LA POLÍTICA de “abrazos, no balazos” que implementó el gobierno de López Obrador desde diciembre del 2018 ha llevado a México a ubicarse en un nada honroso cuarto lugar del ranking mundial de países con más crimen organizado, sólo debajo de Congo, Colombia y Myanmar, según informe elaborado por primera vez por la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, que mide los niveles de crimen y acciones de gobierno en los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas. En justicia hay que decir que el crimen organizado ha ido aumentando desde antes de que llegara este gobierno; sin embargo, la diferencia es que este incremento ha sido más rápido en el actual gobierno lopezobradorista, debido a su “estrategia” de no hacer prácticamente nada y sólo ponerse diario a contar los asesinados, los desaparecidos, los secuestrados y los extorsionados. 

ES EVIDENTE que el crimen organizado ha rebasado la capacidad de las policías estatales o locales en la mayoría de los estados por varias razones y que el gobierno federal se ha tardado en ordenar una intervención de la Guardia Nacional para frenar el desmedido avance del crimen organizado en el país. No sirve que estos elementos federales sólo hagan presencia y no muevan ningún dedo ante los hechos delictivos y sólo actúen cuando son agredidos. Desde la segunda parte del gobierno de EPN no se combate al crimen organizado por razones legales y por seguridad de la población porque quien lo hacía eran las fuerzas armadas. Y ahora, cuando legalmente lo puede hacer con la GN, el gobierno de AMLO no lo hace y le ha dejado toda la responsabilidad a los estados, a los policías estatales, ministeriales y municipales. 

POR CIERTO, ya casi termina el plazo que dio o se dio entre líneas el presidente AMLO para calmar las cosas en el estado debido a la “guerra” que traen grupos de la delincuencia organizada. Lo menos que podemos esperar es que el presidente cumpla su palabra y venga de nuevo en los próximos días, como lo dijo a finales de febrero, para evaluar la situación. 

HABLANDO del desprecio a la vida y a la salud de los mexicanos que ha demostrado el presidente López Obrador, la Organización Mundial de la Salud calcula que más de 626 mil mexicanos han fallecido en México por el Covid-19, por lo que nuestro país se colocó en el sexto lugar de personas fallecidas en el mundo en medio de la pandemia. Indica que se acumularon 626 mil 217 decesos entre enero de 2020 y diciembre de 2021 no sólo por el nuevo virus surgido en Wuhan, China, sino también por complicaciones de otras enfermedades. Y no se trata de buscar culpables, pero sí hay responsables de la muerte de miles y miles de mexicanos por esta causa, debido al manejo indolente, negligente y criminal de la pandemia en el país. 

INDEPENDIENTEMENTE de que las instituciones que integran el Comité Estatal de Seguridad en Salud mantengan o no la obligatoriedad del uso de cubrebocas o sólo hagan recomendaciones para que se continúe usando en espacios cerrados públicos, me parece que hay que seguir utilizando esta herramienta de protección por varias razones, hasta que se decrete oficialmente el fin de la pandemia: el virus SARS-CoV2 aún circula; se siguen presentando casos de Covid-19 y hasta el último reporte de la Secretaría de Salud se tenían 97 casos activos en el estado, principalmente en Colima y Villa de Álvarez, lo que representa un riesgo de contagio. Además, en México siguen los fallecimientos por esta causa, en nuestro Continente hay un ligero aumento de casos -según la OPS- y se dan brotes de la enfermedad en otras partes del mundo. Así que… 

LO DICHO: La Universidad de Colima es un ejemplo y está a la vanguardia en muchos aspectos. Ahora, el rector y presidente de la Comisión de Seguridad y Protección Civil Universitaria, Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño, comunicó a la comunidad universitaria y a la sociedad en general que el uso de cubrebocas será obligatorio en todos los espacios cerrados de la universidad y será opcional en los espacios abiertos. Además, sugiere a los universitarios la portación del cubrebocas durante sus traslados, en transporte público. Así de claro, inteligente y responsable. 

MARÍA ELENA González Espinosa, administradora del Asilo de Ancianos “La Purísima Concepción”, en Tecomán, señaló que al momento albergan a 25 adultos mayores, la mayoría sacados de la indigencia, por lo que no hay familiar alguno que haga una aportación, mientras que los apoyos externos han disminuido. “Sí hay una cuota de recuperación, pero la mayoría son indigentes y los que pagan es algo simbólico, de unos mil pesos mensuales, pero faltan muchas cosas, y más porque el (Gobierno del) estado nos paga de poco a poco. Todavía nos deben desde el cambio de Gobierno; también de la presidencia municipal no nos han dado el apoyo”, explicó. Felicidades a nuestra amiga reportera Yensuni López Aldape por hacer visible esta lamentable situación. Se esperaría que la Gobernadora y el alcalde de Tecomán sigan apoyando esta noble causa, pues dar una vida digna y tranquila es lo menos que podemos dar a viejitas y viejitos que no tienen a nadie. 

BIEN POR la alcaldesa de Colima; Margarita Moreno González, al gestionar ante representantes de Ferromex que acudan a supervisar los cruces ferroviarios con mayor afluencia en la ciudad de Colima, a fin de que se proponga una solución definitiva para evitar los accidentes fatales que se han registrado en esos lugares. Y es que ha sido insuficiente el claro aviso que dan las máquinas al pitar cuando se van acercando a un cruce, por lo que sería necesario colocar “plumas” metálicas en los principales cruces ferroviarios que hay en la ciudad para impedir el paso de vehículos, sobre todo de aquellos conductores irresponsables o valemadristas que no tienen conciencia de que en esos momentos es responsable de la vida y de la seguridad de sus acompañantes, ya sean familiares o amigos. No queda otra. 

POR LO que dijo el director general del IMSS en el acto donde se instaló la mesa de transición para la Implementación y operación del Programa IMSS-Bienestar en el estado de Colima, los trabajadores de la Secretaría de Salud del Gobierno del Estado deben estar tranquilos sobre su situación laboral y demás prestaciones laborales. “Quienes hoy tienen una seguridad laboral no deben de preocuparse, la van a mantener, no vamos a despedir a nadie, y quien diga lo contrario, lo invito a que me explique a quién se ha despedido de Nayarit, en Tlaxcala o en los estados previos donde hemos estado haciendo este proceso”, afirmó retadoramente Zoé Robledo. No obstante, las dirigencias de las secciones del Sindicato de esta dependencia debieran estar más que atentas para defender a los trabajadores ante cualquier abuso o injusticia. 

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