EN EL libro “El Rey del Cash. El saqueo oculto del presidente y su equipo cercano”, de la activista Elena Chávez, se pinta cómo es realmente el presidente Andrés Manuel López Obrador. Lo que antes se rumoraba en corrillos políticos y se especulaba públicamente con conjeturas por parte de periodistas y comunicadores sobre el financiamiento público y privado que presuntamente recibía Amlo para mantener su movimiento político desde el 2006 hasta el 2018 se plasmó ahora en un libro de una gente que estuvo muy cerca del presidente de la república, a través de su pareja, el colimense César Yáñez Centeno, una de las gentes de más confianza del presidente. Hasta el momento, lo único que han podido señalar sobre este libro los que justifican y defienden al presidente es que se presenten pruebas, lo que quiere decir tácitamente que las ilegalidades e ilícitos que en esa publicación se mencionan fueron reales.

Vaya, ni el propio presidente ha podido desmentir los señalamientos de esa publicación y está otra vez molesto porque lo que ahí se denuncia tumba la bandera de la honestidad, de la anticorrupción y de la austeridad que falsamente ha ondeado desde el 2006 ante los mexicanos. También echa abajo lo que afirma el presidente de que “no miento, no robo, no traiciono”, porque esta afirmación es una falacia, un engaño a la vista de todos.

PERO NO se necesitan pruebas de lo que se denuncia en ese libro de Elena Chávez para demostrar el cash y los moches que recibía Amlo, como tímidamente lo piden algunos de sus defensores o correligionarios. Y es que, además de que la autora refiere información auténtica y de primera mano,  la mejor prueba de que López Obrador es muy partidario de tener o disponer de mucho dinero es lo que hace en su gobierno: jalar o quitar dinero de aquí y de allá a los programas, fondos, organismos y dependencias gubernamentales, para reunir los miles de millones de pesos que requiere para llevar a cabo sus proyectos y caprichos personales, como el aeropuerto Felipe Ángeles o la refinería de Dos Bocas en Tabasco y el Tren Maya en el sureste, el cual estará a la mano del rancho que tiene el presidente en Chiapas. De hecho, el propio Amlo no ha desmentido ninguna coma del libro y sólo ha podido emitir expresiones como “Ladran los perros, Sancho, señal de que avanzamos” o se ha quejado por la cobertura que le han dado los medios de comunicación a esta publicación y las entrevistas que le hacen a la propia autora. “¿Por qué tanto ataque? Porque se está llevando a cabo una transformación, un cambio”, es la conclusión que ha dado el presidente. Sólo los morenistas le creen.

LA ALCALDESA de Manzanillo, Griselda Martínez, sigue mostrando algunos rasgos de cómo se debe administrar y gobernar un municipio con medidas y acciones que bien se podrían implementar a nivel estatal. Ahora, en apoyo de la gente damnificada del puerto por el sismo del 19 de septiembre, la alcaldesa anunció que propondrá un apoyo extraordinario a la economía familiar de las y los afectados, ya que planteará un descuento del 50 por ciento en el pago del impuesto predial correspondiente a 2023 en caso de que sus viviendas hayan tenido daños de consideración, mismos que serán valorados. En otros casos o asuntos, Griselda Martínez ha demostrado capacidad política y administrativa para atenderlos y resolverlos, además de que no le tiembla la mano para denunciar irregularidades o malos manejos, incluso contra gente de su mismo partido, como sucedió en la simulada elección de los consejeros estatales de Morena.

DURANTE MUCHO tiempo nos han hecho creer que la instalación de una alarma sísmica en el estado es inviable o no sería útil porque no alcanzaría a avisar a tiempo sobre un temblor que se presente. El único argumento ha sido que era innecesario ese sistema debido a la cercanía de algunos epicentros de los sismos. Dicho argumento, que más bien parece un mito, fue repetido incluso ahora por el encargado del despacho de la Unidad Estatal de Protección Civil, Erick Alberto González Sánchez. Sin el suficiente conocimiento del tema, el funcionario consideró que “debemos hacer un estudio junto con expertos, (pues) la mayoría de epicentros son en zona costera, y cuando llegue una alerta, ya nos tembló”. Sin embargo, los expertos ya están diciendo que esa alarma sí es viable, mediante un Sistema de Alertamiento Temprano (SIAT) para sismos en Colima. Nos referimos al investigador de la Universidad de Colima, Raymundo Padilla Lozoya, quien desde hace dos semanas había establecido que, de haber contado con un SIAT, la población colimense habría tenido al menos 20 segundos antes de que ocurriera el temblor del pasado 19 de septiembre para ponerse a salvo. Al menos, esta opinión científica debería ser valorada y analizada por el gobierno estatal.

A PROPÓSITO, la Universidad de Colima puede convertirse en un modelo para desarrollar proyectos conjuntos que ayuden a proteger la vida de los colimenses contra los riesgos naturales que causan desastres y emergencias. De hecho, desde hace bastantes años la UdeC tiene a cargo el monitoreo del Volcán de Fuego, con el cual se han tomado decisiones importantes en la protección de la vida de las personas. Y es que el rector Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño acaba de señalar que para la institución “es prioridad generar en la comunidad universitaria una verdadera cultura de la prevención ante cualquier eventualidad. El rector universitario hablaba en este sentido porque dijo algo importante: la capacitación constante y la educación continua resultan herramientas de gran relevancia y pertinencia para el manejo de cualquier tipo de crisis. Sería muy atinado que el gobierno estatal se siga apoyando en la UdeC para desarrollar proyectos que vayan en beneficio de los colimenses, sobre todo en la protección de la vida de los colimenses, pues la prevención, como en todo, evita muchos problemas y tragedias.

A PROPÓSITO, el epicentro del temblor de 4.6 que se registró a las 06:46 horas de este jueves 13 de octubre fue en Coalcomán, pero en una zona diferente al que se registró el 19 de septiembre, que fue en la costa, por lo que entonces no sería una réplica de ese sismo del 19S, sino un nuevo temblor. Sea como sea, me parece que el riesgo de otro fuerte temblor en la región de Colima y Michoacán sigue latente, pues independientemente de la información científica o técnica que den a conocer, desde el 19 de septiembre los pájaros se escondieron y los pocos que se dejan ver en los árboles no cantan ni graznan. Hasta que los vea otra vez, cantando o graznando, estaremos más tranquilos.

EL EX gobernador José Ignacio Peralta Sánchez y el ex alcalde de Colima, Leoncio Morán Sánchez, no han sido notificados de los juicios políticos que hay en su contra porque, en el caso del primero, demandado por presuntos actos de corrupción en su gobierno, “todavía no lo encontramos”, dice el presidente de la Comisión de Responsabilidades del Congreso del Estado, Armando Reyna Magaña. Y en relación al ex alcalde de la capital, este diputado de Morena argumenta que “estamos haciendo las diligencias, agotando los domicilios que se nos proporcionaron”, pues la demanda de presunto desvío de recursos fue contra los integrantes del Cabildo de Colima, entre ellos Leoncio Morán, y el plazo para notificar concluye este 15 de octubre. Sin embargo, mientras los diputados de Morena no dan supuestamente con el ex gobernador y el ex alcalde de la capital, sí actúan ágilmente en el caso del diputado Héctor Magaña, coordinador de la fracción del PRI, a quien se le comunicó de una demanda de juicio político en su contra en plena sesión del Congreso y se le notificó hasta en un restaurante, en donde Magaña daba una rueda de prensa precisamente sobre esta demanda. Muchos ya saben por qué esta doble cara de los morenistas.