Una de las secciones centrales de la conferencia La Mañanera es la llamada “Cero Impunidad”, en donde se da cuenta de todos los casos de exitosa impartición de justicia que se llevan a cabo a lo largo y ancho del país.
Como un comentario adicional, el presidente López Obrador siempre enfatiza que esta sección fue creada con el fin de demostrar que no sólo es importante combatir la corrupción sino también no dejar en la impunidad actos delictuosos que afectan directamente a la sociedad.
La impunidad es, en más de un sentido, lo que incentiva la corrupción, de manera que aumentar la lucha contra la impunidad es directamente proporcional a reducir los actos de corrupción. En Colima, como en muchas otras entidades federativas, se cuenta con una larga historia de impunidad, sobre todo en las etapas de cambio de régimen de gobierno, tanto a nivel estatal como municipal.
Con respecto a los municipios, lo saldos que se arrojan son alarmantes, pues desde hace ya varios décadas se viene arrastrando un legado de impunidad que ha tenido serias afectaciones no sólo en la población en general sino en los propios trabajadores municipales, de confianza y sindicalizados.
No hay administración municipal actual que no haya recibido una herencia de desvíos y despilfarros de la anterior. Los casos más emblemáticos han sido, por ejemplo, los de Colima y Villa de Álvarez, donde se ha acusado a los gobiernos de Locho Morán y Hector Insúa (Colima) y Yulenny Cortés (Villa de Álvarez) de desvíos millonarios sin que la justicia parezca beneficiar todavía a todas sus víctimas, principalmente trabajadores sindicalizados.
El líder del sindicato de Colima, Héctor Arturo León Alam, señaló un desvío de más de cincuenta millones de pesos por parte de la administración de Locho Morán, lo que sumado a lo desviado por la gestión de Héctor Insúa, hacen una cantidad realmente reprochable, déficit que heredó la actual alcaldesa Margarita Moreno. Por su parte, la líder del sindicato de La Villa, Teresa Ramírez, acusa de un desvío de 38 millones a la ex alcalde Yulenny Cortés, quien también, como Locho Morán y Héctor Insúa, hoy se encuentra en la completa impunidad. Como estos casos se encuentran muchos otros municipios, como el de Tecomán mismo, pero pasa el tiempo, crecen los agravios y no parece que la justicia llegue para los afectados, que no son pocos.
Lo malo de que estos actos queden impunes no es sólo que dejan la puerta abierta para que nuevas administraciones los repitan, sino que también se les acuse de complicidad con las administraciones predecesoras pues cuando no castigamos un acto de clara corrupción lo único que confirmamos con ello es que somos cómplices del mismo.
Ojalá que los líderes sindicales de los municipios, en unión con los munícipes afectados, no dejen de seguir exigiendo justicia en casos tan aberrantes como estos, lo merecen los trabajadores y mucho lo agradecerá la sociedad en general.