En medio de tantos deseos de paz como los que tradicionalmente se intercambian estos días, el problema, con ser grave, no es sólo que haya más muertes violentas en el estado de Colima, con algunos municipios como Manzanillo, Colima capital y Villa de Álvarez a la cabeza. Lo peor, mientras los asesinatos se registran a diario y la percepción de inseguridad crece entre la población, por mucho que se diga lo contrario, los hechos delictivos registrados en los primeros días de enero de 2025 nos dicen que el gobierno del estado aún no tiene o cuenta con los instrumentos adecuados para, idealmente, prevenirlos, pero sobre todo combatirlos.
Siendo Colima uno de los estados más pequeños del país con una población menor al millón de personas, llama mucho la atención los homicidios dolosos que continuamente registran pese a las estrategias que el gobierno de Indira Vizcaíno Silva lleva a cabo en conjunto con los 10 ayuntamientos de la entidad, el problema de inseguridad persiste.
La narrativa de comunicación para mitigar la percepción negativa de Colima respecto al tema de inseguridad ha tenido poco efecto como consecuencia de los homicidios dolosos registrados durante el gobierno indirista. La crisis que mantiene el estado y sus ayuntamientos con mayor población no cesa pese a los esfuerzos por acotar el tema. Las festividades y celebraciones no han sido suficientes para que los colimenses olviden que viven en medio de la violencia generada por los grupos delincuenciales.
Recientemente, en un comunicado se informó que “la gobernadora del estado de Colima, Indira Vizcaíno Silva, participó en la reunión diaria del Gabinete de Seguridad del Gobierno de México, encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo desde Palacio Nacional, en la capital del país”.
“Luego de la reunión, la mandataria estatal informó que durante la misma se revisaron las estrategias que se están implementando en equipo en la entidad colimense, y agregó que, “con todo el apoyo del Gobierno de México estamos trabajando fuerte en la construcción de paz en Colima”. Sin duda, la narrativa es la misma, mientras los homicidios dolosos no cesan.
Mientras tanto, en medio de todo, la fiesta sigue. Los presidentes municipales se enfocan más en darle rienda al espectáculo seguros de que a los colimenses nada le preocupa y acostumbrado están a la violencia cotidiana desatada por el crimen organizado. Todos callan, y como en las faenas de toros, capotean el problema.
Las buenas intenciones del gobierno estatal con la entrega de apoyos de equipo para los elementos policiales, aunados al incremento de salarios para los policías otorgados por algunos ayuntamientos se opaca si la inseguridad persiste y el estado se mantiene como uno de los más violentos del país, y con ello la narrativa de combate a la inseguridad no funciona.
El incremento de la violencia homicida en Colima sigue siendo uno de los mayores retos para la administración actual. A pesar de las diferentes estrategias implementadas durante los primeros 3 años de Indira Vizcaíno Silva, los avances han sido insuficientes y las cifras de homicidios y control territorial por parte del crimen organizado han aumentado.
Se dice que…
*La política adoptada por Andrés Manuel López Obrador de “abrazos, no balazos” heredada a la presidenta Claudia Sheinbaum, supuestamente para reducir la violencia, no funcionó. Estados como Guanajuato, Baja California, Chihuahua, Guerrero, Jalisco y Sinaloa, las cuales concentran el 40% de los homicidios dolosos en nuestro país, son la prueba más clara.

  • La eliminación de fuentes abiertas en la página de homicidios genera dudas sobre la transparencia e intensión presidencial, si es que la tiene, de replantear la estrategia de seguridad del gobierno federal actual.