*Tres penaltis, una expulsión, alineación indebida, de todo hubo en el Estadio Universitario-El Volcán, al final los rojinegros consiguieron su boleto

San Nicolás de los Garza.- Todo fue una auténtica locura en el Volcán. Tigres estuvo cerca de la hazaña, hizo lo impensable al marcarle cuatro goles a la defensiva atlista. André-Pierre Gignac con un un hat-trick y Lichnovsky habían logrado la remontada con polémica del VAR incluida, todo parecía felicidad en Nuevo León, pero Aldo Rocha arruinó el festejo universitario, puso a los Rojinegros en su segunda final consecutiva y salvó del ridículo a los de Nuevo León, que por varios minutos jugaron con nueve extranjeros y tenían que haber perdido el duelo en la mesa por alineación indebida. Al menos todo se definió en el campo. 4-2 final, 4-5 en el global.

Tigres buscó un milagro y por eso no se guardó nada, las circunstancias lo obligaron. Soteldo, Quiñones, Gignac y González comenzaron. El cuarteto ofensivo más peligroso quiso romper a la mejor defensiva, que salió con una línea de cinco en el fondo.

No pasaron ni un par de minutos y los felinos empezaron con el peligro. Dejaron claro que su objetivo era dar un zarpazo inicial. Atlas se plantó bien, con oficio y temple. El campeón defendió con maestría. Pizarro y Carioca sacaron la casta y fueron los que más inquietaron a Camilo Vargas.

A pesar de que los de Universidad eran los necesitaron, la visita tuvo la más clara. Julio Furch demostró que su fuerte no es la velocidad y perdonó de forma increíble.

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A los de casa se les vio revolucionados, con muchas ganas, pero nula claridad al frente. Poco a poco llegó la desesperación. El tiempo corría, cada minuto que pasaba era más aliado de Atlas, que llevó el trámite de manera cómoda, y enemigo de Tigres, quien intentó, pero no tiró a puerta ni una sola vez. Gignac fue el único, fue de tiro libre, pero el portero rojinegro voló para salvar su meta.

Todo parecía un empate en el primer tiempo, pero un viejo conocido en la Sultana lo cambió todo. El colombiano aprovechó la mala marca felina en una saque de banda, realizó una gran mancuerna con Reyes y en el área liquidó al tigre. El Volcán se apagó, el ex felino lo mandó a callar.


Cuatro goles, era lo que necesitaba Tigres para hacer algo histórico. Era impensable, pero se le fue acomodando todo. Thauvin ingresó y refrescó el ataque. En una jugada que él inició, Gignac fue derribado por Nervo. A pesar de la polémica, el francés lo cobró a la perfección. Faltaban tres.

*Con información del Esto


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