Se había tardado la Morena alcaldesa porteña de corazón, Griselda Martínez M., en soltar sus gallos para la contienda electoral por la presidencia municipal de Manzanillo 2024/2027, evento para el que le estaba concediendo mucha ventaja a Rosa María “Burbuja” Bayardo Cabrera que lleva meses ya promoviéndose como aspirante a ese cargo respaldad por la peor gobernadora del país y dueña inamovible del lugar 31 de las lista de 32 mandatarios estatales, pegada al portador del farol rojo, el zacatecano David Monreal Ávila.
La profusa y abierta campaña que “Burbuja” ha venido desplegando con los recursos, programas, personal e instalaciones del Sistema DIF Estatal, y de los Programas Sociales del Gobierno Federal que Viridiana “Bellota” Valencia Vargas ha puesto a su servicio con la complacencia de Indira “Bombón” Vizcaíno Silva, ameritaban una clara respuesta por parte de la primera morenista en el municipio de Manzanillo, Griselda Martínez M., como la de darle luz verde a la Secretaría y al Tesorero de su administración, Martha María Zepeda Del Toro y Eduardo Camarena Berra, respectivamente, para que los tiempos que les queden libres los dediquen al armado y a la promoción de sus proyectos políticos municipales trianuales y a su posicionamiento en el ánimo de los electores.
Acertada decisión política la tomada por MM de ir proyectando a un hombre y a una mujer a la candidatura de MORENA a la presidencia municipal de Manzanillo 2024/2027 porque con ella cubre las dos opciones de género. Si toca mujer, Martha María será la ungida; si caballero, Eduardo. De entrada, éste tiene mucho más camino que recorrer que aquella, pues su trabajo ha sido intramuros, en tanto que el de ella le ha permitido atender y relacionarse con miles de manzanillenses de todos los estratos sociales.
Abogada de profesión, Martha María tiene en su haber experiencia administrativa a nivel municipal, oficio político obtenido como dirigente partidista que fue y fogueo electoral derivado de sus candidaturas a cargos de elección popular. Por su parte, Eduardo Camarena Berra, Contador Público, ha desempeñado funciones financieras en la administración estatal y en las municipales de Colima y Manzanillo, pero no trabajo político partidista.
Para que la gente identifique nombre con rostro, Camarena Berra ya aparece en espectaculares publicitarios de una revista, Sporbook, que cada tres años echa mano de esta estrategia para promover nombres, imágenes y mensajes de sus clientes que aspiran a cargos de elección popular. Él tiene el resto de este año para darse a conocer en el aire pero también placeándose a ras de tierra en las colonias, barrios y comunidades del municipio.
Ellos, Martha María y Eduardo, tienen la competencia interna de la preferida de la gobernadora Bombón, Rosa María Burbuja Bayardo Cabrera; y del Subsecretario de Turismo del Gobierno del Estado, Jorge Padilla Castillo, su ex colaborador cuando ella cobró sin dar pie con bola como Secretaria de Desarrollo Económico.
EL ACABO
*La Directora del Sistema DIF Estatal, Rosa María “Burbuja” Bayardo Cabrera, no solamente se adjudica la maternidad de los programas sociales del Gobierno Federal, sino también la ejecución de obras públicas en el municipio que pretende gobernar el próximo trienio 2024/2027, como la ampliación de la carretera Manzanillo-Jalipa. Así quiere ganarse las simpatías y el respaldo de sus paisanos.
*Hasta ahora, la sucesión en la alcaldía de Manzanillo se ve como un tema a resolver al interior de la familia morenista, entre la alcaldesa y la gobernadora, pues priistas y panistas desaparecieron del escenario político porteño desde el día después de que fueron apaleados en las urnas el domingo 6 de junio de 2021.
*Fiel a sus usos y costumbres, el todavía dueño de la devaluada franquicia verde ecologista en el estado, Virgilio Mendosa Amezcua, anda en busca de ingenuos que le ayuden a recuperar la alcaldía de Manzanillo en las próximas elecciones con Gabriela Benavides Cobos a la que pretende armarle una coalición con partidos opositores a Morena, propósito que está lejos de lograr porque ya nadie le cree ni el Bendito.