NO SERÍA el primer político que lo intenta y lo logra, pero López Obrador pretende seguir en el poder, tras el poder, al imponer a Claudia Sheinbaum como candidata presidencial de Morena por razones familiares y, sobre todo, por considerarla como manejable y controlable, pues la ex jefa de gobierno de la CdMéx imita casi todo lo que dice o hace el presidente. No tiene determinación propia. Sin embargo, el panorama se ha oscurecido para el presidente y la 47. En el caso hipotético de que Sheinbaum ganara, lo cual se ha visto disminuido con el fenómeno Xóchitl Gálvez Ruiz, la virtual candidata del Frente Amplio por México, la morenista también le serviría para cuidarle las espaldas al presidente para evitar que cayera en juicios políticos por los probables delitos en los que habría incurrido López O., ya que se vislumbra que Morena pierda la mayoría en el Congreso de la Unión, en donde las y los morenistas le han tapado todas las ilegalidades e irregularidades que ha cometido el presidente y que han sido del dominio público. Pero López Obrador también pretende seguir su vida de rey -como la que se da en Palacio Nacional- con su proyecto sexenal del Tren Maya a su servicio (por eso lo asignó al Ejército Mexicano y posiblemente ha utilizado a prestanombres para adquirir propiedades a lo largo de la ruta de este tren) y poniendo a una prima en la gubernatura de Chiapas, en donde se encuentra su rancho al que se va ir.
LO DE la impugnación de Marcelo Ebrard al resultado de las encuestas que mandó pagar Morena para imponer a Claudia Sheinbaum como coordinadora de la 4t parece ser un mero show. Por lo pronto, el ex secretario de Relaciones Exteriores dijo que “(…) si se le da carta a la naturalización a que se utilicen programas sociales, a que intervengan gobernadores, alcaldes, que vayan a los eventos, ¿por qué debería seguir yo allí (en Morena)? ¿cómo explicaría la lucha política que hemos dado?”. Sin embargo, al final estaría declarando que está satisfecho con las respuestas que le daría Morena -si se las dan- y se irá al Senado de la República por la vía plurinominal a coordinar a los senadores morenistas en la próxima legislatura. Es imposible pensar que Morena admita que hubo irregularidades en este proceso, como las que se han exhibido públicamente en redes sociales y medios de comunicación. Lo único que queda decir es que este proceso interno de Morena resultó ser como otros anteriores: un cochinero, en donde al parecer no hubo fraude, pero sí se aseguraron de que los morenistas votaran por Sheinbaum y sí hubo intervención abierta del presidente a través de la Secretaría del Bienestar y de gobernadoras y gobernadores de Morena.
A PROPÓSITO, el ex canciller acusó a Morena de replicar las prácticas antidemocráticas que caracterizaron los más de 70 años de gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI), aunque López Obrador rechazó estas críticas: “No (son las mismas prácticas), lo dije desde hace bastante tiempo: se acabó el dedazo, se acabó el acarreo, la cargada, todo esto que hicieron nuestros adversarios durante mucho tiempo, durante siglos, lo que nosotros padecimos, nos robaron elecciones”, manifestó con cinismo el presidente. Faltó que dijera que “no somos iguales”, para cerrar este círculo.
EN CUANTO al video que presentó el presidente en su mañanera del pasado miércoles, en donde se ve -hace años- a Xóchitl Gálvez dando de palos a una piñata con las siglas del PRI, López Obrador acusó a priístas y panistas de ser incongruentes y no tener autoridad moral. Desde luego, lo que no dijo el presidente es que él estuvo antes en el PRI, en la época de Carlos Salinas (por eso lo ligan de alguna manera con el ex presidente). Entonces, ¿cuál congruencia y autoridad moral para recordar ese momento? No hay duda: López Obrador no sólo seguirá tratando de desacreditar a la candidata del Frente Amplio Opositor (PAN-PRI-PRD) con cualquier videíto u otro recurso, sino cometerá seguramente un delito electoral más al orquestar el próximo año una elección de Estado (con la intervención personal y con recursos de los gobiernos federal y estatales de Morena) para ayudar a Sheinbaum, claro con la displicencia del INE y del TEPJF en los asuntos más importantes con resoluciones que emiten cuando el daño o los efectos que causan tales delitos está hecho.
LAS DENUNCIAS que ha realizado el Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Secretaría de Salud, en particular en Colima la dirigente de la sección 30, Dolores González Meza, sobre las anomalías y las arbitrariedades que hay en el traspaso del personal de la SSA al modelo IMSS-Bienestar han servido para detener aspectos que vienen afectando a los trabajadores de la salud que fueron asignados a este programa. Y es que, en la junta de gobierno del OPD Servicios de Salud que se realizó la semana pasada, en donde se toman las decisiones más importantes para la Secretaría de Salud, se acordó trabajar coordinadamente Sindicato Nacional, Servicios de Salud e IMSS-Bienestar para respetar las condiciones generales de trabajo y llevar a cabo una mesa de trabajo para coordinación en relación al personal. También se acordó incluir en el informe de gestión financiera administrativa lo relacionado a las condiciones generales de trabajo y participar conjuntamente en la reingeniería de recursos humanos. En otras palabras, ya no será sólo el IMSS-Bienestar y la SSA quienes decidan la situación de los trabajadores de esta última dependencia, sino que se tendrá la participación colegiada del Sindicato Nacional y del Consejo Nacional de Salud, con lo que se podrán frenar o cambiar cosas que ha pretendido imponer el IMSS-Bienestar. El rumbo que habían tomado las cosas en esta transición laboral va a cambiar en beneficio de los trabajadores de la Secretaría de Salud, gracias a las insistentes denuncias de la dirigencia sindical.