EL PRESIDENTE Andrés Manuel López Obrador vino a Colima, pero no tocó el tema de la inseguridad pública en el estado, al menos no ante los medios de comunicación o durante los eventos que encabezó el pasado fin de semana, como lo esperaba la sociedad. Y es que, desde hace más de dos meses, la sociedad tiene dos razones para esperar que así fuera: 1) el presidente se comprometió en febrero a regresar en mayo para hablar sobre el tema (no lo hizo), y 2) la situación no ha mejorado como para olvidar esta demanda de muchos colimenses. Por lo pronto, la gobernadora Indira Vizcaíno Silva aseguró que sí se abordó el tema de seguridad con el presidente, y al respecto declaró: “Por supuesto que hablamos del tema y hablamos de manera puntual y profunda del mismo. Estamos trabajando en una estrategia específica con la Secretaría de Marina, la Defensa Nacional y con varias instituciones federales; sin embargo, no es una estrategia que podamos hacer pública”. Se esperaría ver en los próximos días o próximas semanas esa estrategia específica para disminuir el alto nivel de la inseguridad púbica porque afecta a todos y a todo desde hace 6 años a los colimenses.
POR CIERTO, de visita en Manzanillo, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, ofreció el respaldo del gobierno norteamericano para recuperar la seguridad en el estado de Colima. El diplomático reconoció los esfuerzos y el trabajo de la gobernadora de Colima en el combate a la delincuencia y la inseguridad; mientras que la gobernadora Indira Vizcaíno manifestó que “la colaboración no solo es necesaria, sino bienvenida, respetando la soberanía”. En las próximas semanas se podría ver esa colaboración seguramente en la parte que tiene que ver con el trasiego de drogas que se da desde el puerto de Manzanillo, pues los vecinos del Norte tienen el interés y la necesidad de regular en nuestro país el tráfico de drogas hacia EU, buscando que los grupos no lo inunden de drogas.
SE ESPERA que el arribo al estado de Colima de 300 elementos del Ejército Mexicano y Guardia Nacional para reforzar las labores de seguridad en la zona conurbada de Colima y Villa de Álvarez sea parte de esa estrategia específica de la que habla la gobernadora para disminuir los homicidios vinculados a la delincuencia organizada porque el comunicado oficial sobre esta llegada indica que “las operaciones se desarrollarán con base en una estrategia de inteligencia y en coordinación con las autoridades de los tres órdenes de gobierno”. Ojalá que así sea porque entonces disminuiría la presencia de integrantes de los grupos delictivos y, por tanto, la reducción de los demás delitos de alto impacto que agravian más a la sociedad. SI no es así, estaríamos ante otro atole con el dedo por parte de los gobiernos.
SOBRE EL tema surgió otra joyita de la diputada de Morena, Andrea Naranjo, quien con esa visión simplista, ligera y cómplice que tiene dijo ahora que en materia de seguridad en Colima la estrategia “está bien” y lo único que falta es trabajar en la prevención social. Para la diputada de Manzanillo esa “correcta” estrategia consiste en que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador diariamente lleva a cabo reuniones en materia de seguridad y, en el caso de Colima, también hace lo propio la gobernadora Indira Vizcaíno a través de reuniones de trabajo en la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de Paz y Seguridad. Si es así, pues ya nos salvamos, dirían los más optimistas. Sin embargo, si la estrategia (sic) estuviera bien, habría ya disminución en los delitos de alto impacto y, por tanto, hubiera algo de paz y tranquilidad. Pero no, por el contrario, la realidad es que buena parte de la sociedad está atemorizada y seriamente agraviada por las desapariciones, los robos, las extorsiones y los homicidios en las calles que se dan a cualquier hora del día. ¿Lo sabrá la diputada? Tal vez, pero no lo quiere ver, no le conviene ver.
MARTÍN FLORES Castañeda ganó ampliamente la elección de secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado, por lo que el gobierno estatal tendrá que actuar con más inteligencia, pues aunque se pensaba que Martín perdería simpatías entre los trabajadores por haber dado la espalda al PRI y apoyar a Movimiento Ciudadano y su candidato en la pasada elección Constitucional, la gran mayoría de los agremiados le dieron otra vez su confianza, como en los viejos tiempos. A Martín le sirvió bastante en sus aspiraciones la lucha que ha realizado para no aceptar el incremento salarial del 3 % que ofreció el gobierno del estado a los sindicalizados y la campañita negra que lo intentó poner como un dirigente corrupto y charro. Por lo pronto, el reelegido dirigente sindical demostró de lo que está hecho al anunciar, por un lado, que hay el intento de desaparecer el IPECOL, lo que representaría más problemas legales y financieros si no se cubren los recursos a los trabajadores, y, por otro, informó que el pasado miércoles reanudaría la lucha por el incremento salarial del 7.36 por ciento y la defensa de las conquistas y derechos de los trabajadores.
FUE SIGNIFICATIVO que el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, haya venido de la noche a la mañana al estado para reunirse con diversos dirigentes sindicales para escucharlos y atender sus demandas, por instrucciones del presidente, seguramente. Entre estas reuniones con dirigencias sindicales, a las que acudió la gobernadora Indira Vizcaíno Silva, estuvo la del gremio de Salud que encabeza Dolores González Meza. El propósito de estos encuentros fue calmar los ánimos de los dirigentes sindicales en sus demandas que hacen públicas, pero esto pudo haber ido más allá, pues ahora se espera una colaboración de estos dirigentes con el gobierno del estado para sacar adelante los diversos y difíciles temas sindicales que están pendientes de atender y resolver, aunque no se descarta algo más allá, como la aplicación de aquello que se sintetiza en “te perdono esto, pero a cambio de esto (una actitud más prudente e institucional)”.