Seguimos a nivel nacional con el furor de la cercana consulta de revocación de mandato, he reiterado mi opinión acerca de lo fútil que es la realización de este ejercicio, aunque no se logre el 40% de la participación el presidente tiene un abrumador apoyo popular que no se verá reducido considerablemente. Al hablar de la aplicación de esta consulta en los estados de la república encontramos un panorama distinto, hay una lista de 12 gobernadores cuya aprobación se encuentra debajo del 50% según la encuestadora Consulta Mitofsky, esto nos muestra que si se implementara dicho mecanismo bastantes titulares ejecutivos estatales podrían tener que abandonar sus cargos antes de lo previsto.
En Colima últimamente ha circulado por redes sociales la hipotética pregunta si la actual gobernadora debería o no ser removida de su cargo, recordemos que la constitución local prevé la figura de revocación de mandato desde que la LIX Legislatura aprobó el decreto número 70. Primero hay que dejar las cosas en claro, falta bastante tiempo para que se pueda llevar a cabo ese ejercicio, además se deben ver todos los aspectos técnicos y legales para lograr llevar a cabo esta práctica, lo segundo a mi parecer es un poco más interesante, llega la gran incógnita de quién impulsará la consulta.
La revocación nacional es un ejercicio refrendario y de directismo ya que realmente tanto el gobierno y el partido en el poder fueron los impulsores de la misma, pero en el caso de Colima donde la cabeza del ejecutivo mantiene una aprobación del 36.2 % de la población, no cuenta con el control de la mayoría de los municipios (en especial si observamos los constantes roces que ha tenido con la alcaldesa de Manzanillo), no tiene una mayoría calificada segura en el congreso y se encuentra con distintas crisis como la económica y de seguridad, es inconcebible que en este momento tanto el gobierno como MORENA piensen organizar una eventual consulta de revocación con tantos puntos en su contra.
Por el otro lado también es difícil concebir que dicha consulta sea, en estos momentos, planteada por la supuesta oposición, el PRI se encuentra aún en la sombra de los últimos desastrosos sexenios que sobresalieron por la corrupción, crisis de violencia y finanzas alarmantes, además de contar con juicios políticos para personajes asociados al partido, si no hubiera sido por su alianza anti natura con el PAN su presencia sería aún menor que la actual. Hablando del PAN este parece que no ha logrado concretarse como la principal figura de oposición, se puede pensar que no solo tienen una falta de estrategia, también tienen una falta de voluntad para comprender lo que verdaderamente es ser un opositor. Por último Movimiento Ciudadano, quien fue el mayor critico de los gobiernos priístas y morenistas durante el anterior proceso electoral, ha decidido mantener un perfil bajo posiblemente a causa de las denuncias de juicio político que se le han impuesto a su dirigente (sean o no fundadas), quien fue la mayor voz opositora ha decidido mejorar su relación con quienes tienen actualmente el poder político.
Falta ver si la sociedad civil organizada pide que se lleve a cabo esta práctica, si ese fuera el caso ya estaríamos de frente a un verdadero ejercicio de democracia participativa, pero hasta ahora no parece existir un movimiento formal respecto al tema. El hablar de una revocación nunca debe ser algo ligero, si bien el actual gobierno se encuentra en un periodo crítico, el hecho de remover a la gobernadora podrá acrecentar más la difícil situación existente y preocupantemente parece que las crisis de gobierno se volverán cada vez más constantes.