Los daños y perjuicios que a los habitantes de la conurbación Colima-Villa de Álvarez les causaron los habitantes de la comunidad de Zacualpan al cortarles durante dos días con sus noches el suministro del agua potable, vital líquido cuya carencia afectó gravemente el desarrollo de las actividades educativas, laborales, restauranteras, hospitalarias, hoteleras y domésticas en general, en perjuicio de la economía y de la salud de miles de personas. Y este alguien es el todavía Director de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado Colima-Villa de Álvarez, Vladimir Parra Barragán, a quien le tronó el cuete andando con gastos pagados en funciones de observador electoral internacional en las elecciones presidenciales celebradas el domingo anterior en la República Oriental del Uruguay.
Vladimir también es culpable de haber metido a su jefa política la gobernadora del estado, Indira Vizcaíno Silva, en un problemón hídrico que coronó con broche de oro su Tercer Informe de Gobierno. Si con este embrollo en que la metió, ella no lo regresa más rápido que a la voz de ya de donde llegó a Colima desde hace unos años como alborotador universitario y de pueblos marginados como el de Zacualpan, nunca se deshará de él. Ojalá que los integrantes del Consejo de Ciapacov se armen de valor y lo corran a escobazos.
Vladimir Parra Barragán es el causante directo de todo el sufrimiento que les causó a colimenses y villalvarenses por igual, así la dirigente estatal de MORENA lo justifique refiriendo que todo es culpa de las autoridades que durante cinco sexenios, treinta años según sus sesudos cálculos, tuvieron abandonada a la comunidad de la Zacualpan. De la gobernadora Vizcaíno Silva es el mérito de haber logrado al tercer día el destrabamiento del embrollo acuoso con la mediación de su Secretario General de Gobierno, Eloy García Alcaraz; y del Jefe de su Oficina, Eduardo Jurado Escamilla, funcionarios que, hay que reconocerlo, acreditaron paciencia, tolerancia, disposición a escuchar y oficio político.
También deberán pagarla otros funcionarios públicos de la 4T que le hayan incumplido a la comunidad de Zacualpan los compromisos que con ella asumieron en eventos reivindicatorios anteriores, y nunca concretaron, burla que terminó siendo el detonante que la llevó a tomar la decisión extrema que nunca debió haber tomado por ningún motivo, de violentar el derecho humano de colimenses y villalvarenses al agua potable. Podrá haber mil explicaciones de su actuar, pero ninguna justificación.
Tras largas 40 horas de diálogo entre los funcionarios Indiristas mencionados en el tercer párrafo, Eloy García Alcaraz y Eduardo Jurado Escamilla, y los habitantes de Zacualpan, se alcanzó el buscado acuerdo para reactivar el centro de bombas que abastece de agua a la zona conurbada de Colima y Villa de Álvarez. El documento que lo registra contiene 27 compromisos que deberán honrar varias áreas de gobierno.
Recuperados la paz, la calma y el sosiego en la alebrestada comunidad indígena, procese entregar reconocimientos, estrellitas doradas, a quienes compusieron lo que averió Vladimir, pero también aplicar sanciones ejemplares a quienes como él provocaron que unos 200,000 colimenses se quedarán sin agua casi cincuenta horas al hilo.
EL ACABO
*Los alcaldes de Colima y Villa de Álvarez, Riult Rivera Gutiérrez y Esther Gutiérrez Andrade, respectivamente, en su calidad de tales y como miembros del Consejo de Administración de CIAPACOV, se mantuvieron atentos al desarrollo del problema del corte en el suministro de agua potable, conminando a las partes involucradas a encontrar la salida al entrampamiento, pero también haciendo todo lo que a su alcance estuvo para paliar sus efectos negativos en la población como fue llevar agua en pipa a donde se requirió con urgencia. Ojalá que ambos ediles también contribuyan a poner orden y concierto en Comisión que en mala hora cayó en manos de Vladimir Parra Barragán.