HASTA HACE algunos días el panorama para Morena era alentador, optimista, en torno a la elección presidencial del 2024. Tomando en cuenta que tiene como su principal difusor a López Obrador y con el apoyo oficial de la mayoría de los estados gobernados por Morena, se esperaba que la eventual candidata presidencial morenista no tendría problemas para mantener la Presidencia para los morenistas.

Sin embargo, la semana pasada las cosas cambiaron absolutamente y resurgió una verdadera posibilidad de recuperar el poder para la oposición. Y lo que son las cosas: fue el propio López Obrador quien detonó la aparición de un fenómeno que ya tiene preocupados en Palacio Nacional y a Morena llamado Xóchitl Gálvez Ruiz, quien se perfilaba para ser la candidata de la oposición a ser jefa de gobierno de la Ciudad de México, pero de un rato para otro se convirtió en la aspirante a ser la candidata de la oposición, pero a la Presidencia de México.

Hasta la semana pasada parecía que todo iba sobre miel en las filas de Morena con un proceso dirigido y controlado por quien ya decidió desde el año pasado que en este partido va ser candidata presidencial en 2024.

No obstante, todo cambió de manera repentina e inesperada con un fenómeno que no se daba desde hace bastantes años en la vida política de México: el resurgimiento de una mujer que había manifestado su intención de ser la candidata de la oposición a ser jefa de gobierno de la Ciudad de México, pero que paradójicamente fue impulsada por el mismísimo presidente de la república para que ahora pueda ser la candidata del Frente Amplio por México a presidenta de la república al negarle el derecho de réplica que legalmente pidió la senadora del PAN para aclarar la difamación que lanzó López Obrador de que ella estaba proponiendo desaparecer programas sociales, en una mentira más que utiliza el presidente para calentar la cabeza de la gente en favor de su partido.

¿Pero quién es Xóchitl Gálvez? Muchos teníamos una idea vaga de ella, en lo personal como funcionaria que fue en el sexenio de Vicente Fox.

En su descripción en general, Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz es ingeniera, empresaria y política mexicana. Pero es más que eso: nació en Tepatepec, localidad cabecera del municipio de Francisco I. Madero, en el estado de Hidalgo, hija de padres indígenas. Ha sido jefa delegacional de Miguel Hidalgo en el entonces Distrito Federal; directora general de la Comisión Nacional Para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas en el sexenio de Vicente Fox; creó la Fundación Porvenir, enfocada a apoyar a niños con problemas de desnutrición en zonas indígenas del país. Además, fue candidata a la gubernatura del estado por la coalición “Hidalgo nos une”, quedando en segundo lugar con el 47 % de los votos a su favor, y desde el 1 de septiembre de 2018 es Senadora de la República.

Ahora, más allá de esa trayectoria, Xóchitl Gálvez se ha constituido como un fenómeno político, pues prácticamente en un abrir y cerrar de ojos se convirtió en las redes sociales en una aspirante y probable candidata presidencial de la alianza opositora PAN-PRI-PRD al despertar mucha simpatía y apoyo de miles y miles de twitteros al enfrentar con respeto, pero con firmeza e inteligencia, los adjetivos y las primeras difamaciones del presidente López Obrador.

Y por lo que se percibe, hay preocupación y hasta temor en la 4t porque reconocen silenciosamente posibilidades a la senadora panista de que en realidad competirá con Sheinbaum, quien por lo pronto se ha quedado callada y sorprendida por el repentino apoyo que ha recibido Xóchitl Gálvez por sus respuestas claras, sencillas e inteligentes que da a las agresiones y los ataques que recibe del Presidente y de otros morenistas, lo que pone a Xóchitl en la imaginaria de la gente a una mujer con el carácter y la capacidad para ser la primera presidenta de México.

En los próximos días, semanas y meses arreciará sin duda la guerra sucia que ya inició el presidente y Morena contra la eventual candidata presidencial de la oposición porque ya reconocen que la legisladora del PAN tiene verdaderas posibilidades. Hay temor en las filas de Morena porque han podido observar el gran respaldo que ha obtenido la senadora del PAN en las redes sociales gracias a su inteligente forma de defenderse de los ataques de López Obrador, contexto en el que por cierto se aprecia que los reconocidos morenistas, incluyendo a las corcholatas, no hablan ni opinan de Xóchitl Gálvez, no obstante las numerosas muestras de apoyo y simpatía que está despertando.

En este sentido, es acertado que, ante la mala costumbre del presidente de meterse en todos los procesos internos de otros partidos y de no respetar la ley, la aspirante del PAN esté muy consciente de que como probable candidata de la oposición se va a enfrentar a López Obrador como jefe de campaña y a las gobernadoras y gobernadores de Morena en los estados, en donde seguramente se usarán los recursos posibles para apoyar la campaña morenista.

Por lo pronto, el nombre de Xóchitl Gálvez suena y resuena en Palacio Nacional, tanto que hay preocupación y hasta temor porque la senadora del PAN les puede echar abajo el plan de seguir en el poder al ver que de manera repentina y espontánea la senadora de Hidalgo ha despertado muchísimas simpatías entre los ciudadanos en las redes sociales. Por algo López Obrador invitó a Xóchitl en 2017 para que se sumara al movimiento de la 4t y por algo la destapó prácticamente la semana pasada al señalar que ella será la candidata de la oposición.

Así, desde ahora ya se empieza a avizorar el escenario en donde dos mujeres estarían disputando la presidencia de la república, una panista y otra morenista, aunque la diferencia es que Sheinbaum, a pesar de que no prende entre los morenistas y los ciudadanos, es la virtual candidata oficial de Morena; mientras que Xóchitl ya prendió en las redes sociales con muchísimos ciudadanos y se espera que sea la candidata presidencial de la oposición, con la posibilidad real de ser la primera presidenta de México.