SÍ, estamos de acuerdo: Es tiempo de las mujeres, como afirmó presidenta Claudia Sheinbaum. Sin duda hay que apoyarlas e impulsarlas para que no se sigan quedando atrás. Se lo merecen porque trabajan más, se esfuerzan más, se sacrifican más, son más responsables, por lo que deben estar a la par de los hombres.
Incluso, creemos en la convicción de empoderar a las mujeres para que participen en todos los niveles de la actividad económica y que tengan acceso a oportunidades y recursos, como ya viene ocurriendo desde hace un rato. Lo que no compartimos es empoderar a las mujeres para que lleguen a los cargos de representación popular o puestos públicos sin capacidad o sin preparación y sólo lo hagan porque son hijas de, hermanas de, nietas de, sobrinas de, primas de o comadres de, como también viene sucediendo ya en los gobiernos de Morena y sucedía en los gobiernos anteriores, al menos que demuestren capacidad y hasta carácter. Es hora de acabar también con lo que cuestionan o critican, como es el nepotismo y la corrupción.
En lo que no comulgamos es que se sigan rasgando las vestiduras para decir que son algo así como paladines de la democracia y hasta se llamen demócratas, cuando en su toma de protesta no dirigió ni una sola palabra a la oposición y a los ciudadanos en general que no votaron por Morena ni por la candidata de la oposición Xóchitl Gálvez.
En este sentido, tampoco estamos de acuerdo presidenta en que, por un lado, afirme que gobernará para todas y todos, como lo han dicho otros presidentes, y por otro no dirija ni una sola palabra a quienes no votaron por Morena o por usted y que son la mayoría de los mexicanos. No se vale que haya aplicado aquello que ustedes tanto han criticado: Ni los veo ni los oigo.
No a la guerra contra la delincuencia organizada, como lo ha dispuesto, porque traería grandes consecuencias o de dimensiones muy grandes para todos y hay que reconocer que nuestro vecino del Norte tiene la necesidad de regular el narcotráfico para atender sus propias necesidades, pero sí a un combate inteligente a la delincuencia organizada de tal manera que no ponga en riesgo la integridad, la vida, de las personas; es decir, no más “abrazos y no balazos”, sino un combate que permita disminuir, sobre todo, los delitos de desapariciones forzadas, extorsiones, secuestros y robos, más allá de los homicidios dolosos.
Tampoco estamos de acuerdo presidenta en que trate de seguir dando atole con el dedo y sostenga la política de su antecesor al decir que “quien crea que la Guardia Nacional estando en la Secretaría de la Defensa es militarización, está totalmente equivocado”, pues este cuerpo especial será comandado por un general, estará integrado por militares y dependerá del Ejército Mexicano. Esta militarización de la seguridad pública es peligrosa porque pone en riesgo el respeto a los derechos humanos que ustedes tanto dicen defender. De hecho, esto ya se está dando.
Tampoco compartimos que temas tan vitales y trascendentales para la vida de los mexicanos, como la educación y la salud, los haya reducido y sólo se haya comprometido a que estudiantes de nivel básico en planteles públicos tendrán una beca o que implementará el programa para que haya servicios de salud a domicilio en beneficio de adultos mayores, así como concluir el modelo o programa IMSS-Bienestar como nuevo sistema de salud. Los mexicanos merecen una mejor educación y servicios de salud con más calidad.
Sin embargo, le damos el beneficio de la duda por un año, o menos.
Por lo demás, es una mala señal para usted y todos los mexicanos que esté viva la sospecha de que López Obrador seguirá gobernando, pues está repitiendo lo mismo que su antecesor y tiene a lopezobradoristas en medio Gabinete suyo. No olvidamos que quien la puso o la impuso como candidata y la apoyó abiertamente fue el ex presidente. Tampoco olvidamos que López Obrador está enfermo de poder, por lo que seguramente ahí estará cerca de su oído. Ojalá que no, pero tenemos la duda.