La Universidad de Colima tomó la acertada decisión, a través de su área de coordinación científica, de destinar recursos propios para llevar a cabo proyectos de investigación que pudieran tener como principal objetivo la aplicación a problemáticas palpables de, principalmente, nuestra localidad.

Es la primera vez que se lleva a cabo un programa científico de esta naturaleza en nuestra institución y, para ser la primera vez, me parece que las expectativas fueron rebasadas porque a la convocatoria se presentarían 48 proyectos de investigadores de nuestra casa de estudios que se sometieron a un dictamen ciego (esto es anónimo para hacerlo más justo e imparcial) hecho por evaluadores nacionales e incluso internacionales.

De esos 48 proyectos se eligieron a los diez ganadores de esta primera convocatoria, los cuales son los siguientes: “Diagnóstico de la situación laboral de las personas Travestis, Transgénero, Transexuales y no Binarias en el Estado de Colima”, de Jonás Larios Deniz; “Efectos de la taurina oral sobre un modelo experimental de preeclampsia inducido por L-NAME”, de Víctor Hugo Cervantes Kardasch; “Segregación urbana y sus efectos en la población femenina discapacitada y de la tercera edad”, de Susana Preciado Jiménez; “Elaboración de una estrategia de turismo en términos sustentables, sostenible y de conservación del Sistema Socio-ecológico Playa Peña Blanca, Manzanillo, Colima”, de Lilia Itzel Sosa Argáez;

“Efectos del ejercicio físico sobre la memoria espacial, flexibilidad cognitiva y la expresión de BDNF, IGF-1y VEGF hipocampales, en ratones adultos CD-1 con privación sensorial permanente”, de Angélica Moy López; “Valoración nutricional de platillos típicos, para una Alimentación saludable y sostenible en Colima”, de Alin Jael Palacios Fonseca; “Análisis de los procesos psicológicos en víctimas e implicaciones socioculturales involucradas en la atención por parte de operadores del NSJP en Colima: Hacia la construcción de un nuevo paradigma en la compresión y atención ética de víctima desde el derecho y con enfoque en la dignidad humana”, de Silvia Rosa Sigales Ruiz; “Sistema de monitoreo y adquisición de señales eléctricas para estimar parámetros de equipo eléctrico”, de Luis Alberto Contreras; “El arte como herramienta de educación ambiental para la sustentabilidad”, de Sarahí Abarca Cedeño; y “Factores asociados al nivel de autonomía de estudiantes de secundaria del municipio de Cuauhtémoc cuando usan materiales incluyentes para el aprendizaje autónomo del inglés como lengua extranjera”, de Rosa María Peláez Carmona. Como puede verse, son proyectos que no sólo tendrán un impacto positivo en problemáticas locales visibles (incluso transferibles a problemáticas similares de otros estados de la república), sino que también son proyectos formativos de nuevos investigadores pues en cada proyecto se involucra a un profesor investigador de tiempo completo (como responsable técnico),

um profesor por horas, un profesor de tiempo completo de nivel medio superior y un profesor de otra dependencia o Cuerpo Académico,

pero lo que es más importante es la participación de estudiantes, estudiantes que podrán tener la oportunidad de colaborar de cerca en un proyecto de investigación y verlo desde su gestación hasta su aplicación.

Esta es la forma en que realmente se forma a nuevos creadores de conocimiento y, por ello, la necesidad de que este programa de apoyo a proyectos de investigación con enfoque eminentemente social se convierta en una parte toral de la misión de nuestra máxima casa de estudios en el ámbito de la investigación científica. Como lo dije en una colaboración pasada, dada la importancia de programas como este la universidad podría convocar la participación del gobierno del Estado, municipios e iniciativa privada, quienes podrían contribuir con recursos extraordinarios en la solución de problemáticas específicas que afecten a nuestra entidad, y de esta manera se podría incluso expandir de forma exponencial los apoyos a proyectos importantes que de otra forma podrían quedarse fuera del programa.