El afán de pretender apoderarse de los sindicatos que existen en Colima sólo se puede entender por una razón miserable y mezquina: el indirato los quiere usar a favor de Claudia Cheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, en su anticipada campaña en busca de la candidatura presidencial de Morena y sus aliados, de la que Indira Vizcaíno Silva es la principal promotora en la entidad. Por esa razón, las intentonas no han cejado: desde la Sección 39 del SNTE, el de los Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado (STSGE) y la Sección XII del SNTISSSTE, ganas n o les faltan a los cuatroteros.

En la Sección 39 los maestros estatales dieron una ejemplar batalla en contra de la intromisión del indirato, representado en el vejete Arnoldo Vizcaíno Rodríguez, gobernador de facto de Colima, que mordió el polvo con su delfín frente a David Hernández Viera. En el pleito contra los burócratas su líder sindical, el enanín de Martín Flores Castañeda, se defiende como gato boca arriba, ante la pretendida imposición de Sergio Alejandro Fuentes.

Enturbia el panorama la velada amenaza de muerte del impresentable Víctor Torrero Enríquez, que no hace sino actuar al mejor estilo que conocen los cuatroteros: el mafioso. Sólo faltó añadirle al mensaje a Martín lo siguiente: “Esto es cosa nostra”. Toca ahora turno a la Sección XII del sindicato de trabajadores del ISSSTE, donde Carlos Alberto Vizcaíno Martínez entrega la batuta el miércoles próximo a los que se disputan el cargo al frente de sendas planillas: la del médico cirujano Pablo Alfonso Olachea Martínez (planilla roja) o la del médico internista José Madrigal Galván (planilla anaranjada).

Medirse en las urnas los dos profesionistas es un ejercicio completamente democrático en el que la base participará con su voto libre, directo y secreto, ya no con asambleas de delegados. El problema, empero, es que el de la planilla naranja está respaldado por el indirato. A José Madrigal lo apoya gente de dudosa reputación: Guillermo Villa Godínez y Josué Ceja, exfuncionarios de la delegación del ISSSTE, que tras de sí traen el respaldo de agentes externos que buscan inmiscuirse en tareas internas, a saber: Jesús Orozco Alfaro (alias Chucho el Rata), Mario Anguiano, Virgilio Mendoza Amezcua y, sobre todo, el viejón Arnoldo Vizcaíno.

Ahora se sabe el interés de apoderarse de los sindicatos: quiere el indirato hacerle grandes concentraciones de acarreados a la jefa de Gobierno de la CdMx cuando, si todo les sale a pedir de boca, ella sea la candidata presidencial morenaca en el 2024. Es decir, el indirato quiere utilizar a los trabajadores sindicalizados (de todos los que tenga bajo su control) como carne de cañón en las manifestaciones y mítines a favor de la Cheimbaum Pardo, que anda desatada con actos adelantadísimos de campaña, lo que es prueba irrefutable de que a los morenacos (entre los que van juntas Claudia e Indira) las leyes sólo son para bailar sobre ellas el jarabe tapatío. La última visita de la jefa de Gobierno de la CdMx a Colima no fue ningún foro: fue un acto anticipadísimo de campaña en el que, encima, exhibieron su división al ni siquiera haber invitado a la mazorquera alcalde de Manzanillo.

De ahí, pues, el inusitado interés de la Gobernadora Altozano y su papito por los sindicatos. En el caso de la Sección XII del sindicato del ISSSTE el candidato con todas las posibilidades de alzarse con el triunfo es Olachea Martínez, que en José Madrigal tiene a un opositor que está respaldado por el indirato, lo que lo convierte en un rival no sólo débil, sino cuestionado por su propia forma de comportamiento. Este sujeto actúa de forma procaz con las mujeres, pero también es un marrullero en su trabajo, pues es capaz de mentir para poder hacer campaña a mucha distancia de su centro de labores. El angelito es médico en las delegaciones del ISSSTE, del IMSS y de la Secretaría de Salud y Bienestar Social (SSyBS), cuyas plazas están en los municipios de Colima, Villa de Álvarez y Tecomán, lo que lo hace un auténtico malabarista que se puede sostener en tres cargos a la vez.

Eso podría ser posible en alguien que realmente estaría entregado a su noble profesión, pero no en el caso de José Madrigal. En Colima trabaja en la clínica los sábados, domingos y días festivos, pero fingió lesionarse una pierna y solicitar licencia para no tener que ir a trabajar el domingo anterior, cuando en Manzanillo se le vio ese mismo día sin ninguna huella de tener problemas para caminar. O sea: un vil marrullero es el que quiere dirigir el sindicato de los trabajadores del ISSSTE en Colima y, para colmo, con el apoyo del indirato que solamente quiere utilizarlos para sus acarreos políticos.

Así como los maestros de la Sección 39 se sacudieron el intento de tutelaje que quería mantener ahí el viejo Arnoldo Vizcaíno Rodríguez, los integrantes de la Sección del sindicato del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado deben valorar muy bien su voto; si no, estarán avalando a un vaquetón de siete suelas que se entregará en cuerpo y alma a los intereses políticos de los cuatroteros, que resultaron peores que las siete plagas bíblicas juntas.

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