Maria Elena Abaroa López, quien fuera dirigenta estatal del partido naranja en Colima, Movimiento Ciudadano, anunció hace unos días su renuncia definitiva a este instituto político. A través de un vídeo publicado en sus redes sociales, Abaroa López dirigió a los miembros y no miembros de su ahora ex partido un mensaje nada breve para expresar con contundencia pero sin estridencias por qué dejaba el partido pero, lo aclaró, aún no la politica.

Quienes escuchamos su mensaje pudimos darnos cuenta que, aunque encriptado, sus palabras tenían un único destinatario: Locho Morán. Descifradas las partes esenciales de su comunicado, la serie de epítetos utilizados por Abaroa López para definir a Locho Morán no fueron para nada imprecisos, más bien dieron todos en el certero blanco de la crisis por la que atraviesa un instituto político que antaño llegó a levantar buenas expectativas entre las ofertas partidistas locales.

Abaroa López habló de mezquindad, de cacicazgos, de proyectos personales, de búsqueda del poder por el poder, adjetivos suficientes y precisos para definir, lamentablemente, a un Locho Morán que ha convertido un proyecto político de muchos en una más de sus empresas o negocios. Las reflexiones de Abaroa López no son menores ni se deben trivializar puesto que en realidad hizo una glosa de todas las consecuencias desastrosas que ocasionó permitir que Locho Morán dirigiera el partido de una forma autoritaria en detrimento de muchos perfiles políticos que pudieron haber conseguido mejores resultados no sólo para sus miembros sino incluso para la propia ciudadanía.

Increíble que uno de sus mayores y mejores hombres de confianza, Omar Suárez Zaizar, se hubiera quedado fuera de la competencia electoral pasada, como si en realidad la única razón de tenerlo cerca fuera en el fondo no dejarlo crecer políticamente. Los que saben de partidos políticos saben también muy bien que, en gran medida, las campañas electorales son un gran negocio que deja jugosos dividendos para aquellos que controlan los presupuestos y esto lo ha aprendido muy bien Locho Morán, por eso ya no les importa ganar o perder una elección, quedan tan frescos como empezaron, lo que importa es la repesca monetaria del trayecto a las votaciones.

El problema es que esto es dinero de la gente, no es dinero que caiga del cielo, y por tanto resulta insultante que se lucre con la confianza que la sociedad deposita en los proyectos políticos de partido o individuales y en los procesos democráticos cristalizados en las elecciones.

El comunicado de Abaroa López dejó en claro que, como sea que haya sido, no le ajustaron los arreos para acabar con el cacicazgo de Locho Morán al interior de Movimiento Ciudadano, pese a haber sido una figura bien vista por algunos actores políticos a nivel nacional, incluido el propio Dante Salgado.

Sin embargo, si algo queda de consolación es que poco podrá celebrar Locho Morán en el futuro inmediato si continúa por la misma ruta de los últimos años y sigue, desde su poder caciquil, convirtiendo a Movimiento Ciudadano en su principal fondo de ahorros.