En sus mañaneras circulares, mes a mes, el ex presiente de la República, Andrés Manuel López Obrador, lleno de satisfacción, anunciaba hacia el país y el mundo los montos en miles de millones de dólares de las remesas que desde el exterior enviaban a México los heroicos trabajadores migrantes. Durante su sexenio de la Cuarta Transformación entraron por ese concepto 285 mil millones de dólares, 70% más que los registrados en el gobierno del priista Enrique Peña Nieto, y el doble de lo que llegó en el de Felipe Calderón Hinojosa.
Pero en lugar de proteger a la gallina de los huevos verdes, el Gobierno del Bienestar le hizo desleal competencia, sabotaje, al abrirles de par en par la frontera sur a cientos de miles de migrantes, millones; entre ellos, centroamericanos, caribeños, asiáticos, africanos y europeos oriéntales, para que cruzaran como Pedro por su casa el territorio nacional y alcanzaran la frontera norte a fin de internarse ilegalmente en los Estados Unidos de Norteamérica.
Aceptado sin conceder que el darles cálida acogida a venezolanos, hondureños, salvadoreños, haitianos y de otras nacionalidades, y apoyarlos para que brincaran la frontera norte, fue por puro humanismo mexicano y no para fastidiar como sucedió a los vecinos del norte, tan noble intención les ha pegado de lleno a los migrantes mexicanos y a sus familias, y a la Balanza de Pagos del país.
Los cientos de miles de migrantes que habiendo cruzado por México lograron su propósito de internarse en los USA han sido una competencia directa para los trabajadores migrantes mexicanos en sectores como la agricultura, la construcción, el mantenimiento de inmuebles, la industria restaurantera y otros servicios. Y como la ley de la oferta y la demanda opera con toda su crudeza en el mercado laboral norteamericano, los más felices han sido los truculentos empleadores a quienes con tal estado de cosas cada vez les cuesta menos la mano de obra migrante.
Esa sobreoferta de mano de obra barata por supuesto que le pega a los ingresos de a los trabajadores migrantes mexicanos que ven así mermada su capacidad de enviarles dólares a sus familias. Al propiciar el gobierno de la 4T la arribazón de extranjeros en caravana rumbo a los USA, provocó la santa ira del excandidato presidencial y ahora presidente electo, Donald Trump, que amenaza con llevar a cabo deportaciones masivas arriando parejo, amén de imponerles aranceles draconianos a las exportaciones mexicanas hacia su país.
Al sacarlos por donde entraron, y no enviarlos directamente sin escalas a sus países de origen como pretende la líder del Segundo Piso de la Cuarta Transformación, Claudia Sheinbaum Pardo, la mayoría de los migrantes no mexicanos expulsados por Trump se quedarán en territorio nacional a sembrar vida, construir el futuro que se ve morado y a recibir ayudas de los programas sociales del bienestar, todo a costa del endeudamiento público que durante el sexenio presidencial anterior creció en un 70%, y del déficit presupuestal que así no bajará del 6% actual sino todo lo contrario.
EL ACABO
*Los trabajadores migrantes mexicanos en los USA a quienes han metido en graves aprietos las políticas migratorias de los gobiernos de la 4T, deben consolarse con el siguiente mensaje que en su día social, 18 de diciembre, les envió desde el fondo de su izquierdista corazón la presidente Sheinbaum Pardo: “Les enviamos nuestro cariño, reconocimiento, les decimos que los hermanos en Estados Unidos son héroes y heroínas que han salido adelante, valerosos, y nosotros no solo los vamos a reconocer siempre sino a apoyar siempre a nuestros hermanos del otro lado de la frontera. Aquí siempre está su casa”. ¡No pos’ sí!
*“De donde soy no nos rajamos. Cualquier tierra la trabajamos El sacrificio jamás es en vano. Que hasta al espacio hemos llegado. Gran paisano hermano amigo Soy mexicano. Cambiamos de lugar no de bandera. Verde, blanco, rojo lo llevo en las venas. Como el águila volamos sin fronteras. Rompemos la malla que separa tierras. Y nacimos con legado de grandeza. Extraño mi rancho también mi familia. Mi pueblo querido que no se me olvida. Aunque de este lado me trajo la vida. Siempre para adela como Pancho Villa”, fue el regalo hecho canción que les mandó componer Claudia a los migrantes mejicanos que la misma 4T metió en camisa de once varas con su desastrosa política migratoria. ¿O no?