A pesar de que al rendir  protesta como gobernadora de “nuestra Colima”, Indira Vizcaíno Silva prometió “hacer todo lo que le toque hacer a su gobierno para revisar el pasado y castigar cualquier irregularidad y cualquier conducta o acción fuera de la ley”, a seis meses de su gestión como tal, no ha pasado de quejarse de que recibió “un gobierno quebrado, una institución descuidada y una sociedad ofendida y vulnerada”, a encausar ante la justicia a quienes le heredaron tal desastre. Pareciera que, una vez más, el perdón y el olvido están prevaleciendo sobre cualquier acción persecutoria. ¡Y el tiempo se le sigue yendo entre sus manos¡

El mismo respeto que el líder moral de la 4T, Andrés Manuel López Obrador, le tiene al ex presidente priista de la Republica Enrique Peña Nieto, parce que Indira se lo profesa a su ex jefe José Ignacio Peralta, quizá porque éste hizo y dejó de hacer todo a lo que a su alcance estuvo para allanarle el camino a la victoria electoral el domingo 6 de junio de 2021. Otros exgobernadores priistas, incluido el converso a  la nueva religión política 4teísta, Mario Anguiano Moreno, también gozan de todas las consideraciones de la mandataria estatal.

Media docena de denuncias supuestamente interpuestas hasta la fecha en contra del bilingüe egresado del ITAM y de Essex University siguen durmiendo el sueño de los injustos en las fiscalías y tribunales locales. Andrés Manuel respeta demasiado  a Enrique porque, aseguran las malas lenguas,  lo tiene agarrado con videos que evidencian que su máximo mandamiento “no mentir, no robar, no traicionar” es pura farsa. Indira protege de más a su José Ignacio y pandilla para no complicarse la existencia y no ser la res de mañana.  

Eso sí, igual que López Obrador, la gobernadora Vizcaíno Silva sigue culpando a quienes la precedieron en el cargo, de su manifiesta incompetencia para lidiar con los graves problemas que flagelan a los colimenses que sienten y resienten lo duro y lo tupido. “El final de una era política para la entidad, así como la terminación de esa manera hipócrita y corrupta de gobernar en la que se llenaban la boca de discursos sobre el pueblo, pero en sus acciones las decisiones las tomaban sólo unos cuantos y pensando siempre en beneficiarse a sí mismos”, anunció Indira  hacia la ciudad y el mundo en su discurso inaugural, pero en su administración continúan vigentes los mismos modos, formas, prácticas y vicios del viejo régimen prisita.

“A las y los colimenses no les importa qué tan chueco, hundido o saqueado dejaron el gobierno. Las y los ciudadanos esperan experimentar pronto en su realidad, en su entorno, que las cosas pueden ser distintas, que podemos tener una mejor calidad de vida”, sentenció Indira el 1 de diciembre de 2021, palabras que a la fecha no se han traducido todavía en los resultados que prometió lograr.

Ciertamente, “a las y los colimenses no les importa qué tan chueco, hundido o saqueado dejaron el gobierno”, sino que la gobernadora enderece entuertos, reflote la economía, la seguridad y la salud públicas, recupere los cientos de millones de pesos que les robaron ex gobernadores como José Ignacio Peralta y lo haga pagar con cárcel sus delitos. Nada más pero tampoco nada menos.

Allá Andrés Manuel y su respeto a Enrique que es del mismo tamaño del odio que les tiene a sus antecesores panistas Vicente Fox Quezada y Enrique Peña Nieto, pero Indira debe perdérselo a José Ignacio, dejarse de miramientos con él y pasarlo a la báscula más pronto que inmediatamente, si quiere salvarse de la quema que le espera por encubrirlo.

EL ACABO

Así piensan y opinan los defensores ultras de la 4T colimeña:

*“Es de notar que aún entre los que se dicen obradoristas critican- con todo derecho- la situación actual de la seguridad pública en Colima; sin embargo, olvidan que la violencia que se desató en el Estado es fruto podrido que heredamos de la administración de Ignacio Peralta; pues al no ser mediador entre quienes se disputan las plazas de Colima, ahora se arreglan entre ellos mismos”. ¡ No pos’ sí¡ ¿O no?

*“Por lo tanto, debemos ser cuidadosos en saber hasta dónde la animadversión contra la persona de Indira Vizcaíno Silva puede convertirse en un ataque frontal a  López Obrador y, por ende, contra quienes defendemos la Cuarta Transformación, es decir, más de 80 millones de mexicanos”.

*De estas dos perlas de la inteligencia 4teísta colimeña se colige que la solución al problema de la violencia imperante en Colima es que Indira medie entre las partes en guerra, y que quienes la ataquen a ella fastidian también a AMLO y a los 80 millones de defensores de la 4T.

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