El amigo de los trabajadores burocráticos que cobra como Subsecretario de Administración del Gobierno del Estado, Víctor Manuel Torrero Enríquez, ya les dejó en claro a los líderes de “los sindicatos que aglutinan a trabajadores al servicio del gobierno estatal”, que hay apoyos que “ya no pueden sostenerse, debido a la situación financiera que recibieron”. En palabras llanas, que ya no ajustan los gustos pa’ lo pesares, que los tiempos de las reses gordas se ha ido y pronto no volverán, y que si saben contar, no deben hacer cuentas alegres de que el gobierno de Indi les cumplirá sus demandas, por más justas y legítimas que sean.
La cobija guinda ya no puede cubrirlos a todos como antes de que llegara la 4T. “Lo que hicimos en esta reunión, es compartir información financiera, y donde tienen un perfecto conocimiento de las finanzas, dado que es información pública, y en ese sentido también recibimos una propuesta de ellos, misma que estamos analizando, obviamente, también con la Secretaria de Planeación, Finanzas y la Secretaria General de Gobierno, revisando la viabilidad de la propuesta”, ha informado con frialdad Torrero Enríquez sabedor de que por “franco, transparente y abierto” que sea su diálogo con las dirigencias sindicales, “con temas que le atañen a las y los trabajadores, en donde se está buscando, desde el primer momento, a través del diálogo ir construyendo consensos, acuerdos que puedan beneficiar a los trabajadores, siempre buscando maximizar estos beneficios, pero también por la delicada situación financiera con la que se recibió este gobierno, no comprometer lo que no vamos a poder cumplir”, la respuesta patronal será la misa: ¡No hay, no hay, no hay¡En la misma ya muy desgastada línea discursiva de justificar la incapacidad de respuesta de los gobiernos morenistas a las demandas ciudadanas echándole la culpa a las “anteriores administraciones”, Don Víctor Manuel acusa que a los gobernadores del Partido Revolucionario Institucional ,como el de José Ignacio Peralta al que pertenecieron Indira Vizcaíno Silva y buena parte de quienes ahora forman parte de su gabinete, “no les importó firmar un documento con las exigencias del sindicato, pero que al final se volvieron imposibles de cumplir”.
Como este gobierno, el de Vizcaíno Silva, “quiere marcar la diferencia con respecto a la actuación de anteriores administraciones”, no les firmará a los sindicatos compromisos que de antemano sabe que no les podrá cumplir como el de que incremento salarial sea de 7.5 por ciento, máxime que, como señala, “no ha habido hasta el momento de parte de ellos (las representaciones sindicales) una propuesta o análisis de poder matizar este porcentaje en poder hablar de un número menor”. Sobre aviso no hay engaño.
El bien querido por los trabajadores Subsecretario de Administración ha dejado en claro que tampoco habrá “apoyos sociales que antes se les daban porque cualquier apoyo social va generando gastos quincena tras quincena, entonces no es tan sencillo ese planteamiento”. Eso sí, jura y perjura que, como gobierno, van a seguir en la mejor voluntad de encontrar lo que es mejor para los trabajadores “y estamos seguros que en este diálogo vamos a poder tener pronto, alguna determinación más categórica, siempre en función de los recursos que se tengan”. ¡No pos’ sí¡
EL ACABO
*El Secretario General del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado, Martín Flores Castañeda, no debe perder la esperanza de que el patrón le cumpla la promesa de “poder ir considerando o ir construyendo al futuro mejores condiciones para que haya incrementos más sustantivos para las y los trabajadores”. Una cosa es cierta: Con Víctor Manuel Torrero Enríquez ha topado Martín Flores Castañeda. ¡Hagan sus apuestas¡
*Si, como ha revelado el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la Fiscalía Anticorrupción en Colima cuenta sólo con tres ministerios públicos encargados de investigar las 420 investigaciones que se iniciaron en el 2022, los alegres concuños José Ignacio Peralta y Carlos Arturo Niriega, entre otros de su misma calaña, no tienen nada de qué preocuparse. ¿O sí?