Por más que les soplen al oído que el horno no está para bollos, en el PRI y el PAN siguen con la terquedad de quienes insisten en revivir a sus partidos… con las mismas fórmulas anejas, los mismos rostros de siempre y, claro, los mismos fracasos garantizados por más que digan lo contrario con un discurso que a nadie convence.

Empezamos con el PRI, institución que alguna vez fue maquinaria electoral y ahora apenas si puede mover la aguja del interés público. Resulta que acaban de reelegir (¡otra vez!) a Enrique Rojas Orozco, también conocido como el campeón del “casi gano”, el Rocky Balboa electoral versión Colima… sólo que sin victorias. Ya perdió en 2021, volvió a perder en 2024, y aún así le recetan otros cuatro años al frente del comité estatal. ¿Alguien está tomando notas, o solo se reparten las sillas musicales entre los mismos de siempre? Así, el “nuevo PRI” se parece sospechosamente al “mismo de siempre”, pero más marchito y sin punch.

La lógica parece ser: si ya nos fuimos al precipicio con este conductor, pues que también nos lleve a dar unas vueltas en 2027. Total, ¿qué puede salir mal?

Y en el PAN las aguas se mueven igual. Julia Jiménez Angulo, esa incansable dirigente estatal, ha entendido la política como quien administra una empresa familiar: si ya llevo cinco años al mando, ¿por qué no ir por la alcaldía de Villa de Álvarez y asegurar el changarro? Nada de soltar el poder: lo que no se hereda, se arrebata.

Eso sí, mientras debería estar reconstruyendo al albiazul en todo el estado, Julia tiene la mira puesta en su próximo uniforme de campaña. Ha desviado militantes, recursos y, según dicen las malas lenguas (y las no tan malas también), hasta los vientos institucionales para empujar su precandidatura como si fueran las rebajas del Buen Fin.

¿Y qué cree? Este agandalle ya le está provocando dolor de cabeza interno: Sofía Peralta Ferro, diputada panista y de cepa villalvarense, también quiere la misma silla. Y como no nació ayer, ya se dio cuenta de que en este PAN ya no hay piso parejo, sino alfombra roja para la favorita del CEN. Por eso, más pronto que tarde, dicen que Sofía brincará las trancas azules. ¿Se lanzará como candidata “ciudadana”? ¿Buscará acomodo en otro color? ¡Hagan sus apuestas!

Por lo pronto, mientras Julia se pasea por barrios, colonias y comunidades rodeada de ilustres impresentables de la era Brenda Gutiérrez (quienes dejaron las arcas municipales más secas que discurso de candidato independiente), los panistas de a pie, esos que todavía creen que su partido puede salvarse, solo pueden mirar, mascullar, y rogar que algún día la política deje de parecerse tanto a un capítulo de “La Rosa de Guadalupe”.

Pero no nos adelantemos. El 2027 está a la vuelta de la esquina. Y si algo nos han enseñado el PRI y el PAN es que, cuando se trata de reciclar derrotas, no hay plazo que no se cumpla ni error que no se repita.

Se die que

*Este mismo triple rol de dirigente partidista, diputada federal plurinominal en funciones y candidata a un cargo de elección popular, juez y parte, ya lo jugó Julia Jiménez Angulo en las elecciones de 2024 cuando ella logró lo suyo, pero su falta de trabajo partidista perjudicó a los candidatos del partido de su propiedad y a los de su aliado el Revolucionario Institucional. A pesar de haber dejado a sus candidatos abandonados a su suerte, no tuvo empacho en reclamar para sus incondicionales chambas en los tres ayuntamientos ganados por la Coalición PRIAN: Colima, Coquimatlán y Villa de Álvarez.

*A la “jefa” Julia nada le importa el sentir de los colimenses ajenos a la 4T, ni que el Partido Revolucionario Institucional cuyo Comité Directivo Estatal preside de tiempo completo Enrique Rojas Orozco, quiera a un aliado Partido Acción Nacional fuerte, competitivo, con cuadros que garanticen la más amplia aceptación ciudadana, para darle buena pelea a la 4T-II y a sus candidatos. A Julia lo único que la mueve es seguir viviendo en grande a costilla del pueblo bueno de Colima.

*Los sagrados principios del panismo nacional de “hacer ciudadanía, servir y no servirse, anteponer el interés personal al bien común, respetar la dignidad de la persona humana y fortalecer la democracia”, y otros por estilo, son letra muerta para la ambiciosa eternizada presidente del Comité Directivo Estatal del Partido Acción Nacional en Colima.

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