“El cabrón joto está vinculado a proceso, ¿eh? Dijo el Vicegobernador, Arnoldo Vizcaíno. “Oye, pinche vieja, hija de la chingada, tiene cuatro años de senadora y no ha venido nunca y ahora sí se le ocurrió”, le sorrajó su entrevistador palero a la senadora Griselda Valencia. Para la belleza porteña Griselda Martínez, también tuvo el burro sin mecate de Buena Vista: “la mujer se alocó péndulamente”.

Con tales exabruptos el muy cerril y acomplejado gobernador padre logró trascender fronteras, pues hasta medios nacionales difundieron los dichos exhibiéndolo como el individuo violento, misógino y homofóbico de pensamiento limitado y retrógrada que es, un bobón de tapanco que nada abona a una sociedad ávida de paz y armonía como la de Colima martirizada por el mal gobierno de la 4T.Para ayudarlo a bien morir ante la opinión pública, el incompetente encargado de la comunicación indirista, el centavero Miguel Ángel Vargas Vaca, recurrió Ante reprobables expresiones salieron tres reconocidos mercenarios de la pluma: Bandolero Díaz, Ricardo Sánchez, y Horacio Archundia. El primero del desafinado trío tiene en su haber más denuncias dos denuncias penales que artículos publicados.

Le quema incienso al gobernador Vizcaíno Rodríguez con la esperanza de que éste lo proteja de cualquier acción de la justicia en su contra por los múltiples fraudes y extorsiones que sigue cometiendo en perjuicio de gente inocente a la que embauca con su verborrea.

El segundo es un pobre diablo azul, verde amarillo, naranja y ahorra guinda siempre presto a chapulinear en busca de ingresos económicos que le permitan sobrevivir arrastrando sus miserias. Como todo converso, para ganarse al nuevo amo, despotrica en contra del anterior, como lo hizo en su momento para denostar a Indira Vizcaíno, a López Obrador y su Cuarta Transformación. Sobre el tercero de los pelafustanes de la pluma, el “Carlos Monsiváis Porteño”, pesan denuncias penales por presuntos delitos sexuales como pedofilia.

Él vive, como Monchis, rodeado de libros, gatos y jovencitos a su puerta. Se le ve alegremente por las calles del puerto- en días y horas laborables- alimentando a los felinos en situación de calle ojo avizor a la carne humana fresca, adolecente. En los días de quincena hay más chichos haciendo cola fuera de su guarida que los necesitados de ayuda económica que socorría en Colima Flipe Michel. De esa calaña son los defensores “periodísticos” de oficio que sacó el tal Vargas para defender al tal Arnoldo, totalmente carentes de credibilidad, que sólo evidenciaron lo huérfano de acompañamiento periodístico que están los incompetentes y corruptos nuevos gobernantes cuatro teístas.

Ante la andanada de agresiones verbales misóginas y homofóbicas lanzada al aire por Arnoldo, el pueblo colimense sigue esperando que aparezcan las aguerridas y combativas feministas que en un pasado reciente tomaban las calles a las primeras de cambio, ante un suceso de igual o menor magnitud, cómo lo hacía la forastera Paula Delia González, hoy titular de la USICAMM de la SEP Colima. O la pihuamense que pateo el pesebre de la U de C que durante tres décadas la mantuvo junto a su hermano ahora también chairo como ella, Catalina Suárez Dávila, flamante Directora del Instituto Colimense de las Mujeres; y María Elena García Rivera, Directora de la Normal de Maestros, ISENCO.

Ayer tomaban las calles sin pensarlo dos veces. Hoy, en tiempos de la 4T, su silencio sepulcral aturde. ¿Les quedará todavía una pisca de congruencia? ¿Serán todavía feministas? ¿Han callado por la paga o porque perdieron ya el brío? Colima merece más de las feministas.

En el mismo tono y frecuencia están las organizaciones defensoras de la diversidad sexual, quienes por menos se le fueron encima al mal logrado Diputado Local Roberto Chapula. Hoy se les extraña, no se asoman ni por error, ni gracia, como César Guerra, Presidente de la A.C. RDfine; Víctor Villanueva, Director del Centro de Investigaciones de la Inclusión; y Salvador Reyes, Presidente del Colectivo ser Gay.