Se acaba de dar el ataque cibernético más alarmante al país, seis terabytes de documentación de la Secretaría de la Defensa Nacional fueron robados por un colectivo de piratas informáticos y distribuidos libremente a medios de comunicación; el ataque ocurrido ha desatado varios debates debido a lo que se ha descubierto en todos esos documentos, temas desde la salud del presidente, el acoso sexual dentro de las fuerzas armadas e inclusivo el uso de software para labores de inteligencia (o espionaje) a la población civil han salido a relucir y probablemente más cosas seguirán surgiendo en las próximas semanas.
El punto que planeo tocar no es sobre alguno de los escándalos que relucieron a raíz de la intromisión ocurrida, el tema que debemos tomar en cuenta es como este jaqueo evidencia el atraso gigantesco que tenemos en la administración pública mexicana. Nuestra administración cuenta claramente con un gran número de deficiencias, problemas como la corrupción, la falta de transparencia o la complejidad de ciertos trámites burocráticos muestran una seria falta de profesionalismo administrativo y quien termina sufriendo a causa de esto es la ciudadanía, mientras en muchos países en vías de desarrollo seguimos utilizando un modelo de administración pública tradicional, las naciones desarrolladas ya ejercen los esquemas de gobernanza y gobierno abierto, varios de estos mismos países han implementado el gobierno electrónico en sus administraciones lo cual ha aumentado increíblemente la experiencia y satisfacción de los usuarios, o sea del ciudadano.
Países como Estonia mantienen toda la información que sus ciudadanos necesitan de forma digital, mediante un usuario único cada persona tiene a la mano información necesaria para varios aspectos básicos de su vida cotidiana como lo puede ser una visita al médico. Estonia mantiene este sistema mediante altos niveles de seguridad cibernética, incluso tienen respaldos de la información de sus servidores en otros países y cuenta con caros y complejos sistemas para asegurar que el número de gente que pueda acceder a los datos personales ajenos sean pocos, el país báltico no ha escatimado en recursos para conseguir asegurar la información de sus habitantes.
Entonces el ataque a la institución que prácticamente está encargada de la seguridad nacional y a la que se le han venido otorgando cada vez más y más atribuciones es una alerta roja sobre el frágil estado de nuestros datos, si bien mucha información de la SEDENA debería ser transparente, la burla a sus sistemas de seguridad muestra que concretar un gobierno electrónico capaz es una meta lejana, si un grupo logró robar datos al ejercito entonces qué los impide hacerlo con mayor facilidad a las entidades federativas o a las demás secretarías; ¿con qué facilidad podrían obtenerse los datos médicos de las personas registradas en el seguro social?; y ¿qué tan vulnerables son las bases de datos del SAT o del INE?
La opacidad en el gobierno genera al final de cuentas casos como el que estamos viviendo, claramente la carrera tecnológica ha dejado muy atrás al gobierno mexicano y este se muestra con poca disposición y capacidad para alcanzarlo, la inversión requerida simplemente se percibe como muy cara para algo intangible, por esto mismo los gobiernos desisten en destinar recursos a la mejora administrativa para usarlos obras públicas ya que estas a pesar de ser en ocasiones insignificantes son lo que el votante ve. La forma en la que podremos tener administraciones eficaces será únicamente mediante transparencia, participación ciudadana y una inversión pública bien definida para dicho rubro, solo así se podrá tener cierta certeza de estar en un Estado que cumpla con los estándares para garantizar a sus ciudadanos la seguridad de sus datos a fin de que no caigan en un mal uso por parte de ajenos o incluso del mismo Estado.