balvanero@gmail.com / @Balvanero.B
Ser niño, ser niña tiene sus peculiaridades.
No es lo mismo serlo en el ámbito urbano o rural. Pertenecer a alguno de los llamados grupos en vulnerabilidad, por supuesto que marca diferencias y desigualdades.
Lo normal, si así le queremos llamar, es que las infancias tengan un hogar, asistan a la escuela, tengan garantizados techo, comida y abrigo; además, un ambiente en el cual sean amadas, amados, se diviertan y sean felices.
Cada persona joven o adulta, tenemos recuerdos de nuestra infancia. Pueden prevalecer los felices, pero también las hay con historias muy complicadas y difíciles. Por ejemplo, la ENDIREH 2021, reportó que a nivel nacional que el 12.6% de las mujeres de 15 años y más reportó haber sufrido violencia sexual en su infancia.
La asistencia a la escuela suele ser una experiencia agradable, las amistades que ahí se forjan generalmente perduran en el tiempo. Los juegos de esos tiempos tienen especial significado, así como docentes, lecturas.
La Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) 2023, reportó que el 92.4% de las y los niños de 5 a 17 años asistía a la escuela a nivel nacional; Colima presentó el mismo porcentaje. Sin embargo, se registraron 2.1 millones que no asistían a la escuela nuestro país; el dato para Colima fue de 12.9 mil.
Muchas familias ven el trabajo como algo formativo; a cada integrante del hogar se les asignan labores que contribuyen a tener una vivienda en buen estado, con un trabajo familiarmente colaborativo. Ello se piensa es educar en la corresponsabilidad, pensar en todas y todos quienes integran y viven en ese hogar.
En Colima, el 83.4%, en el rango de edad de 5 a 17 años, realizaba labores domésticas; el 11.6% de ellas y ellos (16.3 mil) lo hacía en condiciones no adecuadas o peligrosas.
Sin embargo, en muchas ocasiones estas niñas y niños laboran, trabajan. También, en este rubro, muchas y muchos tenemos la experiencia de haber trabajando para apoyar la economía familiar. Hoy la ENTI 2023 señala que en Colima estaban ocupadas, ocupados, el 9.9% de la población de 5 a 17 años; un estimado de 16,748 niñas y niños. De ese total, 14.7 mil lo hacían en labores no permitidas; casi 6.5 mil por debajo de la edad permitida y 8.2 mil en ocupación peligrosa.
Una niña, un niño que estuviera en esa situación sería preocupante. Pero son miles quienes no asisten a la escuela, siendo su derecho, o laboran en condiciones que no deberían ser.
El día de la niña y el niño no es igual para las infancias; el día a día presenta sentidas desigualdades. ¿Qué expectativas de futuro tienen estas niñas y niños? ¿Qué hace la sociedad ante sus infancias en condiciones de desigualdad educativa, económica, de vida? ¿Funcionan las políticas públicas hacia ese sector poblacional? Se dice que no hay que darles una moneda ¿la indiferencia es la solución?
Muchas preguntas ante personas tan vulneradas, sujetas de derechos que les hemos negado.