En el mero día del primer informe de gobierno de Indira Vizcaíno Silva, adornado con la presencia del resentido anciano macuspano por los rumbos de Manzanillo, sobran los temas que no han podido ser atendidos por la mitómana compulsiva ex alcalde de Cuauhtémoc; sin embargo, hay dos muy recientes de los que se puede echar mano para restregárselos en la cara: uno, el despilfarro en autopromoción de su desprestigiada y desgastada imagen; dos, el caso del agresor sexual que cuenta con la implícita complicidad del subsecretario del Trabajo del Gobierno del Estado, Javier Pinto Torres. Adelante, pues, con los faroles.
1.—En nuestra página PXPress se han documentado a la fecha tres casos en los que el indirato, por conducto de su vocero Miguel Ángel Vargas Cow, ha pagado más de 12 millones de pesos por auto promocionarse ella y su balín informe de gobierno, aun cuando para otros temas más prioritarios se muestre una austeridad franciscana que raya en la más absoluta humildad, cuando eso no pasa de ser la mayor de las hipocresías y cinismo de que se tenga memoria asumido antes por gobierno neoliberal alguno. Este caso ejemplifica la doble cara de la #GobernadoraAltozano que hace suyo el refrán del “debo, no niego; pago, no tengo”.
La verdad es que la Indi es una desvergonzada que niega tener recursos para el cumplimiento de sus obligaciones (incremento salarial a sus trabajadores, pago de cuotas al IPECOL, saldar cuentas con los proveedores, etcétera), pero en cambio despilfarra a manos llenas en promover su imagen con un primer informe de gobierno que está completamente en blanco, pues no existe absolutamente nada por dar a conocer. Las mentiras estarán presentes como un recurso recurrente en la mitómana por excelencia que es esta mala mujer, pero en la realidad no se ha hecho nada; es más, el gobierno se encuentra paralizado.
Así, pues, puede no haber dinero para pagar lo que debe en este primer año que ya es su responsabilidad, pero para soltarle lana a empresas relacionadas con los medios y las redes sociales, especialmente si son fuereñas, sobra en las arcas de la Coordinación General de Comunicación Social, donde el vocero Vargas Cow dobletea con su otra función: la de asesor de Indira Vizcaíno, bajo el protector manto de un tal Eduardo Jurado Escamilla, que tiene más poder que varios de los integrantes del chiquigabinete de vacilada del indirato juntos, pero no lo sabe. En fin: en este año —reitero— ya se llevan gastados más de 12 millones en apenas tres empresas. Veamos.
Las empresas son las siguientes: If Solutions, S.A. de C.V. (de Monterrey) y Publicenter (de Manzanillo), que se llevan entre ambas un total de 5 millones 255 mil pesos; la tercera, originaria de la ciudad de León, llamada Servicios de Anuncios Publicitarios, S.A. de C.V, se embolsó 7 millones del águila. El total suma exactamente 12 millones 255 mil pesotes. Se trata de recursos que se han ido en promocionar programas del Gobierno del Estado en Facebook, YouTube y Google Display, en medallones de partes traseras de camiones del transporte urbano y suburbano en toda la entidad, así como en mantas y espectaculares distribuidos hasta las partes más recónditas de la geografía estatal.
Total: que dinero sí hay, pero no para pagar lo que se debe, sino lo que más le interesa a la mentirosa patológica Indira Vizcaíno, soberbia, banal, irresponsable, frívola y omisa hasta el final. 2.—Aunque parece que ya se echó con cuerdas destempladas al acosador sexual Ignacio Delgado Rosales, que cobraba como director del Trabajo de la Subsecretaría del Trabajo del Gobierno del Estado, llama la atención la sospechosa defensa que de su subalterno hace el titular de esa dependencia oficial, Fco Javier Pinto Torres, cuyo paso como diputado federal fue inédito (nadie supo qué hizo en tres años de estar becado) y como secretario general de la Sección Sexta del SNTE dejó mucho que desear por su papel de líder charro.
Ante la Fiscalía General de Justicia del Estado hay al menos una denuncia en contra de Ignacio Delgado, razón por la cual el tipo ya fue separado, al parecer, de su cargo. Hasta ahí todo marcha de forma normal. Pero lo que llama mucho la atención es que su jefe jerárquico, Javier Pinto Torres, haga labor de abogado del diablo, pidiendo a algunas de las que han sido víctimas del acosador que se desistan de su denuncia, pues se trata de un delito grave que se paga muy caro. Así, ante la posibilidad de pasar buen tiempo en chirona, ahora su protector Pinto Torres trata de salvarle el pellejo a su subalterno como último recurso: tratar de disuadir a las féminas que no actúen en contra del depredador sexual.
Si se considera que la gobernadora es feminista, en su doble papel de mujer y de autoridad estatal, lo menos que tendría que hacer es no sólo haber echado ya a Ignacio Delgado, sino al propio Pinto Torres por tratar de salvar al responsable de varios intentos de acoso sexual, no sólo de uno. El escenario del primer informe de gobierno es una buena oportunidad de deshacerse de un sujeto al que se le entregó la Subsecretaría del Trabajo como pago de cuotas, pues bien sabemos que ese tipo de compromisos tienen fecha de caducidad. Y en el caso de Pinto Torres, el compromiso que se haya contraído caducó con el año.
Por cierto, no fuera cualquier otro gobierno de corte neoliberal de la etapa priista, pues Catalina Suárez Dávila ya estaría lanzando alaridos que se escucharían hasta Bora Bora, condenando al depredador sexual de la Subsecretaría del Trabajo; sin embargo, como la tía cobra ahora en el Instituto Colimense de la Mujer, instancia actualmente bajo control del indirato del que ella forma parte, simplemente finge demencia senil y prefiere voltear para otro lado. Ese es el verdadero rostro de la izmierda: la feminista Catalina Suárez se desgañitaba cuando no tenía poder; ahora que ya lo tiene, le importa un pito lo que pase con las de su mismo sexo a las que antes defendía. Hoy ya no son su prioridad.LEER MÁS
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