Dos temas abordaré hoy aquí en esta columna de culto, los cuales se refieren, por un lado, al vocero del indirato que cae en el conflicto de interés; por el otro, el de la diputada Yommira Carrillo Barreto, suplente de Viridiana Valencia Vargas. Sale…
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En apenas un año de “gobierno”, el indirato ha mostrado su total desprecio por los colimenses en general (salvo el minúsculo grupito de beneficiarios cuatroteros que están enquistados en la actual administración estatal), incluidos los opositores, a la que la #GobernadoraAltozano calificó cínicamente de “ruidosos, maquiavélicos y muy poquitos”, como si eso fuera para gritarlo a los cuatro vientos. A lo anterior se ha agregado –algo en lo que hay que insistir— la omertá colimeña o código del silencio, que consiste en no declarar nada ni disipar alguna duda, tratando como menores de edad a todos los que vivimos en Colima.
Así, en el entendido de que lo que hace la mano lo hace el de atrás, de Indira Vizcaíno para abajo todos los integrantes del chiquigabinete de vacilada violan la ley, hacen lo que se les pega la gana, niegan información sobre temas delicados; en fin, son los omisos por antonomasia. El vocero en funciones del indirato, Miguel Ángel Vargas Cow, que además dobletea en su calidad de jefe de asesores, no podría ser la excepción, al caer en el conflicto de interés por ser parte interesada en temas de contratos con el Gobierno del Estado. Y si bien el tema ya ha sido ampliamente abordado en PXPress, no hace daño volver a repasarlo.
Abordaré el tema lo más breve y simplificado posible a fin de no cansar al lector interesado en el tema. Veamos: el vocero oficial trabajó para radiodifusoras locales (hoy cadenas nacionales) con el programa Informe 24, donde incluyó la página del Facebook llamada Estación Pacífico, desde donde hizo sus buenos negocios con gobiernos estatales, municipales y legislaturas locales, lo cual no es ilegal, sino el hecho de ahora favorecer a esas mismas empresas radiofónicas en su faceta de funcionario del Gobierno del Estado, en donde tiene la doble función de vocero y asesor.
Al haber trabajado para dos empresas radiofónicas, Vargas Cow debió haberse excusado de otorgarle contratos como vocero oficial, como lo exige la Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, pero lejos de hacer eso, hasta les dio un pequeño aumento con relación al que le antecedió en el cargo. Tal es el caso del Grupo Audiorama Comunicaciones y Comercializadora Colima del Pacífico, S.A. de C.V., a la que, de serle entregados 120 mil pesos de contratos con el anterior titular de comunicación social, el actual vocero le agregó otros 15 mil más, completando la cifra de 135 mil por transmitir mensajes en la radiodifusora que se denomina XERL Súper 98.9.
El cinismo de los funcionarios del Gobierno del Estadlo, en la era del indirato, es singular: creen que van a poder actuar impunemente todo el tiempo, cuando sus cargos podrían irse a la basura en el mismo 2024, incluso antes de que se ponga en práctica la figura de revocación de mandato, pues el plebiscito al que serán sometidos los cuatroteros en las elecciones de ese año no van a pasar la prueba del ácido. O sea: se van a ir antes de que se llegue a aplicar la figura a la que tanto le teme la Indi, pues sabe que el pueblo también la desprecia a ella por su frivolidad, irresponsabilidad y banalidad como funcionaria pública.
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Hay diputadas de la LX Legislatura local que prácticamente son desconocidas por los colimenses, pues aparte de no hacer nada y pertenecer a Morena, receptáculo de la basura que desechan los demás partidos políticos, hay algunas que son suplentes que fueron rescatadas para ocupar el lugar de las propietarias, que a su vez fueron premiadas con cargos mejores. Un caso así es el de la impresentable Viridiana Valencia Vargas, ahora dedicada al trabajo clientelar en su calidad de súper delegada de los programas sociales del Gobierno Federal en Colima.
La sustituta, por tanto, es una tal Yommira Carrillo Barreto, que en el H. Congreso del Estado De Colima es utilizada como golpeadora, haciendo la función de vil porro, a lo que ella se presta feliz. A las payasadas montadas por esta perdularia diputada se refirió la semana pasada el autor de la columna Opinión Express, de la imperdible página PXPress, donde el colega expuso con rigor la frivolidad de su comportamiento, ya que su partido no le ha hecho ni cosquillas a los supuestos denunciados por corrupción. De hecho, uno de ellos es diputado, Carlos Arturo Noriega García, al que lo tienen muy a la mano y, sin embargo, él se pasea bien campante con un amparo federal en la bolsa.
El caso es que las payasadas de la diputada Yommira Carrillo fueron expuestas en la columna, lo que a la muy cínica le pareció gracioso, de manera que, en lugar de hacer un esfuerzo por rebatir los argumentos esgrimidos por el autor de la columna citada, sólo se limitó a publicar un comentario que quiso ser sarcástico: “gracias por la publicación y sin pagar”. En efecto: esa es su terrible redacción, de la que hasta un niño de primaria se avergonzaría. Los discursos que lee en tribuna se los redacta alguien más, pues ni por error tendría la capacidad para redactar de forma coherente una línea, ya no digamos un párrafo completo.
Bueno, entré al quite con una respuesta a ese cínico comentario hecho por la legisladora de marras: “Claro, cínica, tú estás acostumbrada a pagarle a tus matraqueros”. La réplica de Yommira Carrillo, más cínica aún, fue la siguiente (con una redacción del asco): “no tengo con los de ustedes es suficiente”. Le volví a contestar: “No tienes porque eres una miserable que sólo destacas por arrastrarte ante tu jefa. Claro, seguirás teniendo nuestra atención mientras te sigas arrastrando como la víbora que eres”. Es de destacar que esta polémica con la diputada se dio en el transcurso del pasado lunes.
Como es de suponer, alguien debió haber intervenido para que ya no siguiera haciendo el ridículo con sus comentarios una representante del Poder Legislativo, por lo que la bendita mujer se vio obligada a cerrar el pico y, por tanto, ahí se acabó la diversión.LEER MÁS
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