Hubiera sido el colmo de la perversidad que los trabajos de rehabilitación y de ampliación de la autopista transvolcánica Colima-Guadalajara, que inició con las gestiones de Felipe Calderón y continuó en grandes avances con Peña Nieto, tuvieran que ser cancelados en el obradorato sólo por considerarla una obra fifí, neoliberal y aspiracionista, todo lo que el vejete que habita en Palacio Nacional detesta. Increíble pero cierto: sabedor que esa vía es fundamental para que sea trasladada al interior del país la carga que llega al puerto de Manzanillo, al menos por una sola vez en su vida amlo hizo algo bueno.

La importante carretera tuvo sus altas y bajas en su realización, que fue muy costosa, porque actos de corrupción de autoridades ejidales por las que tenía que cruzar el trazo se embolsaron el dinero de las indemnizaciones originalmente entregadas por el gobierno federal. El problema se localizaba en territorio del estado de Jalisco, por lo que fueron las autoridades jaliscienses las que se dieron a la tarea de acelerar la conclusión de la obra ante la federación. Para el efecto, desde el arranque de su nueva actividad, el diputado federal Riult Rivera Gutiérrez fue el único que se preocupó por acelerar el trabajo del lado colimeño.

Lo anterior es de destacar, pues da la casualidad que, fuera del tribuno federal, que forma parte de la Comisión de Comunicaciones y Transporte de la LXV Legislatura Federal del Congreso de la Unión, nadie más de Colima se preocupó por el tema. Sin embargo, en el afán de querer hacer creer que los cuatroteros son lo máximo, integrantes del Gobierno Federal quieren poner como los únicos autores del éxito obtenido a amlo y a la #GobernadoraAltozano, cuando ésta no movió uno solo de sus varios dedos que tiene distribuidos en pies y manos para que concluyeran las obras en la transvolcánica.

A principios del presente año, en esta columna de culto informé que el diputado federal Riult Rivera comenzó a entrevistarse con diversas autoridades para que las obras de la transvolcánica avanzaran, en virtud de que por muchos meses se había convertido esa vía de comunicación en un problema de circulación entre los miles de conductores que por ahí transitan diariamente, pues en un tramo de varios kilómetros, donde la obra se complicaba enormemente –se ocupaba de un impresionante puente—, el avance era lento y hasta se tenía que suspender por horas, lo que causaba pérdidas desesperantes de tiempo, de dinero y hasta tal vez de vidas humanas.

Fue, pues, el legislador federal colimense el que anduvo muy activo desde el inicio de su responsabilidad, gracias a lo cual nos pudimos enterar que líderes ejidales corruptos se robaron las cantidades millonarias por montos de indemnización a los afectados, por lo que los sucesores se dedicaron a obstaculizar los trabajos que ya se habían acordado. De igual forma, tras una nueva negociación (sin tener que echar mano del expediente de la expropiación por causa de utilidad pública), se pudo llegar a un nuevo pago de indemnización, además de obras compensatorias para los ejidatarios del rumbo. En todo ese tiempo, Indira Vizcaíno lo único que hizo fue viajar a la CdMx a lamerle los pies a amlo y a Claudia Cheinbaum.

Si bien el problema se encontraba en territorio jalisciense, la autoridad de Colima tenía que cumplir con su parte porque el puerto colimense es el que resultaba más afectado por una carretera que representaba problemas para los conductores que transportan su carga al interior del país. La gobernadora de Colima no hizo nada, repito, sino que el único que se preocupó por el tema fue Riult Rivera. Y ¿qué es lo que dice Jorge Mendoza Sánchez, director general de Banobras, responsable del financiamiento de la obra? Que todo se debe a las “gestiones” que hizo la Indi ante el viejo originario de Macuspana. No podía ser de otra manera: funcionario de un organismo del Gobierno Federal, el tal Jorge Mendoza sólo le echa porras a su patrón y a una aliada que pertenece a la misma secta morenaca y a la que impuso en Colima.

En realidad, si es que movió un dedo la gobernadora, eso sólo fue hasta después de que Riult Rivera hizo la chamba. El funcionario de Banobras dice que Indira Vizcaíno se reunió con los ejidatarios de San Marcos, Jalisco, pero habrá que aclararle al tipo que ella no tiene autoridad en territorio jalisciense. El legislador colimense, por su calidad de diputado federal, sí que tiene injerencia en cualquier parte del país.

Al final de cuentas, lo importante es que ya se va a contar con una carretera que ahorrará más de una hora el traslado entre las capitales de Colima y Jalisco, pero debo insistir que la Gobernadora Altozano, en el caso de la transvolcánica que se pone en marcha este mismo viernes 4 de noviembre, cínicamente quiere saludar con sombrero ajeno. Bueno, ya sabemos que la desvergüenza de los Vizcaíno es el sello de la casa. LEER MÁS

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