Cumplidos los primeros seis meses de la administración estatal 4teista integrada por funcionarios en su mayoría de quinta, la evaluación de su desempeño es a todas luces negativa, reprobatoria, tanto, que los colimenses tienen a su titular, Indira Vizcaíno Silva, ubicada en el penúltimo lugar del ranking nacional de gobernadores que mensualmente reporta la empresa Consulta Mitofsky. Cierto es que el exgobernador José Ignacio Peralta Sánchez dejó quebrado, patas pa’rriba, al estado en todos los órdenes, un desastre total, pero para reflotarlo se necesitaba un gabinete de primera y una concentración al cien por ciento de todos sus integrantes, empezando por la propia gobernadora, nada de lo cual ha sucedido, lamentablemente, sino todo lo contrario.
Además de su falta de capacidad, los funcionarios indiristas llevan seis meses distraídos en campañas políticas de apoyo a su presidente Andrés Manuel López Obrador y a su 4T, como merolicos de feria, meros gritones repetidores de las ocurrencias mañaneras de su líder moral. No hay una sola área del gobierno estatal 4teísta que esté dando resultados como para ser ejemplo a las demás; tampoco hay líderes en el equipó indirista que marquen la pauta hacia la salida del entrampamiento en que se hayan desde el 1 de noviembre de 2021, sólo han atinado, hasta a ahora, a culpar de sus carencias y limitaciones a quienes los antecedieron en los cargos, pero sin encausarlos ante la justicia por tales supuestos excesos, abusos y corruptelas.
Ante la tragedia que sufren los colimenses, su gobernadora no pierde la sonrisa ni el encanto, mucho menos disminuye su activismo político en la promoción de la candidatura de la morena Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheimbaum Pardo, con quien ha viajado hacia varias entidades de la República dejando a sus gobernados abandonados a su mala suerte. La imagen que Indira proyecta en las redes sociales es de frivolidad y carencia de empatía, sus palabras no coinciden con su expresión facial.
A Indira y a los suyos les está yendo bien, viven seguros y felices, hasta eufóricos, pero al pueblo bueno y sabio de Colima se lo está llevando la tía de las muchachas, prueba fehaciente de que es mentira la máxima de que si a la gobernadora le va de perlas a los colimenses les irá de maravilla. El “Gobierno de la Esperanza” ya quemó en infiernitos la pólvora de su primer semestre, le queda el segundo para seguir culpando de su inoperancia a los perversos y corruptos priistas como su exjefe José Ignacio Peralta. Cumplido el primer año deberá abrir el segundo de los tres sobres, el que ordena hacer cambios de hombres y mujeres, para en el tercero someterse a la revocación de su mandato.
El tiempo vuela, y el perdido hasta los santos lo lloran. La frustración social ante la falta de cumplimiento de las promesas de campaña que Indira les hizo a los electores para que el domingo 6 de junio de 2021 votaran por ella, empieza ya a manifestarse. Sin embargo, aún puede darle a su gobierno un giro de 180 grados, empezando por enfocarse en los resultados y no en las justificaciones. Arnoldo Vizcaíno Rodríguez opina que a la gobernadora le falta mejorar la comunicación, “pues hace gestiones importantes, pero no se comunican adecuadamente”. Y sí, la comunicación y muchas cositas más.
Se dice que…
*Para el Coordinador de la Fracción Parlamentaria del PRI en la Sexagésima Legislatura, Héctor Magaña Lara, “entre los colimenses existe temor presas de la insolencia, la indiferencia y la ineficiencia de un gobierno estatal que ante la escalada de violencia sigue lampreado, pasmado y rebasado”.
*Indira Vizcaíno Silva ha informado recientemente que su gobierno “adeuda 2 mil millones de pesos al Servicio de Administración Tributaria (SAT) por concepto de las retenciones que la administración de Ignacio Peralta Sánchez descontaba a los trabajadores de las secretarías de Educación, Salud y Cultura, pero nunca fueron entregadas al fisco”. ¿Por qué no le finca al exmandatario estatal las responsabilidades correspondientes?
*En la misma tónica de culpar a la administración estatal nacho peraltista de todos los problemas habidos y por haber, pero sin atreverse a ir más allá, el titular de la Fiscalía Especializada en Desaparición de Personas en el estado de Colima, Héctor Peña Meza, ha sentenciado muy orondo él que la historia del organismo a su cargo se inicia hace seis meses, cuando él llegó al puesto. Quienes hayan desaparecido del mapa antes del 1 de noviembre de 2021 no son su problema, se entiende.