Las gobernadoras de los estados de Guerrero, Evelyn Cecia Salgado Pineda, 41 años; y de Colima, Indira Vizcaíno Silva, 36 primaveras, no son las únicas juanitas en esos cargos en el país, pero sí sólo ellas las que los comparten con sus progenitores José Félix “El Toro sin Cerca” Salgado Macedonio y Arnoldo Vizcaíno Rodríguez, respectivamente.

Esta dualidad en el mando es la causante de buena parte de las desgracias de guerrerenses y colimenses, así las de los primeros no sean relativamente tan graves como las de los segundos. Cierto es que hasta en las familias políticas morenistas hay diferencias.

Mientras que a la pareja Evelyn Cecia-José Félix sus paisanos los tienen en la parte media del Ranking Mensual del Desempeño de los 32 Gobernadores del País, a la que conforman Indira y Arnoldo los suyos los mantienen anclados en el lugar número 31. La pequeña gran diferencia la hacen la mayor experiencia, oficio político y liderazgo del ingeniero agrónomo ex alcalde de Acapulco y Senador de la República, a quien el profesor normalista que nunca ha ganado una elección no le llega ni a los talones.

Como los electores guerrerenses al acudir a las urnas el domingo 6 de junio de 2021 lo hicieron a sabiendas de que votando a favor de Evelyn Cecia elegirían a José Félix para que los gobernara al lado de ella, no tienen nada que reclamar, pues jamás hubo engaño, están conformes con este arreglo y ningún problema tienen para que ambos concluyan así su mandato sexenal o que sea él quien cubra el segundo tramo.

En cambio, la mayoría de los casi cien mil votantes que sufragaron a favor de Indira en esa misma fecha, lo hicieron ignorando que con sus votos estaban empoderando, invistiendo gobernador de facto, a su protagónico y ambicioso padre. La única posibilidad de que la gubernatura bicéfala del estado de Colima termine, es que una vez cumplidos los dos primeros años del sexenio indirista, ella presente licencia al Congreso del Estado para retirarse formalmente del cargo y entre en su lugar Arnoldo, movimiento que tendría la aprobación en automático, fast track, de la mayoría de los diputados de la LX Legislatura Estatal que a ellos les son leales hasta la ignominia.

A partir del 1 de noviembre de 2023, puede llevarse a cabo el movimiento que se comenta en el párrafo anterior, y que, por una parte, liberaría a Indira para integrarse de lleno a la eventual campaña presidencial de su desinflada candidata morenista a la presidencia de la República 2024-2030, Claudia Sheimbaum Pardo; y por la otra, a los colimenses de su permanencia en el cargo donde ella y sus amigues siguen perdidas.

Tener una sola cabeza al frente de la administración estatal y no dos, fusionando la autoridad formal con el poder real, al menos evitaría el doble juego de tener que recurrir a una y a otro, de servir a dos amos corriendo siempre el riesgo de quedar mal con alguno de ellos.

No se ve otra solución a la grave dualidad de mando en la gubernatura del estado que tiene a los colimenses enredados, sólo la de que Indira ahueque el ala una vez que los colimenses la hayan sufrido dos años. Se dice que…*Si en Colima no hay oposición política partidista real, no simulada, es porque tampoco existe gobierno. La primera necesita del segundo para expresarse, y al revés volteado.

Las únicas voces que critican sin miramientos los excesos, abusos, nulos resultados y frivolidades de Indi y sus amiguis, son las que se expresan en las benditas redes sociales por unos cuantos analistas críticos de los excesos, abusos y yerros del poder. *Partidos políticos paleros como PT, PVEM, PANAL y MC, y algunos falsos prianistas, todo les solapan, encubren, toleran, les pasan por alto, a los vizcaínos, a cambio de migajas del achicado pastel sexenal.

*Como morenistas, petistas, verde ecologistas, panalistas y emecistas “son la misma vaina”, el domingo 2 de junio de 2024 será lo mismo votar por uno o por otro, por melón o por sandía, por Chana o por Juana.