La reciente reaparición del ex gobernador Mario Anguiano en la escena pública en lo que podríamos llamar el arranque de la carrera por las elecciones intermedias (a corto plazo, que incluyen la presidencial) y las elecciones por la gubernatura (a largo plazo) levantó a un tiempo vientos favorables y contrariados en un amplio sector de la clase política estatal y de la población colimense.
No me detendría en analizar, sin embargo, estas expresiones a favor o en contra de la reaparición del ex mandatario estatal ni de la forma en que mostró su músculo al haber convocado a personajes y liderazgos importantes de la clase empresarial y de la política local (como el propio Martín Flores o Mely Romero) sino más bien en cómo Anguiano Moreno, contrario al resto de los priistas colimenses, incluido su propio instituto político, ha logrado tomar la delantera para empezar a posicionar en el ánimo de la población una vertiente del propio PRI y ciudadana al mismo tiempo (al final del día esto constituye la razón de ser de origen de este partido) que nadie se había preocupado por atender.
La oposición priista y panista a nivel local (como nacional) está totalmente desorientada y pareciera que hasta desbarrancada, y no ha atinado en construir una narrativa paralela que pueda ir corrigiéndole la plana o al menos dialogando con la narrativa oficial, por lo que aglutinar liderazgos de diferente cepa para trabajar juntos en un proyecto común de Estado no podría interpretarse sino como una alternativa social y política pertinente para un escenario social urgido de cambios palpables.
Seríamos ingenuos en decir que esto no es una expresión visiblemente política, pero qué voluntad (así provenga de un nicho puramente ciudadano) que intente cambiar el estado de cosas no es una voluntad de tipo político? Como lo repito, lo interesante de la reaparición del ex mandatario priista no es sólo las reacciones que esto ocasionará en la sociedad sino las que habrá al interior del propio PRI si consideramos que por lo menos en el sexenio pasado el solo nombre de Mario Anguiano causaba urticaria, de manera que ahora ver a la ex candidata priista a la gubernatura Mely Romero al lado suyo puede representar un buen número de su suspicacias entre aquellas corrientes del PRI contrariadas entre sí.
La reaparición, pues, un tanto atronante del ex mandatario Mario Anguiano deja muchas preguntas pendientes y varios misterios por resolver, pero seguramente estos se irán despejando más temprano que tarde conforme la presencia de este grupo, unido por la lealtad, empiece a realizar acciones que impacten en el ánimo de la sociedad colimense.