Hace unas semanas la firma global de comunicación Edelman sacó su llamado «Trust Barometer», en dicho documento mostró un estudio recabado en distintos países para conocer el grado de polarización que existe en estos a fin de que las empresas tomen acciones necesarias para, como lo dice el mismo estudio, navegar un mundo polarizado.

Para generar los datos respecto a la polarización, la firma realizó dos preguntas, la primera respecto al grado de división social en ciertos asuntos claves y la segunda acerca de la probabilidad que considera el encuestado para que el país supere esas divisiones, de acuerdo con los resultados mostrados los países severamente polarizados fueron Suecia, Sudáfrica, España, Estados Unidos, Colombia y Argentina, este último se llevó la corona al ser que tiene un mayor nivel de división al cual los mismos argentinos se refieren como «la grieta».

Los países en peligro de llegar a una polarización severa son Alemania, Corea del Sur, México, Francia, Países Bajos, Reino Unido, Brasil, Italia y Japón; en el rango de polarización moderada y no polarizados se hayan otros tantos países de la lista, pero lo que queda en claro es que en nuestras democracias la división social se está volviendo un problema mayor cada día.

Para que se dé una fractura de este tipo dos partes deben de tener posiciones irreconciliables frente a uno o varios temas, usualmente estas posturas suelen nacer dependiendo del contexto socioeconómico que tenga la población, cuando las desigualdades pululan las diferencias políticas se verán cada vez más profundas, un ejemplo claro de esto fue el referéndum del «Brexit», donde el apoyo a favor de la salida del Reino Unido de la Unión Europea dejó una herida que se sigue sangrando en los países que conforman el Reino.

Estados Unidos también es un caso de relevancia para el estudio de la polarización, es atrevido decir que el sistema bipartidista está finalizando su vida útil, a pesar de que tanto el Partido Republicano como el Partido Demócrata han llegado a actuar como distintos lados de un mismo organismo político, sus seguidores están en una lucha irreconciliable respecto a varios temas vitales como la salud, educación, economía y seguridad.

México tampoco se ha visto exento de la polarización, décadas de gobiernos democráticamente electos llenos de corrupción e ineficacia han permitido que se germine un odio al sistema político y varias de sus instituciones, sin embargo aquí no podemos hablar de la polarización si no tocamos antes otro tema importante: el populismo.

Se puede sostener que la polarización no es un factor fundamental para el nacimiento del populismo, hay países divididos que no han caído en esta degeneración, pero en los casos de México, EEUU, Reino Unido, Brasil e Italia observamos que la actitud llevada a cabo por líderes populistas han profundizado aún más la ruptura entre dos posiciones, los discursos del pueblo y el antipueblo han mermado claramente en Estados Unidos o Brasil, donde radicales intentaron tomar los congresos de dichas naciones tras procesos democráticos argumentando que existió un fraude.

México también ha sido afectado por el continuo ataque oficialista a sus instituciones políticas y a grandes segmentos de la sociedad civil, se están creando dos puntos de vista irreconciliables y que ni siquiera cuentan con una carga ideológica solida, simplemente hay que voltear a ver los perfiles de los partidos que se han alineado en los dos bandos enfrentados, incluso como algunos de estos pueden saltar en ciertas decisiones por meros motivos de conveniencia política, increíblemente nuestra polarización encontró la forma de ser deficiente.

El empeoramiento de la situación económica que ataca de forma más directa a las nuevas generaciones y el manejo de discursos absolutistas donde se reduce al mundo a blanco o negro contribuirá más y más a una división interna en los Estados, si bien antes la polarización del mundo estaba entre el bloque comunista y el capitalista, ahora vemos una nueva era en donde la ruptura es interna y los gobiernos mientras se hallen más divididos tendrán menos posibilidades llevar a cabo sus funciones cayendo en parálisis, si seguimos así pronto un discurso con soluciones simples parecerá muy convincente… espera.