*Un golazo del extremo rompió la igualdad, provocó la roja de Cabrera en el 80′ y asistió a Fermín en el 0-2 definitivo ante un Espanyol que deberá seguir luchando para salvarse

No fue el Barça eléctrico e imprevisible de toda la temporada, pero bastó una versión a cámara lenta, más propia de otros tiempos no muy lejanos, para ganar el derbi al Espanyol (0-2) y conquistar la Liga por fin. Fue suficiente, eso sí, porque Lamine Yamal se inventó un golazo que sí hizo honor al extraordinario campeonato protagonizado por el equipo de Hansi Flick, rematado por la sentencia de Fermín en el 95′ ya contra diez por la roja de Cabrera en el 80′ provocada por Lamine. El Espanyol tendrá que seguir remando para salvarse pero luchando así debería lograrlo sin problemas.

Tres contratiempos, uno ya sabido desde el pasado domingo y dos acontecidos en las últimas horas, influyeron en la alineación de Hansi Flick. El golpe recibido por Pau Cubarsí en el último entrenamiento y la repentina operación de apendicitis de Ferran se sumaron a la baja por sanción de Iñigo Martínez. La consecuencia, un centro de la defensa nuevo esta temporada, pero con mucho bagaje en anteriores temporadas, formado por Araujo Christensen, y el regreso de Lewandowski al once tras su lesión. Tuvo una irrupción sin éxito en los últimos minutos del Inter-Barça y no jugó en el Clásico. En el Espanyol, tres cambios respecto a la dolorosa derrota en Leganés: Omar El Hilali, Pol Lozano y Antoniu Roca por Calero, Král y Jofre Carreras.

El Barça comenzó jugando al trote, mala elección ante un Espanyol que le esperaba en campo propio con el plan de ser agresivo en la anticipación y vertiginoso a la contra. La diferencia de intensidad fue tan notable en ese arranque que Urko, tras buen pase de Roberto, se quedó solo ante Szczesny y falló el gol de tan fácil que lo vio. Lanzó fuera en ese minuto 4 en el que el equipo de Manolo González demostró que sabe atacar la defensa adelantada del Barça. Ya lo hizo en la segunda parte del derbi de Montjuïc en la primera vuelta (3-1).

Saberse perdonado no hizo que el Barça aumentara las revoluciones y Puado remató mal en buena posición una falta lateral en el 7′. Y aunque Lewandowski disparó demasiado cruzado en un hueco que se ganó en el área, la relajación de los de Hansi Flick continuaba y Szczesny tuvo que evitar el gol de Puado, lanzado al primer toque por Edu Expósito, en un mano a mano en el que el polaco estuvo milagroso.

Pedri cogió las riendas para que el líder, por lo menos, tuviera más el balón y evitara riesgos innecesarios con pérdidas peligrosas. Raphinha, el propio Pedri Lamine, más efectista que efectivo en la primera parte, lo intentaron con poca fe desde fuera del área, pero entre palos sólo fue un disparo con la derecha del brasileño, muy fácil para Joan García. Pecó también el Barça de querer hacerlo demasiado bonito cerca del área.

Y aunque el Espanyol ya no se plantó solo ante Szczesny, sí pudo hacerlo en un par de contras que sembraron el pánico. Christensen le ganó un esprint a Roberto en la primera y Puado eligió la peor opción en la segunda. Con todo, casi marca el Barça poco antes del descanso en una media vuelta acrobática de Lewandowski, que tuvo fe en un balón muerto. Se le fue fuera por poco.

Balde entró por Gerard Martín tras el descanso en busca de más profundidad por la izquierda. Valoró Flick que el Espanyol acumulaba más jugadores en la derecha para tapar con ayudas a Lamine Yamal. Y quizás fue por ello que el extremo, en el minuto 53, no encontró un segundo jugador como oposición cuando encaró a Romero hacia dentro y soltó un latigazo formidable que entró por la escuadra.

Lejos de que el 0-1 diera solidez al Barça, pérdidas de balón absurdas en zona de ataque propiciaron despliegues del Espanyol a la contra. Infructuosos, sí, pero le dieron vida a sus jugadores y a sus aficionados. Flick, que ya había dado entrada a Cubarsí por un renqueante Araujo, buscó más chispa con Fermín en lugar de Lewandowski, que no estaba para 90 minutos. Olmo se colocó de ‘falso 9’.

El Barça comenzó a tener posesiones más largas, pero con poca profundidad y el partido entró en los últimos 20 minutos con todo demasiado abierto. Y de un balón largo y de una duda de Szczesny en la salida ante Pere Milla solucionada por Cubarsí se generaron dos córners y el Espanyol volvió a creer.

Era un derbi sin polémicas hasta que Cabrera se equivocó al soltar un manotazo a Lamine Yamal al proteger el balón en la banda. Innecesario. No lo vio Soto Grado, pero Iglesias Villanueva le llamó desde el VAR y la revisión en el monitor acabó en roja directa en el 80′ para el central del Espanyol.

Pero, lo dicho, ni en los diez minutos que quedaban de tiempo añadido ni en los siete de añadido el Barça fue capaz de mandar en el césped ante un Espanyol que lo dio todo hasta el final porque todavía no está salvado y que sólo dobló las rodillas cuando Fermín anotó rl 0-2 en el 96′ tras asistencia de Lamine Yamal.

*Con información de Mundo Deportivo.