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Tarea Política José Luis Santana Ochoa Posicionado

Sin patrocinio partidista ni de grupos de interés,  el  militante del Partido Revolucionario Institucional, Enrique De La Madrid Cordero, de raíces familiares colimenses, se ha posicionado ya como firme y serio aspirante a la candidatura presidencial 2024/2030, cuando todavía tiene más de un año para promover su proyecto político sexenal convencido de que “sí es posible ser honesto y capaz en México, pese a estar en un gobierno estatista que deteriora la economía nacional y tiene muy malas cuentas por entregar”.

De La Madrid Cordero ya pinta en todas las encuestas sobre preferencias electorales para presidente de la República, en las que sus positivos superan con creces sus negativos, más o menos al mismo nivel que el alcalde de Monterrey Luis Donaldo Colosio Riojas, cuadros ambos con un gran potencial de crecimiento político y electoral de cara al 2024. Este notable logro en tan corto tiempo, es digno de resaltarse.

Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard. Ha “Salvar a México, defender la democracia y a nuestro país privilegiando las coincidencias y dejar las diferencias para después”, es la divisa del maduro abogado con experiencia como docente y directivo universitario, legislador federal y funcionario en la administración pública , que tomaría  posesión del cargo de presidente de la República el mismo día de su cumpleaños número 62.

“Me siento listo, preparado, y me estoy preparando todos los días; porque prepararse también es escuchar todos los días, oír todos los días y también dar tus puntos de vista y recoger los puntos de vista de otra persona, eso es preparación”, expresa con claridad un político que privilegia la palabra de una ciudadanía que debe ser  seriamente considerada en las decisiones que le conciernen, que entiende la política como un ejercicio de comunicación social de doble vida. 

Enrique De La Madrid Cordero tiene ideas claras y proyecto viable que poco a poco ha ido dando a conocer a través de sus artículos y de algunas entrevistas, acciones de calentamiento que deben ya dar paso a las tareas de construcción de un gran  movimiento ciudadano nacional capaz de atraer a los millones de votantes que todavía no ven una salida viable del entrampamiento 4teísta en que los excesos y abusos de las presidencias prianistas los hicieron caer. 

La construcción de una gran red de simpatizantes y promotores  del proyecto presidencial que lidera Enrique De La Madrid Cordero, en todos los estados y sectores sociales del país, es una tarea titánica que demandará grandes recursos financieros, de organización y comunicación, que inteligentemente aprovechados pueden meterlo de lleno en la disputa presidencial donde las corcholatas de Andrés Manuel López Obrador ya andan echas la mocha con todo el respaldo institucional del Gobierno Federal.

Tiempo es ya de que el sorprendente prospecto presidencial y sus allegados se pongan manos a la obra para aprovechar el año y medio que tienen por delante entre la fecha y las nominaciones de candidaturas a principios de 2024. Los días, las semanas y los meses se van volando. Si Enrique y su grupo los pierden, terminarán llorándolos como los santos. 

Mientras que los partidos políticos de oposición andan metidos en las elecciones de Coahuila y Estado de México, y el Partido Movimiento de Regeneración Nacional en sus reyertas internas y en el placeo de sus corcholatas, Enrique De La Madrid Cordero debe aplicarse en serio y a fondo a lanzar a lo grande su proyecto si de verdad decidido está a entrarle con fe al bailazo sexenal.

EL ACABO

*Una clara señal de que Enrique De La Madrid Cordero ha logrado posicionarse en su carril para correr la carrera presidencial 2024, es que ya es cliente de MALO en sus conferencias mañaneras.

*El evangélico presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, desquiciado, ya sacó boleto con la Iglesia Católica. También se echó encima a la Comunidad Judía de México, pasando a joder a su corcholata Claudia Sheimbaum Pardo que es “mujer, científica y judía”. A los sacerdotes jesuitas los calificó de “hipócritas” y al publicista hijo de David, Carlos Alazraki Grossmann, de “hitleriano”.

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