balvanero@gmail.com / @Balvanero.B

Muchas son las realidades límite que vivimos como personas; por ejemplo, la muerte de personas cercanas y queridas, la desaparición, la migración forzada, entre otras.

Algunas de estas realidades son inevitables, otras son provocadas por problemáticas sociales no atendidas por quienes tienen la responsabilidad de hacerlo.

En este contexto, de lo que se puede hacer, quiero hacer referencia al Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se conmemora cada 10 de septiembre. Entre otros objetivos, el principal es que el suicidio se puede prevenir. Además de llamar la atención sobre el tema, reducir el estigma y generar conciencia en instituciones, gobierno y sociedad.

El lema del 2024-2026 es cambiar la narrativa. Esto para cambiar el enfoque, además de propiciar una cultura que comprenda y apoye en su prevención.

Los datos nos ayudan a dimensionar esta problemática. La Organización Mundial de la Salud indica que anualmente ocurren 700 mil suicidios en el mundo. En nuestra región, la Organización Panamericana de la Salud indica que en el 2021 murieron por suicidio 100,933 personas en América

El INEGI, coadyuvando a crear conciencia en este sensible tema, difundió un comunicado en el que señala que en el 2023 las muertes por suicidio fueron 8,837; con una tasa de 6.8 por cada 100 mil personas, para las mujeres fue de 2.5 y de 11.4 para los hombres.

En nuestro país, el suicidio presenta una tendencia creciente, pasó de 4.9 en el 2013 a 6.8 en el 2023 (tasa por cada 100 mil habitantes). Las entidades con las tasas más altas fueron Chihuahua (15.0), Yucatán (14.3), Campeche (10.5) y Aguascalientes (10.5); Colima (6.5) se mantiene ligeramente por debajo de la media nacional.

Los registros administrativos de estos decesos nos ofrecen información sobre el medio utilizado, lugar en donde se registró, edad, sexo, entre otras.

Lo importante es retomar las estadísticas, analizar las causas y establecer mecanismos que ayuden en la prevención. Cierto es que hay esfuerzos en este sentido: líneas de ayuda, programas específicos gubernamentales y en centros educativos, por ejemplo. Pero también es una realidad que no son suficientes.

La OMS elaboró una guía para prevenir el suicidio Live Life (Vive la Vida), aquí unas intervenciones propuestas:

• restringir el acceso a los medios utilizados para suicidarse (por ejemplo, los plaguicidas, las armas de fuego y ciertos medicamentos);

• educar a los medios de comunicación para que informen con responsabilidad sobre el suicidio;

• desarrollar en los adolescentes aptitudes socioemocionales para la vida;

• detectar a tiempo, evaluar y tratar a las personas que muestren conductas suicidas y hacerles un seguimiento.

En este tema, como en muchos otros, la colaboración de todas y todos es muy importante. Hagamos nuestro el lema para estos próximos años: cambiar la narrativa. Hay muchas maneras de hacerlo.

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here