Si hay un tipo envidioso, mezquino, miserable; en fin, un ojete esférico, por aquello de que se le nota desde cualquier ángulo que se le mire, ese es Óscar Javier el Pelón Rosas Hernández (le invertí los apellidos para que se le acomode el albur), quien hace equipo con Nico Contreras Cortés, conocida teibolera de la política, en cuya aventura más reciente pretende imponer ese par de aretes a un pelele como secretario general de la Sección 39 del SNTE, cuyo cambio está programado para este jueves 16 del presente mes.
No obstante, el titiritero que está atrás de todo el tinglado es el vejete Arnoldo Vizcaíno Rodriguez, gobernador de facto de Colima. El fugaz titular de la Secretaría de Educación logró su sueño húmedo con Nachito Peralta, pero desde mucho antes ya había intentado apropiarse de un cargo en el que no lo aguantaron ni los de su propio gremio, al grado de unirlas, pero en su contra, a las Secciones 6 y 39 del SNTE, lo que nos dice mucho de ese gañán.
A ver: cuando Carlos Flores Dueñas llegó a la SE del Gobierno del Estado, el Pelón Rosas grilló en su contra para que no despachara el íntimo amigo del gobernador en funciones, Fernando el Nene Moreno Peña, pues se creía muy sabroso y con la plena seguridad de que podría lograr su objetivo.
Siempre se las ha dado de muy politólogo y conocedor del tejemaneje de la política local, pero no pasa de ser un vil farsante, a lo que se agrega su increíble ingenuidad, al suponer que podría pesar más él (el Pelón Rosas) que el cabeza de sorbete, amigazo de toda la vida de Moreno Peña, que hasta se dio el lujo de durar 10 años en el cargo.
Es más: es tanta la amistad entre Carlos Flores y FMP, que por esa sola razón éste maniobró para que quedara como gobernador interino cuando se anuló el triunfo de Gustavo Vázquez Montes y tuvo que llevarse a cabo una nueva elección extraordinaria.
Total: el Pelón Rosas no fue secretario de Educación, pero se mantuvo en su cargo de nivel de director, donde más tarde le fueron quitando facultades. En la administración de Mario Anguiano Moreno volvió a la carga el que se dice muy conocedor de la política doméstica: hizo antesala en la oficina de Elba Esther Gordillo, a la sazón dueña del SNTE, para intentar pedirle directamente que lo apoyara para que fuera nombrado el nuevo titular de la SE en Colima, saltándose la autoridad del gobernador.
Cualquiera medianamente enterado sabe que ese tipo de negociaciones las hacen directamente el gobernador y el sindicato, donde no caben los intermediarios gandayas. Bueno, el Pelón Rosas se saltó las trancas y supuso que podría negociar directamente su cargo con la Gordillo, quien nunca lo recibió y, por tanto, el envidioso sujeto no pasó de la antesala. Pese a todo, con Mario Anguiano logró colarse a la dirección del IEEA (antes INEA), desde donde maquilló cifras para aparentar eficiencia, aunque con ello le echara tierra a su antecesor en el cargo, Carlos Orozco Galeana.
En la SE, como se recuerda, permaneció la mayor parte del sexenio de MAM el profesor Federico Rangel Lozano, que ni siquiera pretendía ese cargo, pues su intención era hacer política como diputado local. Alegando “razones de Estado” (un término mal empleado, pues no venía al caso), el gobernador Mario Anguiano convenció a Federico Rangel que se quedara en el importante cargo, si bien es cierto que de todos modos cumplió con el compromiso de apoyarlo políticamente para que llegara a la alcaldía capitalina sin mayores sobresaltos.
En fin: de nueva cuenta se le fue de las manos la SE al envidioso y mezquino Pelón Rosas, al que ya con Nachito, por fin, le tocó premio, aunque con el respaldo de Fernando Moreno, por conducto de la señora Hilda Ceballos, que fue sorprendida por el experto en maquillar datos. Por alguna extraña razón que algún alumno de Sigmund Freud nos podría explicar mejor, el Pelón Rosas les tomó mucho odio a los hermanos Federico y Guillermo Rangel, pues antes que él, ellos estuvieron al frente de la SE.
En ambos casos, el exfuncionario lanza todo su veneno para acusarlos de haberse enriquecido en el cargo, cuando bien sabe –al haber sido también fugaz titular— la manera en la que opera esa importante secretaría. Se entendería si se tratara de un ignorante, pero no en uno que estuvo al frente de la SE, que sabe que no se maneja dinero a discreción, sino todo lo contrario. Como ocurre en prácticamente todas las secretarías estatales, la que maneja los recursos en el Gobierno del Estado es la Secretaría de Finanzas (actualmente con el nombre de Secretaría de Planeación, Finanzas y Administración), de tal suerte que esa es la que paga a los maestros federales (los de la Sección 6 del SNTE) y a los estatales (Sección 39 del SNTE), no la Secretaría de Educación, que sólo dispone de recursos mínimos para gastos operativos.
Cierto, el presupuesto que se destina a educación es de los más altos de todos (junto con el de salud), pero el que paga está en otro lado. Así, pues, ¿de dónde sale para enriquecerse? Al final, el Pelón Rosas se revuelve en su propia bilis, pues es un vergonzante matraquero del candidato oficialista a dirigir la Sección 39 de SNTE, Christian Vega Cruz, que no lo acepta en público por su mala fama de chueco, traidor y transa, entre otras “virtudes”. O sea: el Pelón Rosas sólo resta y divide.
Por esa razón es que se entendió tan bien con otro espécimen semejante: Nico Contreras, la teibolera de la política (con perdón de las bellas por el símil) que hizo tubo-tubo en el PRI, dio machaca de huevo en el PRD, ofreció sexis privados en el PAN y ahora baila en la mesa que más aplauda en Morena. ¡Chulada de congruencia!
1Bibiano Moreno