En lugar de atender y resolver problemas de la comunidad y de los capitalinos, el alcalde de Colima, Riult Rivera Gutiérrez, se ha dedicado a llevarles circo, maroma y teatro, autorizando y promoviendo eventos sociales y comerciales por aquí y por allá en la ciudad con el fin de sumar simpatías hacia sus aspiraciones político-electorales.

Uno de esos problemas que no ha atendido el alcalde panista es el de la inseguridad en Colima en la parte que corresponde al municipio, a pesar de tener su propia policía municipal, que en lugar de coordinarse y colaborar cabalmente en la labor que realiza la policía estatal y las fuerzas federales a distancia en materia de seguridad, anda acosando a ciudadanos que son infraccionados por violar el reglamento de tránsito.

Pero no sólo eso. La irresponsabilidad del alcalde capitalino fue más allá al convocar y participar en una marcha por la paz y contra la inseguridad. Riult Rivera llevó la autoridad que ostenta a un acto con trasfondo político-electoral, pues medio mundo sabe que la gente responsabiliza principalmente a los gobiernos estatal y federal del serio problema de la inseguridad, cuando también corresponde al municipio.

Por eso, es irresponsable y hasta puede ser ilegal que el presidente municipal de Colima ande ya simuladamente en su precampaña política cuando aún faltan dos años para las elecciones estatales, pues la marcha denominada “De la Unión Social por la Paz” que se realizó el pasado fin de semana en esta capital no es otra cosa que una encubierta convocatoria política para sus aspiraciones personales rumbo al 2027. En estricto rigor, la realización y organización de una marcha ciudadana corresponde a organizaciones civiles y a los propios ciudadanos, no a una autoridad.

A las autoridades, como el alcalde de Colima, les corresponde trabajar en coordinación y colaboración con los otros niveles de gobierno para enfrentar juntos la inseguridad pública que priva en la entidad y, sobre todo, en la capital del estado, en donde, al igual que en Manzanillo y Villa de Álvarez, a diario se cometen delitos de alto impacto, en lugar de andar llevando agua a su molino político-electoral. De hecho, Riult debiera estar preocupado y ocupado porque Colima ha sido señalada como una de las ciudades más peligrosas del mundo e incluso ya la ponen en primero por tasa de homicidios.

Anteponer sus intereses políticos personales a la responsabilidad que tiene como alcalde, en particular en un tema como la inseguridad pública, puede ser reprochado con razón a Riult Rivera por los ciudadanos capitalinos. El problema de la inseguridad pública no se va a resolver con marchas por la paz, sino con trabajo coordinado y colaborativo de los tres niveles de gobierno.

Es evidente que el ánimo que le mueve al alcalde de Colima es obtener la candidatura del PAN a la gubernatura del estado y sumar simpatías desde ahora hacia esta aspiración política, cuando a estas alturas o incluso aún en el año preelectoral debiera dedicarse a trabajar para responder a la gente que confió en que mejoraría, por ejemplo, los servicios públicos.

Y hablando de políticos que ya llevan agua a su molino para el 2027, el ex diputado de Movimiento Ciudadano, Jesús Dueñas, ya anda de nuevo con su campaña negra (aunque ahora desde otro medio) para sacar raja política del mismo tema tan sensible como es salud y, así, hacer “méritos” para que le den algún cargo partidista o de representación popular.

Lo que llama la atención es que de manera coincidente surgen denuncias por las insuficiencias que hay en el Sector Salud, en particular en las unidades que antes dependían de la Secretaría de Salud y ahora están bajo el IMSS Bienestar, pero que apuntan hacia donde mismo: tratar de desprestigiar o denigrar el trabajo y los esfuerzos que hacen el gobierno federal y estatal para levantar el sistema de salud que cayó aún más debido a la pandemia de Covid-19.

Una de esas embestidas que van a continuar y se van a intensificar, sobre todo, a partir del próximo año, es el caso de una integrante de la organización Guerreras Rosas que fue invitada a dar su testimonio como paciente del IEC en un evento enmarcado en el Día Internacional de Lucha contra el Cáncer de Mama. A pesar de la denuncia clara y sin rodeos que hacía por las insuficiencias en este Instituto, a esta paciente no la censuraron y la dejaron terminar. Sin embargo, algunos medios reportaron que la habían censurado, cuando la verdad es que ni le quitaron el micrófono ni le indicaron que ya parara con su reclamo, sino que se disminuyó el volumen del micrófono por una falla del equipo de sonido, situación que incluso alcanzó al secretario de Salud al intervenir enseguida en ese evento.

Y decimos que estos ataques van a continuar, pues esta misma paciente acudió a una entrevista radiofónica en donde insistió en su denuncia, aunque en la segunda parte de la entrevista empleó la misma narrativa política que ha venido manejando la oposición en el sentido de que las autoridades no pueden con la corrupción y preguntar en dónde están los recursos de salud, o incluso manifestar esa expresión de que no hay ni paracetamol.

Es claro que en el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum se vienen haciendo esfuerzos importantes para aumentar estos indicadores en salud y recuperar paulatinamente los niveles de abasto que hace bastantes años había en el Sector Salud.

*Este artículo de opinión es responsabilidad de Columnista y no del medio de comunicación PantallazoInforma.com