balvanero@gmail.com / @Balvanero.B
La democracia se define, de una manera sencilla, como el gobierno de las mayorías.
Modelo que se sigue en nuestro país. De los votos que se reciban en las urnas en las próximas elecciones del 2 de junio, basta superar a quiénes estén en la pugna por el mismo cargo de elección por un voto -y se gana-, ya que esto se considera mayoría.
Y, si las mayorías deciden -en teoría- los destinos de este país, hay una pregunta que me salta con duda pertinaz ¿Por qué a las mujeres, siendo como son mayoría, se les discrimina de tal manera?
No es necesario hacer un listado de las diversas y variadas formas de esa discriminación sentida y real, basta con socializar algunos datos: el trabajo doméstico no remunerado, es de tal magnitud que hay una cuenta satélite que calcula el INEGI, para el 2022 se reportó un monto de 7.2 billones de pesos (equivalente al 24.3% del PIB del país); otro aspecto es la violencia, hacia las mujeres, es sistemática, incorporada a la cultura vigente, en todos los ámbitos, esto lo refiere la serie histórica estadística de la ENDIREH.
Pero, también es cierto, que en la defensa y promoción de los derechos, las mujeres ponen la muestra. En muchos ámbitos: por el agua, por espacios políticos, por el regreso de las personas desaparecidas, por citar unos ejemplos.
Me quiero referir, hoy en este día en que este escrito está inspirado en las luchas de 8M -con la canción Imagine de fondo-, a muchas mujeres que se destacan en una parcela de los derechos humanos, la de los derechos de las audiencias.
Desde mi incorporación a esta actividad, en el 2017, fue darme cuenta del peso real y específico que las mujeres tienen en el ámbito de las radios universitarias y públicas. Y, también, por supuesto, de manera directa en la promoción y defensa de los derechos de quienes somos audiencias.
La Asociación Mexicana de las Defensorías de las Audiencias -AMDA-, institución fundada en 2015, inició a trabajar antes de verse formalmente instituida y lo sigue haciendo hasta este día. Mucho de esto se debe a mujeres como Beatriz Solís Leree, Adriana Solórzano, Patricia Ortega, Hilda Gómez, Ana Cecilia Terrazas, Josefina Hernández, Maricruz Zamora, Mercedes Olivares, Laura Martínez, Edith Molina, Gabriela Ortiz -disculpen mis omisiones-.
Se han establecido vínculos estrechos de colaboración con otra asociación hermana, con la Organización Interamericana de Defensoras y Defensores de las Audiencias -OID, fundada en el 2014- a la vez que se comparte membresía. En este organismo promotor de los derechos humanos, pero principalmente del derecho humano a la comunicación, también se distinguen por sus aportes, liderazgo y empuje, Cynthia Ottaviano, Joseti Marquez, Miriam Lewin, Flavia Puwels, entre muchas otras.
Todas ellas con una visión incluyente, comprometida, decidida, valiente.
Este impulso de los derechos de las audiencias, siempre bajo alguna amenaza -como ahora sucede en Argentina y en el 2017 en nuestro país, por citar solo dos ejemplos- tiene el vigor y la resiliencia, entre otros, que las mujeres han sumado y siguen sumando a esta causa.
En este 8M 2024, recordemos el lema sugerido desde ONUWoman: Financiar los derechos de las mujeres: acelerar la igualdad.
No bastan discursos, faltan acciones; compromisos que se vean reflejados en hechos.
Por un mundo donde todos los mundos sean posibles; por un mundo donde todos los derechos sean ejercicio pleno.