios hasta que logran articular las sílabas en la primera palabra. Regularmente esta es mamá.

Es a través de la voz, hablada pero también escrita y en lenguaje de señas, como nos comunicamos con las demás personas. Externamos nuestro sentir, nuestro parecer, nuestros deseos, miedos y frustraciones, o al menos así debería ser.

Recuerdo una anécdota a respecto. Una familia, ya con una niña de cuatro años, esperaba con ansia un nuevo integrante. Las idas y venidas de familiares al nacimiento, regalos, risas; y las preguntas antiguas pero nuevas: ¿a quién se parece? Así este pequeño infante creciendo y la familia en la zozobra: ¿cuándo hablará? ¿cuándo caminará? Y la hermana, observando tanto movimiento externó su sentir: ¿para que quieren que hable y camine?, si a mí me dicen ¡cállate y siéntate!

El silencio impuesto a la fuerza, esa visión que dice quién, cuándo, dónde y qué decir, va apagando las voces necesarias de las infancias, las juventudes, las de las personas adultas mayores.

También hay un silencio impuesto desde hace siglos, desde el momento en que conquistadores pusieron su bota en estas tierras: a los pueblos originarios, a los pueblos indígenas.

Del exterminio al silencio, o del silencio al exterminio.

A pesar de ello, en nuestro país —en este México que se dice multicultural en los marcos normativos, pero que en la práctica ve a los indígenas “como extraños por su tierra” (Gabino Palomares)—, 7.4 millones de personas de 3 y más años eran hablantes de alguna lengua indígena (INEGI, 2023).

Todas las voces son importantes. Pero hay, en los pueblos indígenas, en sus culturas y tradiciones, mucho por compartir, mucho por escucharles.

En este contexto, de escuchar y visibilizar, respetar y reconocer, se entiende la conmemoración del : Día Internacional de los Pueblos Indígenas, próximo 9 de agosto. Este reconocimiento pasa por apreciar sus diferentes cosmovisiones, diversidad de lenguas, su vinculación con sus territorios, con la tierra.

El hacer valer la propia voz de los pueblos originarios, también pasa por el acceso a los medios de comunicación. De acuerdo al documento Estudio de cobertura de los servicios de radiodifusión en México 2022 (IFT,2023), había en el país 22 estaciones de radio FM social indígena; esto representaba el 1% del total.

En este momento el Instituto Federal de Telecomunicaciones esta realizando la consulta pública sobre el Anteproyecto de Lineamientos Generales para garantizar los Derechos de las Audiencias, del 5 al 30 de agosto. Es una buena oportunidad para que se participe y hagan propuestas que faciliten el acceso de frecuencias para pueblos originarios.

Por más Radios indígenas, radios comunitarias, radios públicas que respeten y promuevan los derechos de las audiencias. Por más espacios en los cuales resuenen todas las voces, que en verdad refleje ese México multicultural que somos.

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