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Se dice que siempre hay una primera vez. Podríamos enumerar muchas de ellas, pero en este caso la referencia obligada es a la primera presidenta de los Estados Unidos Mexicanos: Claudia Sheinbaum.
En este contexto de las mujeres en la política, Colima fue, y sigue siendo, referente nacional por haber tenido a la primera gobernadora (1979-1985), la bien recordada Mtra. Griselda Álvarez Ponce de León.
Una mujer emblemática en la izquierda mexicana, Rosario Ibarra de Piedra, fue la primera mujer en postularse como candidata a la presidencia de nuestro país, en la contienda electoral de 1982 y también en la de 1988.
El Censo Nacional de Gobiernos Municipales y Demarcaciones Territoriales de la Ciudad de México 2023, señala que en el 2022 el 77 % de los ayuntamientos y demarcaciones tenía al frente a un varón, en tanto que en el 23 por ciento gobernaba una mujer.
Esta proporción en los espacios de responsabilidad al frente de los municipios no está en concordancia con la cantidad de mujeres. Por ejemplo, las mujeres son mayoría poblacional (51.2%, INEGI 2020) y también lo son en la lista nominal del padrón electoral 2024 (52%, INE 2024).
Hoy los destinos de México están en las manos de una mujer; a poco más de 200 años de proclamada la independencia, 114 años del inicio de la Revolución y 69 años del voto femenino en nuestro país.
¿Qué viene? Los primeros 100 días, espacio para dar las primeras repuestas a las expectativas votadas; el fortalecimiento de su estilo propio de conducir esta nación; la postura de la oposición, en cuanto si logra construir contrapesos efectivos; el cómo se enfrentan las grandes problemáticas nacionales, teniendo en la inseguridad un pendiente significativo (como ejemplo, la tasa de prevalencia delictiva fue 23,323 víctimas por cada 100 mil habitantes -ENVIPE, 2024-).
Hay voces de júbilo esperanzado y también de inquietud y desconfianza manifiesta. La democracia no implica uniformidad en sus procesos y resultados, pero se espera, desde siempre, que una vez obtenido el triunfo, el ejercicio de esa responsabilidad sea un proceso transparente, apegado a la legalidad, con ética y pensando en lo que mejor sea para el país y sus habitantes, no para minorías.
Es tiempo de mujeres. Este país, en muchos sentidos, está sostenido por la labor de millones de mujeres que no tienen los reflectores ni el reconocimiento a sus aportes. Siguen siendo sus derechos vulnerados en muchos sentidos y en muchos espacios. Es verdad que no es el único sector de la población -desafortunadamente- que tiene estos agravantes, pero es ahí donde las desigualdades, de manera importante, han construido un nicho, acumulando injusticias. Así se dijo en el discurso de la toma de protesta, énfasis en la “a”, visibilizar para que exista, y, agregaría, para que se atienda.
¿Hay margen para el aprendizaje? Creo que no, se ha dicho que se tiene la capacidad, esperemos que la presidenta Sheinbaum lo demuestre y esté a la altura de la gran responsabilidad que le ha sido dada.