El Mar Mediterráneo siempre ha sido una tumba, desde las guerras médicas, pasando por las guerras púnicas y hasta las guerras mundiales, por señalar algunos conflictos bélicos librados ahí, estos han hecho que dicho cuerpo de agua se convierta en la tumba de miles, sin embargo, últimamente no ha habido guerras en el mar que divide a Europa de África, pero mucha gente sigue encontrando su perdición en el Mare Nostrum.

Miles de migrantes han muerto a causa de barcazas que se hunden tratando de llegar a las costas europeas, tan solo el 18 de junio una embarcación se hundió rumbo a Grecia, este suceso dejó alrededor de 300 muertos.

Hay que entender que la inmensa mayoría de los migrantes realizan estas travesías para escapar de situaciones complejas en sus países de origen, las causales de esto van desde crisis económicas, persecuciones políticas o conflictos bélicos, sin importar la razón causante, el viaje que enfrenta el migrante es arduo y extremadamente peligroso.

Libia es un país del cual suelen salir embarcaciones clandestinas, principalmente con destino a Italia, también es un país en el que abundan los mercados de esclavos, se estima que hasta trescientos mil migrantes se han quedado atrapados en Libia, muchos cayendo en las garras de la esclavitud. México no se queda atrás, el ser vecino de los Estados Unidos nos pone en una situación complicada, la precariedad de países centro y sudamericanos generan las inmensas caravanas de migrantes que no tienen más remedio que cruzar por nuestro territorio con la esperanza de mejorar su calidad de vida.

A pesar del gran historial migratorio mexicano, nuestra nación presenta serias amenazas al momento de trasladarse hacia la frontera norte. Tanto la delincuencia organizada y las mismas autoridades migratorias se tornado en peligros para quienes cruzan el país, los casos de secuestros y asesinatos son bastantes, pero también recordemos lamentables sucesos como el incendio de un albergue de migrantes en Ciudad Juárez que dejó treinta y ocho extranjeros muertos, el caso del camión en San Antonio en donde murieron cincuenta humanos y no olvidemos como la guardia nacional se ha convertido prácticamente en una subdivisión de la patrulla fronteriza estadounidense.

El racismo y el clasismo son problemas que han resultado muy reveladores en el país, nos mostramos agresivos o indiferentes con migrantes de escasos recursos económicos mientras que una buena parte de la población muestra apertura y calidez con los foráneos más adinerados, principalmente europeos y anglosajones, que vienen a vivir de forma ilegal al país para aprovecharse de su costo de vida más accesible, estas son personas a la que no le ajusta su dinero para vivir en su nación por lo que deciden tomar ventaja de la situación menos favorable de otros Estados, lo peor es su ego tan inflado que los hace renegar el término migrante y prefieren el de «expat».

Hay cada vez más conciencia entre varios mexicanos que ya se han dado cuenta de los daños que hacen muchos de los extranjeros con mayor solvencia económica, la gentrificación que han realizado ha sido horrorosa, muchas colonias han sido despojadas de sus habitantes debido al incremento de las rentas, cosa que honestamente no hacen quienes solo buscan cruzar por nuestro territorio.

Es curioso ver como un país productor de migrantes trate tan mal a estos, debemos entender que la migración no va a terminar, es algo bastante antiguo, grandes cambios en el panorama mundial se han dado a causa de las olas migratorias, simplemente hay que ver el caso del Imperio Romano, las migraciones germánicas y turcas acabaron destruyéndolo y abrieron paso a la formación de nuevas naciones.

Se debe cambiar el enfoque con el cual se combate el problema migrante y nuestra percepción sobre los mismos, mientras sigan tomándose actitudes confrontativas el resultado será siempre el mismo, morirán muchos sin razón y el problema seguirá existiendo.