Cuando Mario Anguiano Moreno, vaquerito de Toy Story exgobernador de Colima, habló de unir esfuerzos en un grupo fuerte que le haga frente al indirato, lo que se traduce en un reparto más equitativo de posiciones a disputarse en el PRI para el 2024, el que más preocupado se mostró de todos los actores políticos locales fue el también exgobernador Fernando el Nene Moreno Peña. Había una gran razón para ello: el exrector y Arnoldo Tony Soprano Ochoa González son los dueños del CDE priista y, por tanto, no piensan compartir el pastel con nadie.

No sin cinismo, durante una comida que tuvo enorme resonancia la semana pasada por los mensajes que envía a los colimenses, Mario Anguiano solicitó su porción en el reparto político para los suyos, donde se encuentran agunos que le jugaron las contras al partido en los comicios del 2021. De hecho, el propio MAM fue desdeñoso con los priistas que le fueron a solicitar apoyo en ese proceso del año pasado, pues a una persona en particular le respondió que no podría respaldarla porque “ya tenía otros compromisos”.

Esos otros compromisos de Mario Anguiano eran con los candidatos del Partido Verde, del que es dueño su amigo Virgilio Mendoza Amezcua, que ahora anda muy preocupado por subirse al cabús del desvencijado tren cuatrotero y, por tanto, se abstuvo de asistir a una comida en la que el orgullo de Tinajas, como el líder de todos los liderazgos ahí reunidos para la ocasión, se lanzaría de lleno en contra del gobierno que manejan –a cuatro manos— los Vizcaíno, Indira Vizcaíno Silva y Arnoldo Vizcaíno Rodríguez, gobernadora formal y gobernador de facto de Colima, respectivamente.

El apoyo de Mario Anguiano a los del Partido Verde fue desastroso, por cierto, si nos atenemos a los resultados obtenidos: cero posiciones ganadas en las urnas, salvo las plurinominales de rigor. Claro, lo mismo se puede decir del impresentable Locho Morán Sánchez, a la sazón candidato a titular del Ejecutivo por Movimiento Ciudadano, que se alió con el enanín de Martín Flores Castañeda –presente en la comida con su amigo el exgobernador—, secretario general del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado (STSGE), que tampoco obtuvo nada, además de las pluris que le han servido para salvar su propio pellejo, como el caso de los diputados locales.

Bien mirado, empero, la intención de Mario Anguiano es más aceptable que la de su homólogo Moreno Peña, que actúa de manera mezquina porque se siente el dueño del PRI en Colima, junto con Tony Soprano Ochoa González, al negarse a compartir posiciones para las próximas elecciones. Lo ha declarado a propios y extraños, justo como si él fuera propietario del partido al que el traidor Alejandro Alito Moreno Cárdenas tiene sumido en el más grande desprestigio y corrupción de toda su historia: las posiciones ya están repartidas desde ahora; una de ellas, claro, para su hija, la diputada Lizette Moreno Ceballos.

Repito: el Nene Moreno Peña lo ha dicho en los medios que tiene a su disposición, como uno donde dos veces a la semana diserta, pontifica y reparte indulgencias por un mínimo de 45 minutos y hasta hora y media. En ese portal ha negado (o al menos él le ha negado cualquier derecho) que Mario Anguiano quiera posiciones políticas para los suyos; de igual forma, ahí mismo destapó a su hija Lizette Moreno, de la que asegura que buscará reelegirse por el sexto distrito local (que conforma la zona norte del municipio de Colima, que es donde viven los más ricos, además del de Cuauhtémoc).

La forma en la que declara el exgobernador, seguro de sí mismo, es porque está consciente de una cosa: es el dueño del PRI. Sin embargo, ese sería el menor de los problemas para los priistas, pues existe algo mucho más delicado: el Nene Moreno está aliado –o al menos tiene un pacto— con el indirato. En estas mismas páginas del portal PXPress ya se ha evidenciado la tácita alianza que existe entre nuestro héroe y los Vizcaíno, a los que no ataca ni con el pétalo de una cuartilla, no los descalifica, no se mete con ellos y, el colmo, les justifica muchas de sus pendejadas cometidas en menos de un año de desgobierno.

El exgobernador, a raíz del atentado que sufrió hace algunos años en conocido comedero político, se acogió a un programa de protección a víctimas, como es su caso. Es justo que le den protección personal, que sale del pago de nuestros impuestos, pero es obvio que el beneficiario no decide a quién le pongan para que lo cuide.

Por tanto, llama la atención que José Luis el Rocky Anguiano, su eterno chofer, sea el que lo acompaña a todas partes. Ah, pues está fácil: merced a su amistad con los Vizcaíno, FMP logró que al ayudante le dieran un nombramiento en la Secretaría de Seguridad Pública, pero no para desempeñar funciones de vil cuico, sino para que el indirato lo asignaran a su servicio personal. Pregunta para una tarea: ¿hay o no estrecha relación entre Fernando Moreno y el clan de los Vizcaíno? Bueno, para ser oposición del actual gobierno estatal, FMP está muy redondo para ser aguacate.

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