Desde siempre, poca importancia le han concedido a la promoción y apoyo al deporte en todas sus formas y expresiones, las autoridades de los tres niveles de gobierno y las instituciones públicas de educación en el estado como la Universidad de Colima y el ahora llamado Instituto Tecnológico Nacional de México, por ejemplo.

A pesar de que el discurso de los gobiernos 4treros privilegia la atención a las causas sociales para atemperar la violencia imperante en todo el país, Colima incluido, y de que el Rector de la Universidad de Colima jura y perjura que “el esfuerzo personal de los deportistas fortalece más a la Universidad”, sus dichos no se han visto reflejados en sus presupuestos de egresos, todavía.

El “Plan Institucional de Desarrollo 2022/2025 de la Universidad de Colima” puede leerse que “en el ámbito de la cultura física y el deporte, se cuenta con el Programa de Acreditación Deportiva donde se fomenta en las y los alumnos la práctica permanente de la cultura física y el deporte a través de: clubes universitarios, ligas estudiantiles, apoyo al deporte, programa dominical, selecciones y clubes internos, en los cinco campus universitarios”.

También, que “desde el 2013, este programa ha fomentado el deporte universitario entre el alumnado del NMS (nivel medio superior) y NS (nivel superior), detectando en la práctica a estudiantes con cualidades de desarrollo en la disciplina, para representar a nuestra institución en escenarios deportivos estudiantiles, además de acreditar la actividad como parte del currículo. Sin embargo, cabe mencionar que el reto principal que presenta el programa es la insuficiencia de recursos económicos para la conservación y mantenimiento de instalaciones deportivas”.

¡No pos’sí, sí pos’ no¡ Insuficientes recursos, especialmente los de la iniciativa, la inteligencia, capacidad de gestión y la apertura institucional para que la extendida comunidad universitaria en su conjunto participe en el relanzamiento del deporte universitario empezando por la conservación y mantenimiento de las instalaciones deportivas, gimnasios, vestidores, sanitarios, la pista de tartán del Estadio Universitario, los campos aledaños al mismo y el abandonado Estadio Jorge Assam.

Ojalá que la gobernadora Indira Vizcaíno Silva y el Rector de la Universidad de Colima, Christian Torres Ortiz Zermeño, tan deportistas ellos, le concedan al deporte una mayor importancia e involucren a la comunidad universitaria y a la sociedad colimense en su conjunto, en la concertación de acciones y en la recaudación de los recursos económicos necesarios para proyectarlo a niveles de excelencia. La Universidad de Colima tiene una larga experiencia en la firma de acuerdos de colaboración mutua con el gobierno estatal, los ayuntamientos, el Congreso del Estado, las cámaras empresariales y diversas agrupaciones de la llamada sociedad civil, que bien pudiera aplicar en la suscripción de uno tamaño mega para apoyar

EL ACABO

*El reciente cambio de titular del Instituto Colimense del Deporte (INCODE) que recientemente llevó a cabo la gobernadora Vizcaíno Silva, poco incidirá en la reactivación del deporte en el estado que seguirá, como ella, anclado en los últimos lugares del medallero nacional, a pesar de diga que “tanto el deporte de alto rendimiento como el deporte popular o social es clave para la construcción de paz y bienestar en Colima”.

*El nuevo Director General del Instituto Colimense del Deporte (Incode), Alejandro Rodríguez Alvarado, podrá ser “un reconocido deportista que destacó en el futbol amateur de Colima, como integrante de equipos locales y la selección de Colima en campeonatos regionales y nacionales, y también promotor de las diferentes disciplinas deportivas”, pero eso poco le ayudará a lograr que “Colima sea protagonista en las diferentes competencias regionales y nacionales, y que se incremente el número de deportistas colimenses en las selecciones nacionales y las participaciones internacionales”, porque para la 4T el deporte no es prioritario. ¿O sí?

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