El pinchísimo 3 por ciento de incremento salarial que ofrece unilateralmente el indirato a los integrantes del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado (STSGE) contrasta con la posición que se ha ganado a pulso en el concierto nacional la Gobernadora Altozano, quien dio un paso adelante en relación con al mes de febrero, pero aún se encuentra en el sótano como la peor evaluada de los 32 mandatarios del país, sólo arriba de los impresentables Alfredo Ramírez Bedolla y David Monreal Ávila, de Michoacán y de Zacatecas.
Vamos por partes, como bien lo aconseja Jack el Destripador. La burla de aumento que el Gobierno del Estado decidió sobre sus trabajadores, el cual consiste en un miserable 3 por ciento, fue puesto a consulta por el líder del STSGE, el enanín de Martín Flores Castañeda, donde poco más del 95 por ciento de los participantes rechazó rotundamente la burla de incremento que dispuso por sus pistolas el indirato, que ya se ve que no tiene empatía por nadie: ni por los colimenses ni por sus empleados.
En números redondos, en la consulta para definir si se aceptaba o no el aumento del 3 por ciento impuesto por el abusivo Gobierno del Estado, 3 mil 2 trabajadores votaron en contra, 114 votaron a favor y apenas 14 votos fueron anulados. Esto indica que el 95.91 por ciento dijo no al aumento, sólo un 3.64 por ciento dijo que sí y el 0.45 por ciento no contó por anularse su sufragio. La participación fue de un total del 93.40 por ciento de los sindicalizados registrados, quienes participaron en la elección este jueves en el casino propiedad del sindicato.
Lo que sigue será un estira y afloja entre la negrera parte patronal (con un comportamiento similar al de los “cerdos capitalistas”, como en su momento se acusaba desde la izquierda democrática, que buscaba mejores satisfactores de vida de la clase obrera eternamente explotada por los simpatizantes del imperialismo yanqui) y el sindicato que encabeza el enanín de Martín Flores. Pero queda claro que el rechazo al ridículo 3 por ciento del indirato es aplastante (más del 95 por ciento), por lo que la serie de intriga, pasión, sexo, agruras y mala leche va por su segunda temporada.Bien: el 3 por ciento del aumento que ofrece la izquierdista Indira Vizcaíno Silva ya fue bateado por la inmensa mayoría de trabajadores sindicalizados.
Y así como suena ridículo el 3 por ciento que se quiere imponer a la brava, cuando la inflación es del 7 por ciento (y la izmierda que representa el gobernador de facto, Arnoldo Vizcaíno Rodríguez, ya estaría exigiendo un 15 o un 20 por ciento para la causa), más ridícula es la medición que arrojó el Ranking Mitofsky (Capítulo Gobernadores y Gobernadoras) sobre la risible aceptación que tiene entre los 32 mandatarios del país la que desgobierna Colima, con el tercer lugar de peor evaluada.
Si bien es cierto que la Indi dio un pasito en su intento de tratar de salir del sótano en el que se encuentra desde el inicio del presente año, de todas formas ella sigue en la lona, acompañada de sus colegas morenacos Alfredo Ramírez Bedolla y David Monreal. En febrero contaba con el 36.2 por ciento de aceptación, pasando en marzo al 38.8 por ciento. Como sea, de los 32 gobernadores del país (incluida la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, la Vitola Claudia Cheinbaum Pardo), la de Colima está considerada entre las de más baja aceptación, al lado del zacatecano y el michoacano.
Lo peor es no sólo que Indira se encuentre por debajo de la aceptación de otros impresentables gobernadores (también morenacos), como el morelense Cuauhtémoc Blanco o el poblano Miguel Barbosa, sino que sea la mujer con menor aceptación en el concierto nacional, a un lejano lugar de la campechana Layda la Albóndiga de porcelana Sansores (entre las de puntuación media) y a uno mucho más distante de la guerrerense Evelyn Salgado Pineda (entre las de aceptación alta), no se diga el abismo que la separa del yucateco Mauricio Villa, que se encuentra a la cabeza de los cinco con calificación de sobresaliente.
Así, pues, del 3 por ciento de aumento al salario que ofrece a sus esclavos la gobernadora de Colima a la aceptación que tiene entre los colimenses (38.8 por ciento), no hay mucho trecho. O sea: es muy poco lo que ofrece y es muy poco lo que vale (en términos de aceptación).
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