“EL pico de los contagios por el dengue (en el estado) quedó superado. Ya pasó lo peor del brote del dengue e incluso ya se comienza a presentar un descenso”, por lo que “lo peor del brote de dengue quedó atrás”, afirmó esta semana el académico e investigador de la UdeC, Víctor Hugo Cervantes, quien agregó lógicamente que “si descienden las lluvias, en octubre, seguirá esta tendencia”. O sea que, este año ya nos salvamos de esta enfermedad, pues ya vamos de salida, según la óptica optimista de este investigador. Sin embargo, es positivo que, por el contrario, se reconozca que el problema del dengue es preocupante y alarmante y que hay otros datos al respecto, por lo que no se debe de bajar la guardia: en la semana epidemiológica 37 (hace tres semanas), Colima registró 199 nuevos casos, en la 38 fueron 202 casos más y en la 39 hubo 311 nuevos casos. Y hasta el dos de octubre, según datos de la Dirección General de Epidemiología, había 3 mil 619 casos confirmados, 6 defunciones y una tasa de incidencia -la más alta- de más de 400 casos por cada 100 mil habitantes. Además, hay que agregar que en la realidad hay más de 12 mil casos de dengue en el estado, si se toma en cuenta que sólo se muestrea el 40 % de los casos probables que se acercan a los servicios de salud y otro número de personas sin descifrar no acuden a recibir atención y optan por curarse con reposo y paracetamol, por lo que no entran a la estadística. No obstante, por la actitud que ha asumido el secretario de Salud, Víctor Manuel Torrero Enríquez, de reconocer la realidad del problema del dengue y no hacer caso al canto de las sirenas, lo que se esperaría es que la SSA mantenga y siga reforzando las acciones de control larvario y de fumigación hasta que terminen las lluvias, así como la promoción que hace entre la población para que participe desde sus viviendas y centros de trabajo con las sencillas medidas de lava, tapa, voltea y tira, para evitar la formación de criaderos del mosco transmisor. Hay que recordar que este año la amenaza se llama serotipo 3 que no circulaba desde hace 15 años y que los criaderos no se terminan precisamente al concluir las lluvias.

POR cierto, en la mañanera de la presidenta Claudia Sheinbaum del pasado lunes, la secretaria del Bienestar federal presentó el programa Salud Casa por Casa, para los adultos mayores y personas con discapacidad, en donde explicó que primero los “servidores de la nación” levantarán este año un censo entre personas que reciben pensión y con discapacidad para determinar esquemas de atención personalizado, pues en febrero del 2025 arrancará este programa con la atención domiciliaria. Qué bueno que así se disponga y así se haga, pues muchos adultos mayores o con discapacidad no pueden acudir a recibir atención médica. Hasta el momento no se han visto a tales servidores levantando dicho censo, pero se deben apurar a habilitarlos para hacer esta labor porque el próximo año inicia este programa. Por lo pronto, la secretaria del Bienestar anunció que la contratación de médicos y enfermeras para este programa se hará entre el 21 de octubre y el 15 de diciembre; es decir, que Médico en tu Casa tendrá su propio personal y, por tanto, se espera que no carguen más trabajo al personal médico y de Enfermería que fueron transferidos de la Secretaría de Salud al IMSS-Bienestar, ya que descuidarían la atención que proporcionan en los centros de salud.

IFIGENIA Martínez (qepd) diría un discurso el 1 de octubre en la toma de protesta de Claudia Sheinbuam como presidenta de México. Entre otras cosas, la reconocida izquierdista expondría: “(…) que nuestras diferencias no nos dividan, sino que sean la fuente de propuestas y de soluciones compartidas a los distintos retos que enfrentamos. Hoy, más que nunca, necesitamos tender puentes entre todas las fuerzas políticas, dialogar sobre nuestras divergencias y construir, juntas y juntos, un país más justo y solidario”. Ojalá que los paladines de la democracia que integran la 4t no hayan censurado a quien admiraban y no le hayan permitido dirigir este discurso debido a que esta parte del mismo no coincide con lo que hacen en la realidad: el agandalle, el avasallamiento, el mayoriteo, actuando como cuatroteros. Podrán decir que Ifigenia no lo hizo porque estaba muy enferma y no lo podía leer ese día, pero no es aventurado sospechar que sí la censuraron por esto que iba a decir porque desde que llegaron al poder practican contra la oposición lo que ellos mismos se quejaban amargamente desde que estaban en el PRD: “ni los veo ni los oigo”.

EL pasado martes, el secretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch, presentó la Estrategia Nacional de Seguridad, enfocado en “atender las causas de la violencia” y con la promesa de que no haya “una guerra contra el narcotrá­fico”. Ese día, la presidenta Sheinbaum afirmó que “no va a regresar la ‘guerra contra el narco’ de (Felipe) Calderón; no buscamos ejecuciones extrajudiciales, que era lo que ocurría. ¿Nosotros qué vamos a usar? Prevención, atención a las causas, inteligencia y presencia”, sintetizó en su conferencia matutina donde se presentó esta “nueva” estrategia. Es bueno que se proponga atender las causas -como supuestamente lo hizo López Obrador-, aunque cabe decir que eso no ha funcionado hasta el momento porque hay mayor presencia de la delincuencia organizada y, en todo caso, los resultados no se han visto porque son a largo plazo o no se atendieron adecuadamente estas causas. Sin embargo, lo que la gente demanda en este momento es que en realidad se disminuya la violencia por los homicidios dolosos y, sobre todo, algo más complicado: que bajen los delitos de desapariciones forzadas y extorsiones. Nos parece que, para no poner en riesgo a la población, el gobierno puede regular estas actividades ilícitas; algo parecido a lo que hace el gobierno de EU con el narcotráfico en su territorio y en México.

POR lo pronto, quien no quiere saber nada de la inseguridad pública -como lo hizo en el gobierno de López Obrador- es la actual secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, pues al responder a una pregunta de los medios de comunicación, aclaró que “ya no soy secretaria de seguridad pública”. Esta respuesta nos hizo recordar aquella mujer que fue directora del Sistema Metro en la Ciudad de México con Sheinbaum que “aclaró” que ella era la directora de este sistema, por lo que los problemas que se presentaran en este servicio, los atendiera o los viera el área correspondiente. Hoy se vuelve a repetir esa historia, pues entre las funciones de la Secretaría de Gobernación se encuentra la atención de las desapariciones de personas, tema de inseguridad pública.