balvanero@gmail.com / @Balvanero.B
Realizar actividades de limpieza y cuidados en casa es cansado, pero necesario.
Tareas cotidianas, repetitivas y rutinarias como barrer, sacudir, trapear, limpiar, lavar trastes, acomodar, lavar la ropa, etcétera.
En ocasiones, son compartidas equitativamente entre quienes conviven en el hogar. Muchas de las veces, la mayoría de ellas, estas actividades recaen en la mujer: sea mamá, esposa, incluso hermanas.
Considero que tiene que ver con los roles aprendidos de “proveedor” y de “cuidados y atención”. Pero, me cuestiona el pensar que una gran cantidad de mujeres también ya tienen el rol de “proveedoras” -por seguir con el término- pero se les sigue indilgando todas las otras tareas ya mencionadas. De ahí que se habla de dobles y triples jornadas.
El trabajo doméstico, que así se denomina, es un verdadero trabajo. El INEGI presentó, en diciembre pasado, la Cuenta Satélite del Trabajo No Remunerado de los Hogares de México (CSTNRHM) 2021, ahí informa que el valor económico de labores domésticas y de cuidado, no remunerado, equivalió al 26.3% del PIB, de este total, las mujeres aportaron el 19.1% y los hombres el 7.2 por ciento.
Las cifras corroboran la brecha que existe en esta actividad cotidiana y su impacto social y económico.
Hay otro trabajo doméstico que sí es remunerado. Este es el que realizan las personas “que prestan su servicio en labores de aseo, asistencia y los relacionados al hogar de una persona o de una familia, a cambio de una remuneración económica” (INEGI, ENOEN 2022).
El Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar se conmemora desde 1988; la ONU Mujeres señala que su objetivo es: promover el valor del trabajo del hogar y convocar acciones para reivindicar los derechos de quienes lo realizan, en su mayoría mujeres.
Hemos dicho que el trabajo doméstico tradicionalmente se asigna a las mujeres, la Cuenta Satélite citada así lo corrobora en aquel que no es remunerado. Pero también el trabajo doméstico que es remunerado es una labor feminizada.
El INEGI compartió datos sobre esta efeméride, tomando como fuente la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición, con datos para el IV trimestre del 2022.Solo unos apuntes sobre los datos: a nivel nacional, de quienes desempeñaron esa labor el 90.2% eran mujeres y el 9.8% varones; en el estado de Colima los porcentajes fueron de 85.9% mujeres y 14.1% hombres. Hay muchos temas más: ingresos, escolaridad, rangos de edad, entre otros.
La información estadística nos permite estudiar e interpretar la realidad, facilita el acceso a redimensionar fenómenos y establecer líneas de acción, políticas públicas, acciones concretas.
Por ejemplo, cada vez es más común escuchar: todas y todos en casa colaboramos en las tareas domésticas -mujeres y hombres-.A mí, más de una vez se me ha escapado decir, también por ejemplo: te voy a ayudar a lavar los trastes y una sola palabra en forma de pregunta viene a recuperar el sentido de lo reaprendido, de procesos reconstruidos: ¿ayudar?.
Lea la información que comparte INEGI en este sentido, vaya a la fuente, reflexione y tome las mejores decisiones respecto a una sociedad más justa, compartida, incluyente.