Sin duda, el logro más importante del primer año del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum es la consolidación de los apoyos sociales para la mayoría de los mexicanos, que antes eran marginados o recibían migajas con despensas y otros apoyos en especie.

En el mensaje que dio desde Palacio Nacional con motivo de su primer informe de gobierno, la presidenta enfatizó que su gobierno destina 2.3 por ciento del PIB a programas sociales en beneficio de 32 millones de familias, por lo que se ha puesto en marcha “el plan social más ambicioso de la historia de México”.

Por lo pronto, amplió los apoyos sociales al poner en marcha tres nuevos programas del Bienestar: la Pensión Mujeres Bienestar, con la que hasta ahora se apoya inicialmente a un millón 2 mil 58 mujeres de 63 y 64 años de edad; la beca Rita Cetina, que ya se entrega a 5.6 millones de estudiantes de secundarias públicas, y con Salud Casa por Casa, con el que ya se brinda apoyo médico en sus hogares a 13 millones de adultos mayores y más de un millón de personas con discapacidad.

Nunca se había dado tanto apoyo social a los mexicanos como ahora se da en el gobierno de Claudia Sheinbaum, lo cual es muy importante porque les ayuda a muchos a salir de su difícil situación económica o al menos aliviar su carga, aunque faltaría cerrar esta pinza con más acciones que lleven a disminuir otras carencias sociales que aún padecen muchos mexicanos en el país.

Otros ejes del discurso de la presidenta a destacar, con motivo de su primer informe de gobierno, son también la reducción histórica de la pobreza y la desigualdad, así como la estabilidad económica, el impulso al desarrollo, las acciones para subsanar la deuda centenaria con los pueblos indígenas y la reducción de los delitos de alto impacto.

No obstante, se tiene que reconocer que aun cuando se asegura que hay una disminución de 25 por ciento en homicidios dolosos en los primeros 11 meses de su gestión, la presidenta sabe que la inseguridad en México no sólo la compone este indicador, pues, de entrada, la percepción entre la mayoría de la población es aún de inseguridad porque también persisten las desapariciones, las extorsiones y los robos, en donde no se han dado disminuciones importantes.

En este sentido, hay la voluntad y la decisión de combatir los citados delitos que le pegan más a la sociedad, a la población, con las reformas a las leyes que ha planteado la presidenta, y con las cuales ya se echaron a andar nuevas estrategias o acciones de inteligencia y de prevención para disminuir estos delitos de alto impacto, aunque esto también debiera ir acompañado de un combate más decidido a la delincuencia organizada.

En el terreno político, la presidenta externó unas palabras que seguramente hacen pensar a la oposición al ratificar que “atrás quedó la oscura noche del neoliberalismo” y que “se oiga bien, fuerte y lejos: la Cuarta Transformación no sólo continúa, sino que se profundiza, se arraiga en el pueblo con más fuerza que nunca; es decir, la transformación avanza”.

En otras palabras, la 4t se consolida como la opción política y electoral más importante para los siguientes años en nuestro país, haciendo pesar más las acciones y los apoyos sociales que las sospechas de corrupción y de asociación con la delincuencia que pesan sobre muchos morenistas en el poder.

Por ahora, la presidenta Claudia Sheinbaum es una mujer de trabajo y, sobre todo, inteligente, lo que augura que las cosas irán mejorando paulatinamente, en particular para los que menos tienen, sin olvidar que se tiene que hacer más para disminuir la inseguridad y la desigualdad que sigue lastimando a muchos mexicanos.