SI SE da crédito a lo que ha informado la Fiscalía y ahora el vocero oficial del gobierno en el sentido de que se viene deteniendo a presuntos responsables de las balaceras que iniciaron desde febrero de este año en la zona conurbada Colima-Villa de Álvarez se pensaría que esta “nueva guerra” entre grupos delictivos terminaría antes de los tres meses que dio de plazo el presidente López Obrador. Sin embargo, la percepción de la población es que esto sigue igual o peor y que terminará hasta que haya un cambio en la estrategia que emplean las fuerzas armadas y la Guardia Nacional, más allá de la frontera entre autoridad y delincuencia. Por lo pronto, continúa el temor por las balaceras y muchas actividades aún no se realizan en forma normal, cuando se esperaba que así sucediera desde el mes pasado por la disminución de la pandemia de Covid-19. Ahora se sufre una epidemia que está dejando más muertos que el virus.
NO ES nuevo, pero trabajadores de la Secretaría de Salud están exhibiendo una realidad que se viene arrastrando desde hace bastantes años, más señaladamente desde el 2019 y que viene afectando principalmente a la población que tiene menos recursos: la falta de medicamentos e insumos en los hospitales. Esta situación ya se veía desde antes que llegara el gobierno de Morena, pero se agravó debido a la decisión de desaparecer el Seguro Popular y sustituirlo por el Insabi, pero sobre todo por tardarse en conformar e implementar este nuevo modelo de salud que no ha funcionado en parte por la emergencia sanitaria de Covid-19. Sea como sea, lo preocupante de esta situación es que, mientras no se da una solución, se agravan las condiciones de las personas enfermas e incluso se puede hablar de consecuencias fatales por estas deficiencias.
SIN SALUD y sin Seguridad Pública no se puede avanzar en lo demás. Son áreas vitales, prioritarias, que debieran tener toda la atención de cualquier gobierno. Sin embargo, en esto se viene fallando desgraciadamente con el gobierno de Morena, pues el presidente prometió que se terminaría -no disminuiría- la inseguridad al llegar y después que a los 6 meses, pero al contrario, se ha agravado. Aseguró que en México se daría atención de salud de primera, como en Dinamarca o Suiza, pero se ha degradado tanto que mucha gente padece o sufre una atención de segunda o de tercera. Lo cuestionable es que hay muchos recursos económico-financieros para alcanzar lo segundo, pero el presidente ha decidido enviar miles y miles de millones de pesos a sus proyectos del Tren Maya, Dos Bocas y Aeropuerto de Santa Lucía. Y de la inseguridad, basta decir que hay más muertos -incluyendo inocentes- por el narcotráfico que en los anteriores gobiernos federales debido a la política de abrazos, no balazos.
A PROPÓSITO de la revocación de mandato, una encuesta de GEA-ISA revela que el país está partido a la mitad en muchos temas. A medio camino del sexenio del presidente López Obrador, esta encuestadora reporta que la opinión ciudadana sobre el desempeño de su gobierno en diversos temas está dividida, pues crisis económica, funciones de políticas públicas y su forma para gobernar registran un empate técnico entre quienes ven con optimismo su gestión y quienes consideran negativas sus acciones. En la calificación sobre el desempeño del presidente, el 51 % lo reprueba y el 45 % lo avala, cifras que por cierto no se presentaban en los anteriores presidentes de la república a la mitad de su sexenio.
EL SENTIR no sólo de la gran mayoría de los colimenses, sino de los mexicanos en general, es que no hay beneficios para la gente con el horario de verano y, por tanto, debiera suspenderse. En diversos sondeos y encuestas, lamentan que no han visto ahorros en el pago por este servicio desde que se aplica, tal como lo aseguró el gobierno federal. Y al respecto sí cabe la pregunta: ¿por qué el presidente no somete a consulta popular el horario de verano, como lo ha hecho en otros asuntos? Este es un tema que sí debiera ponerlo a consulta, tal como lo hizo cuando fue jefe de gobierno del DF, pero ahora no lo hace porque sabe que la mayoría de los mexicanos no están de acuerdo con esta medida, por lo que su gobierno dejaría de percibir miles y miles de millones de pesos por los ahorros que representan para el gobierno.
EL GOBIERNO de López Obrador quitó un programa tan aceptado como el de tiempo completo en las escuelas, para agrandar la clientela electoral a Morena. Y es que la SEP anunció que los recursos que se empleaban para sostener este programa, ahora se estarán entregando de manera directa a los padres de familia. Lo mismo se hizo en el programa de guarderías, aunque ya no se sabe si los padres de familia están recibiendo dinero. La “política” de entregar directamente los recursos de los programas sociales a los padres de familia para evitar la corrupción, no es otra cosa que ganar adeptos y clientela para votar por Morena en las elecciones, como ya se viene observando.
PROPÓSITO del inicio de campañas a las gubernaturas en seis estados, a Morena no le va ir bien en las elecciones de gobernadores este año -como sucedió el año pasado-, pues la mayoría de estas entidades están gobernadas por el PAN, la verdadera oposición en el país. No creo que los panistas se presten a negociaciones bajo el agua para facilitar la llegada de Morena a las gubernaturas, como lo vienen haciendo los gobernadores y grupos políticos que tienen el control del PRI en los estados, a cambio de favores políticos personales o de grupo por parte del gobierno federal o del mismo presidente.