Más que con otros partidos políticos de oposición al dominante del Segundo Piso de la Cuarta Transformación, el Partido Acción Nacional fundado por Manuel Gómez Morín, si quiere volver a ser una alternativa electoral ganadora, deberá aliarse de nuevo con la ciudadanía que lo llevó al poder presidencial en las elecciones de los años 2000 y 2006, y a la que desde entonces ha mantenido al margen de sus decisiones partidistas como la del parto y reparto de sus candidaturas de elección popular, de manera especial tratándose de las privilegiadas posiciones en las listas plurinominales a senadores de la República, diputados federales y locales y primeros lugares en las planillas de candidatos a regidores que, por cierto, amenaza con borrar del mapa la presidente de la República.

Como propósito de año nuevo, el dirigente nacional panista Jorge Romero Herrera jura y perjura que ahora sí modificará los estatutos de Acción Nacional para abrir “de par en par” sus puertas azules a la afiliación de ciudadanos, puertas que hasta ahora ha mantenido cerradas con tres candados para mantener el férreo control del acceso a quienes les hagan competencia interna y les muevan el tapete a los panistas de abolengo, de sangre azul pura.

“El PAN nació para derrotar al autoritarismo y lo logramos. Lo demostramos al convertirnos en el partido triunfador del nuevo milenio (…) Atrévete a hacerle frente al futuro. Atrévete a entrar en Acción”, expresa echado pa’ delante Romero Herrera dando señales de vida después de haber vacacionado para reponerse del esfuerzo que significó su victoria electoral interna del domingo 10 de noviembre de 2024. Él promete y se compromete a convocar este mismo año 2025 a una asamblea nacional a fin de modificar los estatutos del partido blanquiazul para “facilitar la afiliación de militantes, proceso que actualmente es complicado por la realización de exámenes de doctrina política y la renovación de la membresía cada año”. ¡No pos’ sí!

Tranquiliza saber por boca de Romero Herrera que “la campaña de afiliación al partido contará con una certificación ISO9000, a fin de que el padrón esté constantemente auditado”, auditoría que ojalá detecte y neutralice a los mañosos de siempre que, como han procedido en Colima, por ejemplo, promueven solamente la entrada de sus incondicionales para luego manipularlos a discreción cuando necesitan de sus votos para hacerse de cargos partidistas y de plurinominales, entre otras truculencias.

En cuanto al número actual de militantes, el exclusivista Partido Acción Nacional ha tocado fondo. Con sus casi 303 mil de ellos, está a tan solo 50 mil de perder su registro ante el Instituto Nacional Electoral. Para lograr sobrevivir, crecer y proyectarse de cara a los comicios de 2027, más le vale aplicarse en serio y a fondo a reclutar nuevos miembros en lugar de mantener alianzas partidistas de muy dudosa rentabilidad electoral, tarea que demanda dirigentes nacionales y estatales de tiempo completo. ¿O no?

EL ACABO

*Al Partido Acción en Colima le duró dos décadas el envión que los electores le dieron gratis en las urnas en las elecciones de 1997 cuando ganó pero no ganó la gubernatura del estado, para entrar en picada en las de 2018. El reto que su dirigencia encabezada por Julia Lizet Jiménez Angulo y Jesús Alberto Partida Valencia tienen de cara a las próximas de 2027, es parar la caída y recuperar terreno y posiciones perdidos.

*Dos alcaldías compartidas con el Partido Revolucionario Institucional, Colima y Coquimatlán; dos diputaciones locales plurinominales y unas cuantas regidurías, son lo que el Partido Acción Nacional tiene en sus haberes y debe potenciar para crecer y multiplicarse. El campeador del Partido Acción Nacional para liderar la batalla electoral de 2027, es el exdiputado local y federal de mayoría relativa y alcalde de Colima, Riult Rivera Gutiérrez.

*Para Fernando Dvorak Camargo, politólogo del ITAM, “no es necesario que se forme un nuevo partido: basta que el PAN, tratando de retener a las pocas bases territoriales que le queden, comience a virar un poco más a la derecha. Tanto el PRI como el PAN están en una situación difícil por distintas razones. El PRI tiene una hemorragia de militantes que no se detiene, y Alejandro Moreno no parece hacer cosas urgentes como rotación generacional y permitir que sus bases locales con arraigo prosperen”.